Las furgonetas tienen los días contados

Las restricciones del tránsito pueden poner en peligro la circulación de las flotas corporativas con vehículos contaminantes

Son muchas las ciudades que en la última década han puesto en marcha todo tipo de medidas para controlar el tránsito con el objetivo de frenar la contaminación. En episodios en que la atmósfera ha sido demasiado cargada, París y Madrid han dejado salir a la calle sólo una parte de los vehícles, en función de si su marícula era pareja o non; Roma y Bruselas rebajan la velocidad máxima de circulación y Lisboa veta el acceso al centro de los coches de más de 15 años en las horas centrales del día. Esta última medida es similar a la que se pondrá en marcha de aquí poco en el área de Barcelona: a partir del 1 de enero del 2019 restringirá la circulación a los vehícles de más de 20 años. Cuando se habla de estas medidas, a menudo se pone el foco en el usuario particular, pero que pasa con las empresas? El director de Movilidad Sostenible de Calidad Pascual, José Carlos Espeso, avisa que los efectos pueden ser devastadores: "Un solo día de no poder repartir se traduce en una semana de decalaje para ponerse al día. Son sólo las orejas del lobo del que nos puede pasar a la distribución de mercancías".

Espeso ha hecho esta reflexión en el transcurso de una mesa redonda sobre la aplicación de medidas anticontaminación en Barcelona que se ha organizado en el X Congreso de Gestores de Flotas, celebrado en el marco del Automobile Barcelona. "La media de antigüedad las furgonetas en España es de más de diez años. Si se prohíbe que circulen, quien reparte sus mercancías?", ha expuesto. En este sentido, ha asegurado que son muchos los gestores de flotas que se están poniendo las pilas para rejuvenecerse y que ven en el vehículo eléctrico una clave de futuro. De hecho, según los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), durante el primer trimestre del 2017 se han matriculado 28.460 nueces vehícles comerciales en el conjunto del Estado, 16.610 de los cuales son furgonetas, la mitad de las cuales pertenecen sólo a tres marcas: Peugeot, Citroën y Volkswagen. En este sentido, Espeso augura una mayor diversificación en el futuro, puesto que "cada vez se hace más prospección de mercado para ver qué pueden ofrecer las diferentes marcas".

De su banda, la coordinadora del programa de Perfiles de Ciudades Resilients de ONU-Hábitat, Maíta Fernández-Armesto, ha defendido que hay que hacer un esfuerzo para tener un entorno más saludable. "Estoy de acuerdo en que las medidas pueden ser antipáticas, pero más antipático es morir antes de tiempo", ha remachado. El consultor en movilidad José Luis Criado considera que para rebajar la animadversión que este tipo de medidas puedan provocar hace falta que se vea que a la administración también hace un esfuerzo. Una medida estupenda, apunta, podría ser hacer que el transporte público sea gratuito cuando se restringe la circulación, pero ha admitido que esto no pasará. Fernández-Armesto ha reivindicado que el Ayuntamiento de Barcelona está siendo "proactivo", invirtiendo en la renovación de flotas y tiene reuniones "que no son precisamente fiestas" para forzar la mejora del transporte público.

Los fabricantes piden un golpe de mano al Estado
Todo y esta coincidencia en que el vehícle eléctrico es el futuro, la realidad es que no hay colas para comprar uno. Ni siquiera para comprar un híbrido. De hecho, según estimaciones de la consultora MSI, los vehículos de combustibles alternativos sólo supondrán el 3,6% del total de matriculaciones en 2020. Por qué este decalaje entre la teoría y la práctica? Los fabricantes lo tienen claro: por la carencia de ayudas, económicas y normativas, del Estado.

"Creemos que en Europa es posible conseguir una movilidad sostenible 100% eléctrica. Las administraciones pueden ayudar con aportaciones económicas, pero muchas empresas y comercios no piden dinero, sólo quieren facilidades con el punto de carga", ha sostenido la directora de marca de vehícles eléctricos de Nissan, Marta Marimón. Lo ha hecho en un debate durante la VI Jornada de Automoción de Barcelona, que han organizado también en el salón del automóvil las patronales Fecavem y Faconauto.

Estas dos organizaciones también piden medidas que acompañen la apuesta del sector por los vehículos poco contaminantes. Entre otros, reclaman menos impuestos por quien traigan un coche sostenible, que todos los protocolos de actuación anticontaminación premien los que traen vehículos que generen pocas emisiones y fomentar la compartición de coches, el caro sharing, para reducir el número de vehículos que cada día circulan por la ciudad.

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