La covid-19 sacude el deporte: menos ingresos y más geopolítica

La crisis del coronavirus obliga a aplazar Tokyo 2020, que se suma a la suspensión temporal otras competiciones

El Camp Nou vacío | Europa Press El Camp Nou vacío | Europa Press

La crisis de la covid-19 ha paralizado a medio mundo. Primero fue China, después ha venido Europa mediterránea, así como en breve el eje atlántico tendrá que afrontar unas medidas de confinamiento similares a las que ya estamos viviendo en España. Porque, según dicen los expertos, sólo reduciendo la vida social podremos parar la pandemia. La industria del deporte ha quedado paralizada por todas partes, como también resumía yo hace unos días en un artículo en The Conversation, con las consecuencias económicas que esto supone para los medios de comunicación, los anunciantes, las organizaciones deportivas y los mismos deportistas. De hecho, según algunos expertos, se especula que las pérdidas de la industria del deporte pueden llegar a los 40.000 millones de euros a nivel global.

Así, tras la primera semana de confinamiento en España, se hace difícil hacer previsiones de cómo afectará esta crisis al fútbol, el deporte con más seguidores en nuestro país, y que representa el 1,37 % de nuestro PIB. No obstante, las cifras publicadas de lo que supondría el aplazamiento de la liga española son escalofriantes.

Incertidumbre en el negocio del fútbol profesional

Según publicaron varios medios de comunicación, La Liga, que la temporada pasada ingresó 4.479.000 euros, ya ha hecho una estimación de las pérdidas en el supuesto de que la primera y la segunda división sean canceladas definitivamente: estas serían de 678, 4 millones de euros, que se repartirían en 549 millones vinculados a los derechos de televisión, 88 millones en concepto de abonos y 41,4 por ingresos de las taquillas. Si los partidos acabaran jugándose a puerta cerrada, las pérdidas serían de 129 millones. Además, de estas cifras se continúa deduciendo la fuerte dependencia que tienen algunos clubes de los ingresos vinculados a los derechos de televisión; unos ingresos que, gracias a la centralización de su venta por parte de La Liga, se han repartido más equitativamente desde el año 2016.

"La Liga, que la temporada pasada ingresó 4.479.000 euros, ya ha hecho una estimación de las pérdidas en el supuesto de que la primera y la segunda división sean canceladas: 678, 4 millones de euros"

Además, no se contabilizan las pérdidas que habrá por la imposibilidad de hacer giras de pretemporada, la reducción de los ingresos por merchandising que se vincularán a la caída del turismo deportivo a nivel global o la pérdida de nuevas oportunidades comerciales y de esponsorización a corto y medio plazo. El Barça, como hemos visto, ya ha hecho cuentas y el presupuesto se tendrá que ajustar de manera urgente con el beneplácito de los jugadores.

Tocará hacer valoraciones más precisas una vez haya pasado esta crisis, porque por mucho que los estamentos oficiales hayan querido reaccionar, estos lo han hecho tarde. Y, más el mundo del fútbol español que ha tenido que aplazar también los rifirrafes entre La Liga y la RFEF para poder centrarse al evitar contagios entre jugadores, trabajadores y, también, entre forofos. La primera semana de confinamiento, tres clubes de Primera (Valencia, RCD Espanyol y Deportivo Alavés) tenían jugadores infectados por el SARS-CoV-2 y, días antes, los partidos a puerta cerrada no impidieron que muchos de los forofos se congregaran alrededor de los estadios sin mantener la distancia de seguridad recomendada para evitar contagios: entre 1,5 y 2 metros.

Todo aplazado

Ahora, La Liga y la RFEF tendrán el reto de gestionar conjuntamente el futuro de las competiciones, una sabido que la Eurocopa de 2020 se aplaza. Más y todo, y según algunos directivos de clubes, con un elemento añadido sobre la mesa que hace valorar el porque del aplaçament del Eurocopa del 2020: poder acabar las competiciones domésticas permitiría, si la crisis nos deja, retomar el calendario de competiciones habitual del 2020-21 y generar mucha menos incertidumbre, muy perjudicial para el negocio.

