La inflación, el problema de 2022

El transporte público mantiene congeladas las tarifas y el Govern intenta compensar la subida de la luz con menos impuestos

Pere Aragonés, presidente de la Generalitat de Cataluña | ACN
Pere Aragonés, presidente de la Generalitat de Cataluña | ACN
ACN
Barcelona
31 de Diciembre de 2021

Después de un 2021 marcado por la congelación de tarifas, llega un 2022 donde la inflación derivada de la crisis de la covid-19 empenyarà a la alza el importe de la mayoría de servicios. Los problemas en la cadena de suministros y el encarecimiento de las primeras materias han provocado que el Índice de Precios al Consumo (IPC) haya registrado tasas superiores al 5 % durante la segunda mitad del 2021, cifras sin precedente a lo largo de los últimos 30 años. Sin embargo, algunos servicios han optado para mantener la congelación de tarifas por los efectos que todavía se arrastran de la pandemia, mientras que el Gobierno español intenta compensar la subida del precio de la luz con menos impuestos.

 

Si bien este año no habrá que estar pendiente de la actualización de precios de los peajes del tramo entre Tarragona y La Jonquera, de la C-33 de Montmeló a Barcelona y la C-32 al Maresme –la concesión se acabó el 2021 y han pasado a ser vías de alta capacidad públicas- el resto de vías de pago incrementarán tarifas. Los peajes que todavía están vigentes a y Catalunya gestionados por la Generalitat son el tramo de la C-16 entre Manresa y Sant Cugat del Vallès y el tramo de la C-32 que transcurre entre Castelldefels y El Vendrell, además del Túnel del Cadí y el Túnel de Vallvidrera (ambos forman parte de la C-16).

Este año, la tarifa a estas vías de pago se encarecerá un 5,4%, tomando como referencia la variación interanual del Índice de Precios de Consumo (IPC) correspondiendo al mes de octubre. Esta fórmula de cálculo automático también tiene en cuenta un coeficiente corrector que modula la variación entre el tráfico real y el previsto de tres años atrás. Cómo que durante el año 2021 los tráficos han sido menores que los previstos hace tres años, la subida de este ejercicio se aplicará al 100%. Así, el aumento de los peajes contrasta con el descenso del año pasado, cuando las tarifas se rebajaron un 0,8%.

 

Transporte público

El ATM ya anunció hace semanas que decidía congelar las tarifas del transporte público para hacer frente al impacto de la pandemia entre los usuarios. Además, no caducará la oferta de títulos y su validez se extenderá hasta diciembre de 2022. De cara este año que viene, el consorcio espera que se puedan recuperar los niveles de movilidad en el transporte público a niveles anteriores de la pandemia. En noviembre, la movilidad se había recuperado un 82% y habrá que ver el impacto que tendrá la expansión de la variante òmicron y la recomendación de evitar interacciones sociales y volver al teletrabajo.

De este modo, el billete sencillo continuará teniendo un precio de 2,40 euros en una zona; la T-Casual 11,35 euros; la T-usual 40 euros; la T-joven 80 euros; la T-día 10,50 euros; la T-familiar 10 euros y la T-grupo 79,45 euros. En el caso de las familias monoparentales o numerosas, la T-usual se mantiene en los 32 euros, la T-joven en los 64, y la T-70/90 en los 63,55 euros.

En cuanto al taxi, las tarifas 1 (laborables de ocho de la mañana a ocho del anochecer), la 2 (laborables de ocho del anochecer a ocho de la mañana y sábados y festivos) y la 3 (precio cerrado) se incrementan un 2,8%. La bajada de bandera aumenta en cinco céntimos, hasta los 2,30 euros y el precio por kilómetro será de 1,21 euros y 1,45 en las tarifas 1 y 2, respectivamente.

En cambio, la tarifa 4 (precio fijo entre el aeropuerto y el Muelle adosado y viceversa) continuará en los 39 euros. También se mantienen los suplementos de 4,30 euros para trayectos con origen o destino al aeropuerto, con origen al Muelle Adosado y para un vehículo ocupado por 5-8 pasajeros; los 2,5 euros a los trayectos con origen o destino a Santos Estación y al recinto ferial de Gran Vía; y de 3,10 euros para las noches especiales (23 -24 de junio, 24-25 de diciembre y 31 de diciembre y 1 de enero).
Agua, luz y gas.

