¿Qué se necesita para ser influencer?

La figura del influencer o creador de contenido ha irrumpido en los últimos años en la opinión pública y en el mundo laboral, pero… ¿qué perfil profesional exige esta nueva forma de trabajo?

El "marketing de influencers" ha conocido un auge exponencial | iStock El "marketing de influencers" ha conocido un auge exponencial | iStock

Empezando por la ya famosa frase “Mamá, ¡yo de mayor quiero ser influencer!” y siguiendo con los últimos artículos de los periódicos de interés nacional, la pregunta “¿qué se tiene que estudiar para llegar a ser influencer?” es una que debería tener preocupados a los padres de los niños de hoy y profesionales de mañana.  Más allá de ser un trabajo aspiracional, se trata de una actividad económica que mueve millones y que ha nutrido la aparición de una nueva forma de economía: “la economía de la pasión”. De ahí los debates de actualidad sobre plataformas y algoritmos, sobre formas de monetización y tributación o incluso sobre el estatus de estos trabajadores y trabajadoras.

En un mercado que se crea por oferta y demanda, existe la demanda de contenido de millones de consumidores de todas las edades y perfiles y la oferta de contenido creado y promocionado a través de todo tipo de plataformas. Además, el ya no tan nuevo “marketing de influencers” ha conocido un auge exponencial llegando a alcanzar en 2022 una inversión de 62 millones de euros solamente en España, según ARCE media. Así es cómo se refuerza un mercado laboral creciente, con creadores de contenido en búsqueda de marcas por promover y marcas en búsqueda de creadores de contenido que promocionen sus productos.

Para responder a las necesidades de este nuevo mercado laboral con profesionales competentes y exitosos necesitamos entender el perfil profesional de estos. ¿Cuáles son los estudios necesarios, la experiencia previa, las competencias profesionales o, simplemente, los conocimientos esenciales para llegar a tener éxito como influencers?

El “marketing de influencers” ha conocido un auge exponencial llegando a alcanzar en 2022 una inversión de 62 millones de euros sólo en España

Un estudio empírico realizado en colaboración con la Universidad de Valencia se propone esbozar el perfil profesional del influencer siguiendo una metodología cualitativa con más de 30 entrevistas semiestructuradas. Los participantes en este estudio son creadores y creadoras de contenido a través de todo tipo de plataformas (Youtube, Instagram, iVoox, Twitch, TikToK, Facebook) y sobre todo tipo de industrias o sectores (belleza, lifestyle, economía, política, deporte, entretenimiento, actualidad política, etc.).  

Según los resultados de este estudio, hay 5 perfiles profesionales distintos según el nivel de estudios relacionados con el contenido compartido. En el primer perfil están los influencers que tienen estudios formales sobre la materia. En este perfil entraría, por ejemplo, una persona que crea un canal de YouTube sobre actualidad política después de haber estudiado la carrera de ciencias políticas. En el segundo perfil están aquellos que tienen estudios formales relacionados con creación de contenido en general, como, por ejemplo, aquellos instagramers de moda que han cursado estudios de marketing, pero no de diseño. El tercer perfil incluye a los profesionales creadores de contenido que no tienen estudios formales relacionados con el contenido compartido ni con la creación de contenido en general, pero que tienen amplia experiencia personal, como podría ser el caso, por ejemplo, de los jugadores de videojuegos en Twitch. A continuación, encontramos a los no han realizado estudios formales relacionados con el contenido ni con la creación de contenido, pero están aprendiendo y adquiriendo estos conocimientos de manera autodidacta. En esta categoría coexisten perfiles como los creadores de contenido sobre DIY (“do it yourself”), hobbies o incluso moda. El quinto perfil incluye a personas que no tienen estudios formales ni conocimiento previo, pero que comparten contenido como forma de expresión creativa. En general, suelen ser creadores de contenido de entretenimiento o de opinión.

Observando estos perfiles profesionales de “influencers” de éxito surge la pregunta ¿tiene sentido el debate de hoy día sobre las academias, cursos y postgrados para ser creador de contenido? En un mercado muy competitivo donde compartir contenido de interés en la red ya no es suficiente, más allá de los estudios, conocimientos y/o experiencia previa, todos los entrevistados concuerdan que hay una serie de competencias que son fundamentales para llegar a tener éxito.

¿Tiene sentido el debate de hoy en día sobre las academias, cursos y posgrados por ser creador de contenido?

Las habilidades más importantes están relacionadas con la creatividad del contenido y el uso de técnicas audiovisuales. Uno tiene que estar actualizándose de manera permanente en lo que se refiere a la presentación del contenido de una forma creativa e innovadora. Además, se requiere una escucha permanente de los seguidores y una gran implicación con la comunidad creada. Esto crea un dialogo continuo, generando la posibilidad de tomar el pulso a las preferencias y las tendencias de los seguidores. Muchos de los influencers también hablan del concepto de “autenticidad” y de lo que significa “ser uno mismo” o “tener una voz propia” a la hora de presentar una creación.

Ser influencer es una profesión nacida recientemente gracias a las redes sociales y, como en cualquier otra profesión, para ejercerla es necesario entender cuáles son los conocimientos, las habilidades y las actitudes de un profesional competente y de éxito. Sin embargo, la variedad de perfiles profesionales identificados sigue sin dejar nada claro en el debate actual: ¿es necesario tener una formación reglamentada relacionada sobre los temas que un influencer publica en sus redes? ¿O es suficiente con informarse y tener una voz original que tenga impacto en una comunidad de seguidores?

Independientemente de la respuesta a esta pregunta, si algo es seguro es que esta es una de las profesiones del futuro, y, como especialistas en el mundo laboral y formadores, tenemos el deber de seguirla de cerca, de intentar entenderla y de crear profesionales competentes y responsables.  

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