La fuerza de gravedad de los productos digitales

Las iniciativas empresariales en ecosistemas tecnológicos ofrecen unas posibilidades de escalabilidad que multiplican los márgenes de beneficios y los horizontes de crecimiento

Los entornos digitales ofrecen nuevas posibilidades de escalabilidad y crecimiento | iStock Los entornos digitales ofrecen nuevas posibilidades de escalabilidad y crecimiento | iStock

A menudo es complicado argumentar por qué provocará cambios globales importantísimos el progreso de la tecnología digital, que desata el hecho imparable de convertir en software todo aquello que pueda serlo. Algunas cosas no son bastante redondas en el primer intento - ni en el segundo - pero acaba pasando. De golpe. Sin que casi nadie haya previsto la importancia que tienen. Y no, no son ninguna burbuja porque han llegado para quedarse. No es fácil argumentar el porque de estos cambios repentinos antes de que pasen. Solo tenemos la intuición, pero no podemos confiar. De hecho, tiene muchos peligros; casi todas las teorías conspiranoicas se basan en la intuición.

El 2015 no podía argumentar por qué la conectividad con fibra óptica cambiaría muchas cosas. Las ADSL todavía eran la norma fuera de las ciudades más importantes y en aquel momento se hablaba mucho 5G que sí, tiene mucha importancia, pero bajo cada antena 5G hay fibra óptica. El máximo rendimiento de cualquier red - también de agua - es lo del punto más estrechado. Antes de que 5G hacía falta poner fibra, que funciona a la velocidad de la luz. Todavía no sabemos mucho, de correr más - con el permiso de los agujeros de gusano.

Desde el primer momento la empresa intenta seducir explicando el por qué de su producto, cuál es su visión

Justo en mi entorno a amigos, conocidos y saludados, este 2021 he visto suficiente gente multiplicar su sueldo entre el doble y el quíntuple. La mayoría ha triplicado. No ha importado su edad, ni el sexo ni la residencia ni los títulos. A algunos tampoco se los han preguntado qué herramientas ni lenguajes de programación usaban. ¿Para qué entrar en detalles, si ninguna mente inquieta no sabe qué herramientas emprarà cinco años allá? La nueva empresa solo ha mirado hasta donde llegaba su talento. Han dedicado tanto de tiempo a hacer preguntas como recibirlas de los nuevos candidatos. Desde el primer momento los han intentado seducir explicándolos lo porque de su producto, cuál es su visión. Han hablado de ética y valores.

Algunos ni siquiera buscaban cambiar de trabajo, se lo han encontrado. No todos son programadores, porque no siempre hace falta para trabajar en productos digitales. Hace falta talento, pasión y tener una mirada tecnológica potente. Las nuevas empresas de estos amigos, conocidos y saludados todas cumplen un patrón: se trabaja en remoto, hacen un producto digital escalable y son startups o reinvenciones decididas y profundas de empujadas consolidadas - hay más startups, hace falta dir.

El notable aumento de la conectividad de los últimos años, gracias a la fibra óptica, está provocando cambios que apenas han empezado. Estos sueldos, próximos a las 6 cifras, son un indicador de que supone un acabado de estrenar ecosistema mundial de conexiones digitales que van a la velocidad de la luz.

La escalabilidad

Los productos escalables permiten aumentar la cantidad de clientes - e ingresos - sin aumentar proporcionalmente los costes fijos ni los gastos generales. Por ejemplo, los hoteles no son un negocio escalable. Para conseguir más clientes, hay que construir más hoteles o ampliarlos. En cambio, Airbnb es escalable.

Los primeros negocios digitales escalables no necesitaban fibra óptica. Es el caso del retail, cómo Amazon, fundada el verano de 1994 cuando ni siquiera la conexión se mesuraba en megabits (o kilos) sino en kbits (gramos). Amazon, como pionero del retail, ha pasado una buena parte de sus veintisiete años sin que sus clientes ni trabajadores tuvieran conexiones de fibra óptica. Son los que hoy están más consolidados, pero también hay espacio para muchos más productos y casos de éxito. Las conexiones de fibra, y el 5G, harán que se cumpla la máxima que todo aquello que pueda ser software será software.

Además de digitalizar productos que antes eran analógicos - cosa que permite tener millones de clientes por todas partes sin aumentar proporcionalmente los costes ni los gastos - ahora el talento para construirlo tampoco tiene limitaciones territoriales. Hay mucho trabajo para hacer y por primera vez la podemos hacer desde nuestro redol de mundo.

El ecosistema de servicios digitales no escalables

Para entender la importancia del cambio, quizás hay que retroceder a cómo ha sido muchos años nuestro ecosistema digital - y que todavía lo es por inercia. El grueso de la industria local no estaba basada en productos sino en servicios - lo está, de hecho. Cuando una minoría hacía productos, a continuación necesitaban partners que lo vendieran, lo instalaran, personalizaran y apoyaran al cliente. Por ejemplo, SAP. Solo un puñado de productos habían conseguido que sus clientes espabilaran solo. Adobe es un caso. Otros, tenían un modelo mixto de partners y usuarios sufridos. Microsoft es el paradigma.

