Laumont: la excelencia en la venta de la trufa

La firma de Tàrrega inaugura una planta en el mes de febrero, un proyecto por el cual ha recibido financiación y el acompañamiento del ICF

Las nuevas instalaciones de Laumont, en Tàrrega Las nuevas instalaciones de Laumont, en Tàrrega

Un producto que acostumbra a tener una cotización elevada, que todavía lo ha sido más durante esta campaña por la alta demanda y la baja cosecha. Es lo que ha caracterizado la comercialización de la trufa, con rendimientos de las plantaciones inferiores a la media y los precios más altos de la última década, superando los 1.000 euros por kilo. En este mercado es en el cual se mueve la compañía familiar de Tàrrega, Laumont, especializada en la venta de trufa fresca y en la elaboración de productos trufados para la industria alimentaria y el sector del retail. Fruto de su crecimiento, que se ha disparado desde la pandemia gracias a la venta en línea, la firma se ha visto en la necesidad de ampliar sus instalaciones para ordenar el incremento de la actividad. Aquí se enmarca la participación del Instituto Catalán de Finanzas (ICF), la entidad financiera pública de la Generalitat de Catalunya, que la ha apoyado a través de dos préstamos (con fondos Feder y una subvención Next Generation).

Laumont, centrada en el tratamiento de las setas y las trufas en fresco, reparte entre las dos categorías su volumen de negocio, representando cada una de ellas un 50% de la facturación. En total, esta supera los 35 millones de euros anuales. Este importe, que supone multiplicar por dos las cifras de solo hace cinco años, se ha logrado con nuevas líneas de negocio, como el aterrizaje en la industria alimentaria y en el ámbito del retail con las cadenas de supermercados. En este sentido, el gerente de la compañía, Joan Casals, recuerda que una de las claves de este posicionamiento es "ofrecer productos adaptados a las necesidades de los clientes y los supermercados, con gamas orientadas a las preferencias, como es el caso de las bandejas de setas o las trufas liofilizadas".

Joan Casals recuerda que una de las claves del posicionamiento es "ofrecer productos adaptados a las necesidades de los clientes y los supermercados"

Anualmente, Laumont distribuye 150.000 kilos de trufa por un importe de 17 millones de euros, de los cuales exporta un 95% a países como los EEUU, Japón, Dubai, México, Singapur, Corea del Sur, Australia, el sudeste asiático, Canadá. Desde la aparición de la Covid, una línea de negocio que se está consolidando es la venta on-line con dos canales diferenciados: profesionales y particulares. Este segmento ya supone el 5% de la facturación total. "Nuestra apuesta es por la omnicanalidad, en la cual el cliente escoge la forma en que quiere trabajar con nosotros".

Apuntalar el crecimiento

Este aumento de la actividad ha provocado que Laumont adquiriera una parcela de 5.000 metros cuadrados, en la cual ha levantado una nave de 4.000 para "apuntalar el crecimiento y continuar dando un servicio de excelencia, a la vez que nos permitirá ser más eficientes y unificar procesos". La nueva nave, que estará operativa en febrero, es una inversión que facilitará las necesidades de clientes y de volúmenes de la compañía y generará 15 puestos de trabajo.

En la operación de la construcción de la nave,  el ICF dio apoy financiero a través de un préstamo para hacer la inversión con fondos Feder que la empresa necesitaba. El ICF también participó en la financiación de las instalaciones por medio de la línea ICF-Avalis Industria Crecimiento con una subvención de interés proveniente de Fondos Next Generation. Joan Casals detalla que “para hacer la inversión, que era de seis millones de euros, acudimos a varias fuentes de financiación y el préstamo del ICF nos ofrecía mejores condiciones que el de una entidad financiera privada”. Este porcentaje aportado por el ICF, añade Casals, “ha supuesto una ayuda y una palanca necesaria para hacer una inversión con garantías, teniendo en cuenta que somos una empresa familiar. De hecho, con ellos, hemos encontrado un *partner de confianza”.

"La ayuda del ICF ha supuesto una palanca necesaria para hacer una inversión con garantías, teniendo en cuenta que somos una empresa familiar"

Con la nueva planta, Laumont espera atender clientes y líneas de negocios que "hasta ahora no podíamos suministrar por nuestras limitaciones logísticas". Laumont vende el oro negro, como se conoce a la trufa, gracias a una red de 500 recolectores que tiene repartidos por todo el Estado, a los cuales recoge el producto una vez por semana. Casals resume la filosofía de Laumont en "trabajar con la materia prima fresca y elaborar una parte menor con productos derivados, como las conservas".

Referente de la trufa

De hecho, Laumont se ha posicionado como una de las cuatro primeras compañías del mundo en la venta de trufa. "En nuestros inicios, en los 80, empezaron con la trufa", comenta Casals. Hoy en día, el oro negro representa el 30% de la distribución y es el que le ha permitido abrir mercados, especialmente durante el periodo de crisis económica. "Durante los momentos de dificultad optamos por innovar, extender el negocio a demás países y adaptarnos a las nuevas demandas de los consumidores".

De este espíritu innovador han surgido nuevos productos, como las bandejas de setas de 150 gramos, que "facilitan la venta y están pensadas por los nuevos hábitos de compra", explica Casals. En el segmento de las setas, Laumont comercializa 3,5 millones de kilos anuales, de los cuales un 65% se venden en fresco y el resto se reparten entre los congelados y los deshidratados. A diferencia de las trufas, Laumont apuesta por desarrollar su negocio de las setas en el mercado interior.

Para el el futuro, Casals revela que Laumont continuará trabajando en adaptar los envases de setas a las exigencias de los consumidores y consolidando la venta de producto congelado. En el caso de la trufa, la firma estudia continuar abriendo mercados, desarrollar la industria para los elaborados y derivados y crear una línea de negocio para la conserva. Su director general dibuja la hoja de ruta que guiará la fórmula de Laumont. "La obsesión continuará estando en la calidad. Quizás no somos los más económicos, pero la calidad siempre será la máxima".

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