"Lo que sí ha quedado demostrado es que la Eurocopa o la Copa América son menos importantes para la industria que las competiciones nacionales y, sobre todo, que la Champions"

El que sí ha quedado demostrado es que la Eurocopa o la Copa América son menos importantes para la industria que las competiciones nacionales y, sobre todo, que las competiciones europeas de clubes: la Europa League y la Champions. El gran pastel se lo repartirán los equipos que acaben las competiciones europeas: explica la UEFA que "el montante total disponible para la distribución a los clubes participantes a la temporada 2019-20 es de 2.550 millones de euros, de los cuales 2.040 millones se distribuirán entre los clubes que compitan a la UEFA Champions League y la Supercopa de la UEFA.

Además, 510 millones de euros se distribuirán entre los clubes participantes a la UEFA Europa League". La clasificación para cuartos de final se pulsaba con 10,5 millones por club, pasar a semifinales significa ingresar 12 millones más, el finalista gana 15 millones y ganar la Champions supone unos ingresos de 19 millones de euros extras.

Oriente se hace fuerte, a pesar del aplazamiento de Tokyo 2020

Una vez resueltos los calendarios del fútbol profesional en Europa y América Latina, quedaba por ver qué pasaba con los Juegos Olímpicos de 2020. A pesar de que el gobierno nipón se había afanado en garantizar su celebración, Shinzo Abe y el COI han tenido que ceder a las presiones de deportistas, gobiernos y algunas de las federaciones nacionales más significativas de la agenda olímpica (como las de natación y atletismo de los Estados Unidos).

Hoy por hoy, se prevé hacer los Juegos en 2021 con la consecuente sacudida que supondrá para Japón. Por un lado, económico, por la atracción turística que se les asocia o la rápida amortización de las inversiones, que suman los 11.000 millones de euros. Por otro lado, moral, puesto que de nuevo y como pasó con los fallidos Juegos de 1940, una cita olímpica en el país queda marcada por la tragedia. Dependiendo de cómo el país y su capital salgan de esta olimpiada, quizás se volverá a hacer cierta aquella expresión acuñada por John R. Short, profesor de la Universidad de Maryland, de que demasiadas veces "los Juegos han capturado la ciudad" en vez de ser la ciudad que acoge y se beneficia de los Juegos. Que cada vez se hayan encontrado menos ciudades candidatas a acoger grandes acontecimientos deportivos, no es porque sí.

"La crisis del coronavirus en Europa ha permitido a China enviar material y ayuda médica al viejo continente, dando lugar a imágenes de gran contenido simbólico en cuanto a la relación entre Oriente y Occidente"

Acabo especulando: ¿Os imagináis que, además, en el medallero de Tokyo 2021, China tenga un papel realmente protagonista? EN Rio 2016, siendo tercera, los Estados Unidos la superó en 20 medallas de oro. Pero, la crisis del coronavirus en Europa ha permitido a China enviar material y ayuda médica al viejo continente, dando lugar a imágenes de gran contenido simbólico en cuanto a la relación entre Oriente y Occidente. El capitalismo de estado frenó la curva de infecciones con autoritarismo y disciplina, la misma que se aplica al entrenamiento de sus atletas, la mayoría de los cuales conscientes de participar de una gran operación de propaganda gubernamental cada vez que sacan a pasear la bandera china por los grandes acontecimientos deportivos internacionales.

Algún visionario expuso que la crisis de la covid-19 podría ser, para China, lo que el desastre nuclear de Chernóbil supuso para la Unión Soviética; pero, creo que falló la predicción: esta crisis, a nivel geopolítico y de reputación, podría suponer para el gobierno de Xi Jinping lo que de momento sus inversiones en la industria del fútbol no han conseguido. El tiempo dirá.

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