Las puertas del Este

No están a la primera línea de las economías mundiales, pero esconden oportunidades para las empresas catalanas. Son Rumanía, Ucrania y Moldavia

El Europa del Este sigue siendo el tiet lejano de los grandes países del Viejo Continente. Un socio distante, pero cada vez más accesible y que ofrece más posibilidades de negocio a las compañías catalanas con ganas de probar suerte más allá de los mercados tradicionales. Rumanía, Moldavia y Ucrania se presentan, así, como tres territorios diferentes, con alternativas y fortalezas a tener en cuenta. Tres puertas de negocio hacia el Este.

Rumanía: grandes dimensiones y posibilidades 
La plaza de la Unidad de Bucarest , la más grande y transitada de la capital rumana, está presidida por un gigantesco centro comercial con tres letreros brillantes de varios metros de altura: Stradivarius, Zara y Pull&Bear. El poderoso grupo español Inditex, como muchas empresas catalanas, ha encontrado en Rumanía un mercado integrado a la Unión Europea, con millones de clientes potenciales y con necesidades que tiene que importar.

"Es un mercado de 21 millones de habitantes, dispone de mano de obra muy cualificada y tiene ciudades muy interesantes donde hacer negocio", valora Víctor Garcia, técnico de comercio internacional a la Cámara de Terrassa, que ha viajado este año junto con empresas catalanas.

Las compañías detectaron en Rumanía una base agraria con tierras muy fértiles y un mercado prometedor para quien comercializa maquinaria para el mundo rural, productos alimentarios, equipos médicos, bienes de consumo para el hogar y material para la construcción.

Moldavia: las posibilidades de un país pequeño

La vecina Moldavia, antigua república soviética entre Rumanía y Ucrania, es un caso muy diferente. Arrastra la carga de ser el país más pobre de Europa, de contar con un debilitado mercado interno de poco más de 3,5 millones de habitantes y de depender, en buena parte, del millón largo de moldaus que ha emigrado. La misión empresarial catalana, pero, también vio opciones empresariales.

"Moldavia importa casi toda su energía", destaca el técnico de la cámara vallesana. De hecho, a la multinacional catalana Gas Natural, este país de raíces rumanas le generó unos beneficios antes de impuestos (Ebitda) de 20 millones de euros el año pasado. Un 17,6% más que el ejercicio precedente y un 0,8% más en ventas, según datos facilitados a VIAempresa por la compañía.

Además de las empresas energéticas, pueden encontrar buenas oportunidades de negocio las compañías de maquinaria , material de laboratorio, productos químicos y el agroalimentario. "Están muy abiertos a la inversión extranjera y hay ventajas fiscales", subraya Garcia.

En la capital, Chisinau, siempre que pasan por delante, los moldaus señalan la Embajada de Rusia . Dicen que es el edificio más caro de todo el país y es, sin duda, un símbolo del peso político y económico de Moscú sobre este pequeño Estado.


Moldavia nota su pasado soviético. Por el malo, puesto que no forma parte todavía de la Unión Europea y sufre altos niveles de corrupción: "Es una economía controlada y obstaculizada", admite el técnico de comercio. Y por el bono también, puesto que tiene una clase adinerada mucho consumista y bienes de consumo que necesitan ser renovados. 


Ucrania: un mercado que demanda
Quien también puede ser una puerta de entrada por la gigantesca Rusia es Ucrania. Eso sí, la misión catalana ha detectado que no sólo es un puente: es un mercado en sí mismo, con una población similar a la española (44 millones) y ciudades potentes repartidas por todo el país. Los productos para vender en tienda, especialmente de cosmética y belleza, pueden encontrar un mercado receptivo.

Son países que arrastran un pasado reciente soviético pero, precisamente por eso, son cambiantes, crecientes y con nuevos campos para explorar.
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