En cuanto a las tarifas del agua, la CON ha actualizado la tasa metropolitana de tratamiento de residuos (TMTR), uno de los componentes fijos dentro de la factura del agua. Este 2022, la TMTR tendrá un aumento mediano del 3%, a pesar de que este no será lineal. Los usuarios domésticos con un tipo de vivienda A o B no se los incrementará la tarifa, mientras que al resto de hogares la subida será del 5,1%. Según datos de AMB, el 78% de los usuarios domésticos viven en una vivienda de tipo A o B, así que no notarán cambios en este aspecto. Por otro lado, el AMB recuerda que seguirá bonificando el 100% de la TMTR a las familias más vulnerables de la metrópolis. Según explicó a finales de octubre el vicepresidente ejecutivo del AMB, Antonio Balmón, el incremento real sobre la población "es mínimo, en muchos casos de poco más de un euro al año".

La subida más notable será la del gas. La actualización de las tarifas reguladas (TUR) a partir de este 1 de enero comportará un incremento del 5,48% en la factura anual para el consumidor mediano que se haya acogido a una de ellas. Todo esto teniendo en cuenta que el Gobierno español tomó la medida de limitar al 15% el coste de la materia primera. En caso de que no se hubieran establecido límites, el encarecimiento de la factura del gas habría sido muy superior.

En cuanto a la luz, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) estableció una reducción media del 4,6% de los peajes de transporte y distribución para 2022. En paralelo, el Gobierno español ya aprobó a mediados de diciembre mantener la rebaja de impuestos de la factura de la luz al menos hasta abril de 2022. Estas medidas pretenden incidir en la parte fija del recibo de la luz y así compensar la subida del precio de la electricidad al mercado mayorista, que por otro lado está logrando récords históricos. Este último mes de diciembre ha sido lo más caro de la historia, con nuevo días donde el precio del MWh ha superado los 300 euros de media.

Alquiler y pensiones

Para evitar la pérdida de poder adquisitivo, las pensiones contributivas a loEstado subirán un 2,5% en 2022, en linea con el incremento mediano del Índice de Precios al Consumo (IPC) durante este último ejercicio. La pensión mínima de jubilación será de 10.103,8 euros anuales, por sobre los 9.808,4 euros actuales, mientras que la máxima llegará a los 39.468,66 euros, hasta 962,78 euros más que en 2021. En cuanto al resto de pensiones mínimas y al Ingreso Vital Mínimo, la revalorización será del 3%, situando la renta garantizada por unidad familiar compuesta por un adulto en los 5.899,6 euros. El incremento beneficiará a 9,9 millones de pensionistas en todo el Estado.

Por el contrario, la subida de precios también tendrá un impacto directo en los contratos de alquiler donde la revisión de las cuotas va ligada al IPC. En estos casos, se toma como referencia el último mes del año. Según los últimos datos avanzados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa interanual correspondiendo en diciembre se situará en el 6,7%, la más alta desde marzo de 1992.

Impuesto de matriculación

Un tributo que también subirá este 2022 será el impuesto de matriculación, que en 2021 tenía que haber entrado en funcionamiento, pero que se decidió aplicarle una moratoria por la crisis de los semiconductores. A partir del 1 de enero, todos los vehículos tendrán que abonar el impuesto –hasta ahora quedaban exentos los vehículos que emitía menos de 120 g/km de dióxido de carbono-, que también se incrementará por los diferentes tramos existentes.

Y más allá de la revisión de tributos y de tarifas, tanto en Catalunya como en el Estado. Los expertos apuntan que la subida de IPC se mantendrá hasta la primera mitad de 2022, con repercusiones a productos cómo los alimentos y a servicios vinculados en la educación o la salud. Según el último boletín de previsiones macroeconómicas del Banco de España, la tasa de inflación en el Estado para 2022 se situará alrededor del 3,7%, mientras que la tasa de inflación subyacente –la que no tiene en cuenta el precio de los alimentos no elaborados y de la energía- crecerá hasta el 1,8%.