Aunque el producto fuera basta escalable, al final los partners no lo eran: si querían más clientes, tenían que aumentar proporcionalmente los técnicos que los atendían. La forma de ser más competitivos a menudo consistía en contener los sueldos. Así, un ingeniero que hacía trabajo en la sede de Microsoft cobraba mucho más que los que hacían trabajo para los partners locales.

Solo un puñado de productos han conseguido que sus clientes espabilen solos

El ecosistema digital estaba dividido entre ellos, en las sedes de pocas megacorporacions, y nosotros, a sueldo de patners que, además de representar los productos más conocidos, también tenían servicios de desarrollo de software. Las consultoras basadas en servicios son los proveedores principales de los gobiernos y grandes empresas tradicionales. Ganan multitud de concursos y siempre necesitan más informáticos. No son escalables. Para vender más bajan el precio de las horas de desarrollo de software, puesto que el precio es - desgraciadamente - el que más puntos mujer para ganar concursos a la mayoría de administraciones públicas.

Junto con las consultoras grandes y conocidas, hay multitud de pequeñas y medianas empresas de servicios digitales que también practican un modelo económico tradicional y poco escalable. Todo ello ha hecho que los informáticos tengan un techo salarial difícil de romper. Para profundizar basta buscar las palabras clave sandwich de la muerte junto con techo salarial.

Rotura del techo salarial

El caso es que el techo se está rompiendo y lo hacen startups de productos digitales escalables, donde cada persona hace trabajo para miles de clientes en vez de solo un a la vez - y yendo alerta, porque si es útil para demasiados clientes que lo estiran, no se podrá centrar en ningún problema importante.

Los productos digitales tienen que resolver problemas y hace falta talento para hacerlo bien. Make something people want es el lema de Y Combinator, una de las aceleradoras para startups de más prestigio. De YC han salido productos tan escalables como Airbnb o Stripe que, además de ser escalable en si mismo, está pensado para multitud de proyectos que también son escalables. Son el resultado de hacer productos convirtiendo en software cosas que aún no lo eran. O sí, en el caso de los pagos digitales de Stripe, pero mal resueltos por empresas tradicionales cargadas de directivos que habían validado el principio de Peter: "En una organización las personas que hacen bien su trabajo son promocionadas a lugares de más responsabilidad una y otra vez hasta que llegan a su nivel de incompetencia".

Los hay que hacen laboratorios para pensar fuera de la caja descubren que el que conviene es quemar la caja

Se ha acabado la cosa de creer que quienes hacían los productos digitales escalables son ellos y que nosotros nos tenemos que conformar a conocerlos bien para poder vender servicios. Ahora nosotros también podemos hacer productos que solucionan problemas para millones de personas que no querrán volver atrás y resolverlos cómo antes.

Las consultoras dedicadas a vender horas de programador tendrán dificultades importantes para encontrar talento, si no hacen cambios profundos. La historia dice que no es fácil que las empresas tradicionales se reinventen; los fabricantes de velas no inventaron las bombillas ni los de papel carbón fabricaron nunca fotocopiadoras. Para ver la realidad hay que pararse a observar el mundo, pero no se pueden parar porque están demasiado ocupadas haciendo lo de siempre. Los hay que hacen laboratorios para pensar fuera de la caja y mirando desde allá descubren que, en realidad, lo que conviene es quemar la caja.

¿Es una burbuja?

A comienzos del artículo arriesgaba con la predicción que estos cambios no son ninguna burbuja, y que han venido para quedarse. Para mí, el motivo es la tremenda fuerza de gravedad de los productos que solucionan problemas de formas nuevas, digitales, y que nadie que los use querrá volver atrás. El célebre make something people want es la ley darwiniana que decide donde es la supervivencia a la hora de convertir cosas en software.

El célebre 'make something people want' es la ley darwiniana que decide donde es la supervivencia a la hora de convertir cosas en software

En el nuevo ecosistema digital, el mercado no tendrá mucha mención para las empresas de servicios que no encuentran talento porque pagan peor. Encima solo pueden contratar licenciados, que es el que la administración pública exige si quieres trabajar para ellos. La dificultad es doble y el colapso digital puede ser gordo.

Quizás también veremos el derrumbamiento de suficientes empresas tradicionales, que compran servicios digitales que mantengan intactos las zonas de confort de directivos analógicos más ocupados en su día a día que en la realidad. De hecho, también hay demasiadas startups sin mucha agilidad a la hora de hacer mejoras a su producto, y que tienen muchas dificultades para pivotar cuando el mercado habla. El motivo suele ser que han hecho outsourcing del software, contratándolo a empresas de servicios.

Hace falta que dejamos de ver la tecnología como solo una herramienta y un servicio. Es producto. Escalar ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad para poder contratar talento. Cuando tu motivo de existir en el mercado es un producto de software que cada día resuelve problemas a millones de personas, hay que cuidarlo como un tesoro. Cómo dicen los Sopa de Cabra, mai no és massa tard per tornar a començar / per a sortir a buscar el teu tresor.

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