Para entender el presente tenemos que conocer la historia. La plaza, la calle, el edificio, el monumento y la pintura de cualquier lugar del mundo tiene una razón de ser. Ciertas personalidades y, la sociedad en general, han construido como ahora conocemos a Barcelona, Londres, Nueva York, París, Berlín, Buenos Aires, Sídney o Tokio. Cada una ha adoptado diferentes caminos para evolucionar, pero siempre hay el recuerdo del pasado y no se debe olvidar. Viajar es una de las mejores vías para comprender una cultura y, siempre que se pueda, se tendría que coger la maleta e ir a descubrir mundo. Cualquier aventura requiere tiempo y si te sientes perdido y superado por toda la información, los free tours ayudan a uno a ubicarse y a entender el sitio que está visitando.
Recuperación del turismo
Después de dos años de pandemia, las ciudades están recuperando los niveles de turismo de años atrás. La capital catalana se presenta como uno de los destinos preferidos para viajeros de todo el mundo y VIA Empresa ha podido hablar con ocho personas que se dedican a los free tours y que nos acercan de primera mano cómo funciona este modelo.
Los ocho tienen en común que trabajan en Barcelona, pero antes de empezar: ¿cuál es su base?, ¿qué preparación se necesita?, y, ¿se puede llegar a vivir de esta profesión? Los free tours son una excelente vía de conocer una ciudad y el objetivo es que un guía te lleva por una ruta en concreto hablando de diferentes temas.
¿Cuál es el precio? El que cada uno considere que merece el guía.
¿Cuál escoger y cuál es el precio?
El trato es muy cercano y, normalmente, la gente que participa es muy abierta a hacer preguntas y a interesarse por lo que se dice. Por Internet hay varias páginas que ofrecen sus propuestas y registrarse es tan sencillo como dejar tu e-mail y móvil y te facilitan una hora y lugar para quedar. Los comentarios y la puntuación de quien ya lo ha realizado te sirve como referencia para ver cuáles han gustado más. Y, ¿cuál es el precio? El que cada uno considere que merece el guía.
¿Los free tours valen la pena?
Una de las primeras preguntas que puede surgir es si vale la pena dedicar tiempo de tu viaje para hacer un free tour. Y la respuesta es un contundente: ¡sí! Da igual si tienes poco tiempo, o puedes disfrutar de más días, hacer uno siempre es una acertada opción como presentación de la ciudad. No es solo hacerse cuatro fotografías y publicarlas en Instagram, es preguntarse por la historia de esa ciudad. Además, uno de los grandes atractivos cuando uno es turista es la gastronomía, y los guías te pueden aconsejar sobre cuál es un buen sitio para probar las especialidades de la tierra.
¿Qué preparación tienen?
Por mucha crítica que puedan recibir o, para los más escépticos, se tiene que saber que los que realizan estos free tours son gente muy preparada. Han estudiado durante años para dedicarse a esto y de diferentes ámbitos, como la política, el arte, la arquitectura o los idiomas. El conocimiento es constante y también leen sobre la actualidad de la ciudad para no perderse ningún detalle.
No es solo hacerse cuatro fotografías y publicarlas en Instagram, es preguntarse por la historia de esa ciudad
“También es esencial asistir a los tours de otras personas para tener varias perspectivas, observar posibles rutas y anécdotas que, a veces, no salen en los libros. Además, es clave hablar con la gente local porque siempre tienen una historia interesante”, detalla Eduardo, nombre ficticio de uno de los guías entrevistados. Las ocho personas no han querido que se publique su nombre real por privacidad.
¿Cómo empezar?
Ya sea por una amiga, por estudios, por una vocación de comunicar o por verlo como una oportunidad de negocio, los motivos son variados. “Antes, los tours daban vergüenza ajena y solo hace preguntar a los clientes los precios desorbitados por un producto de bajísima calidad y con guías ‘oficiales’ que no tenían prácticamente formación”, critica Francisco, que se inició en este mundo en 2012 en Praga.
Y sigue: “La entrada del free tour ha hecho que haya una mejora continua, la gente paga por lo que cree adecuado y por eso los dinosaurios de la industria están aterrorizados. Era más fácil recitar dos páginas de mitos y leyendas y meter a los turistas en tiendas y restaurantes de los que recibir una comisión”.
¿Se puede vivir únicamente de los free tours?
¡Por supuesto! Así lo aseguran los ocho entrevistados, y es que la gran mayoría lo tiene como único trabajo. Todos ellos son autónomos y eso les permite flexibilidad y mejor organización. Sin embargo, se quejan de las elevadas cuotas que deben pagar como autónomos, pero lo ven completamente necesario que sea así. Los ocho aseguran que cobran sueldos “normales”, que no han necesitado nunca nada y que varía según si es temporada alta o baja. “Cada mes depende de factores externos. Al final del mes siempre puedo cubrir mis necesidades y no he tenido problemas financieros en este tiempo”, afirma Laura, que desde hace siete años vive en Barcelona.
Aseguran que hacen una media de entre cuatro y doce tours a la semana, pero recuerdan también las dificultades de cuando explotó la pandemia. El turismo fue uno de los sectores más golpeados y comentan que se tuvieron que buscar otros trabajos para poder pagar las facturas.
¿Es agradecido el trabajo?
Totalmente. Más allá de algunas experiencias negativas, los ocho destacan la conexión que pueden llegar a generar con los viajeros y con un montón de anécdotas para explicar. “Una señora norteamericana llevaba toda su vida esperando a ver la Sagrada Familia y le saltaron las lágrimas en verla”, recuerda Eduardo; mientras que Laura narra emocionada cómo un matrimonio de India le explicó que ese sería probablemente el último viaje que harían y que habían tenido una experiencia espectacular.
Un matrimonio de India le explicó que ese sería probablemente su último viaje que harían
Por otro lado, Ricardo y Julia lamentan que se hayan encontrado con la situación de personas que se han ido antes de finalizar el tour y sin pagar. “Nosotros llegamos a pagar hasta tres euros por personas y en estos casos perdemos dinero”, manifiesta.
El origen
Hacer un free tour lejos de casa está muy bien, pero, ¿cómo sería hacerlo en nuestra ciudad? Es una actividad completamente recomendada y que sirve para descubrir los secretos de las calles por las que andamos cada día. ¿Cuál es el origen? Hace 30 años, la profesora Lynn Brooks creó el proyecto Big Apple Greeter en Nueva York, que se basaba en una red de voluntarios sin ánimo de lucro que enseñaban la ciudad desde una perspectiva diferente y que resultó ser todo un éxito. Y desde entonces, los free tours ya forman parte de los mejores planes de ocio y turismo.