La pastelería se vende a Instagram

Los artesanos del dulce trasladan su escaparate a las fotografías para captar un nuevo cliente que busca consumir en el momento sin fijarse en el precio

La pastelería encuentra a Instagram un muy buen canal de promoció La pastelería encuentra a Instagram un muy buen canal de promoció

El Rubius y Dulceida son dos de las caras visibles de una nueva generación plenamente digital. Pero en las redes no todo es cuestión de postureig , de videojuegos o marcas de ropa. Y si se trata de vender cruasanes y plum cakes? Tienen salida. Lo demuestra Oriol Balaguer, un pastelero que quizás no tiene la etiqueta de influencer, pero que ha aprendido como captar clientela a través de Instagram.

Él es uno de los nombres de esta nueva era de artesanos. Es muy sabido que la venta de los productos de pastelería y panadería han vivido una etapa difícil. La crisis y el aumento de referencias a los lineales de los supermercados ha hecho que muchas de las personas que antes acababan las comidas del fin de semana con un tortell del negocio del barrio pasara a hacerlo con un pastel frío del súper. Y esto cómo se soluciona? "Con productos de calidad, hechos en el momento y, sobre todo, buscando maneras de llegar a un nuevo perfil de consumidor", responde el responsable de la feria ExpoNadal, Paco Gil.

El acontecimiento ha reunido profesionales de todas partes para actualizarse. No sólo en productos o técnicas, también en el uso de herramientas digitales consolidadas y que tienen que ayudar a mantener en pie un negocio ver como antiguo.

Al escaparate y al móvil

"Muchos pasteleros entran a la transformación digital para buscar en las redes, estar conectado con el negocio y con el cliente, y dar respuesta a un consumidor muy diferente del que tenía antes", asegura Gil. Así explica que entre los participantes se hayan podido ver profesionales de 70 años que, en su día, tenían largas colas de clientes los fines de semana para comprarle productos. Quieren hacer sobrevivir su negocio y necesitan aprender como hacerlo.

Los negocios familiares que han podido incorporar en la gestión la segunda y tercera generación lo tienen más fácil. Según el responsable, el hijo o nieto "ya entiende la cultura de las redes y el nuevo formato de consumo", pero no pasa con el pastelero que mantiene en pie a solas la tienda. "Necesita apoyo y lo busca", insiste, "quiere salir de esta imagen de comercio plenamente tradicional y está motivado porque es un reto nuevo diferente del qué ha ido tirando hasta ahora".

Balaguer: "Siempre hay 15 o 20 personas que vienen a buscar el que hemos colgado y lloran porque lo ven acabado de hacer"

El pastelero Oriol Balaguer ejemplifica a la perfección toda esta transformación. Diariamente piensa fotografías de sus productos a Instagram, cuelga tanto los productos que tendrá el día siguiente como los que están en aquel momento al obrador y en pocas horas se llevarán los más golosos. "Todo esto funciona mucho", confirma. "Siempre hay 15 o 20 personas que vienen a buscar el que hemos colgado y lloran porque lo ven acabado de hacer, no como el que compran a los supermercados. La gente ha aprendido a valorar esto", añade. Y es que, al final, es una estrategia para crear la necesidad y urgencia de comprarlo. Y sin que el cliente se fije en el precio, otro disparo del nuevo comprador.

Pero no todo acaba aquí. Uno de los puntos fuertes del negocio de Balaguer es el corto tiempo que hay entre que un dulce sale del horno y se lo lleva el cliente. Por este motivo ha potenciado los encargos: "Si un cliente quiere un tortell para el domingo a las 14 horas, le digo que venga a recogerlo una o dos horas antes y así sabrá que estará acabado de hacer y llegará tal cual a mesa".

También apuesta por fórmulas cerradas y a la vez con opciones para elegir. Permite llevarse pasteles con una misma base, pero con cuatro opciones de relleno o decoración porque el consumidor elija libremente su combinación. "A pesar de que no supone dedicar más horas, personalizas el producto", afirma. Una estrategia que, en las redes, también permite captar más clientes.

Los siete días de la semana

"La pastelería más clásica ha vivido muy siempre del fin de semana. había la costumbre de celebrar comidas familiares y en la mesa siempre había postres. Ahora ha variado y es necesario actualizarse para vender de lunes a viernes". Este contexto que explica Gil es la realidad que hay al sector actualmente. Las redes ayudan, lo reconoce, pero hay que ir una pasa más allá.

Una posible solución es lo ya mencionado uso de las redes para captar algún posible cliente con un pastel de toda la vida. Quizás no en medida grande, pero sí más pequeña, individual, y más como merendar o pequeño capricho.

Gil: "La pastelería más clásica ha vivido muy siempre del fin de semana. Ahora ha variado y es necesario actualizarse para vender de lunes a viernes".

En las tiendas Oriol Balaguer han aplicado esta teoría con éxito. Antes que nada, porque el producto está elaborado con materia primera de calidad; seguidamente, porque es un producto elaborado de hace pocas horas. Todo ello los permite desmarcarse del supermercado, donde el pastelero reconoce que se pueden encontrar más piezas individuales por estos almuerzo o merendar improvisados de cada día.

Precisamente por este motivo ha potenciado la producción de bollería y pan de lunes a viernes. Afirma que tiene "más salida", a pesar de que aconseja compaginarlo con "encargos para restaurantes y celebraciones en empresas". El que no es más que el camino hacia la diversificación, sin perder la pastelería tradicional del fin de semana y festivos.

Deslumbrar genios en potencia

Vivimos en una cultura plenamente visual y el Gremio de Pastelería de Barcelona h encontrado su rédito. El responsable de ExpoNadal asegura que han aumentado el número de consultas sobre los cursos que se ofrecen y que incluso hay quién se queda sin poder matricularse porque las formaciones se llenan. " a recambio natural, es atractivo", celebra, "es muy vocacional, pero tiene un punto de creatividad y cultura artística que concuerda con el momento que vivimos".

De aquí que potenciar el uso de las redes sociales sea importante: se puede vender más y atraer futuros artesanos. "Cualquier pastelero de renombre tiene muchos seguidores a Instagram. En este nuevo formato, una buena fotografía es la clave", comenta Gil.

Gil: "Usar las redes tangibilitza el trabajo que se hace, permite al consumidor traspasar al mismo obrador y captar la atención de un nuevo profesional y cliente que ve más allá"

Y es que no se puede olvidar que la pastelería catalana es una de las más reconocidas a escala europea. "Tiene personalidad propia, una gran trayectoria y disfruta de muy buena salud. Tiene futuro y grandes retos delante. Usar las redes tangibilitza el trabajo que se hace, permite al consumidor traspasar al mismo obrador y captar la atención de un nuevo profesional y cliente que ve más allá", concluye.

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