La economía catalana todavía el 2019 con optimismo todo y los retos
La economía catalana todavía el 2019 con optimismo todo y los retos

Los deberes de la economía catalana para tener un buen 2019

El economista Oriol Amat considera razonable un crecimiento del 2,5% de la economía catalana, pero apunta a las deficiencias estructurales del país a corregir para sostener la dinámica positiva

La efervescencia social, política y económica del otoño del 2017 anticipaban un 2018 difícil para la economía en Cataluña. La realidad, pero, ha sido muy diferente. La economía catalana cerró el último trimestre del año con un crecimiento del 2,7% en el PIB y una media anual del 3%, y subidas también en los indicadores significativos como las exportaciones y el gasto mediano por turista. La dinámica del país es positiva y nada hace pensar que este 2019 tenga que ser diferente. Así lo considera el economista Oriol Amat, que en la conferencia Perspectivas económicas: recesión o enfriamiento, celebrada en la sede de CECOT, da por buenas las previsiones de la Cámara de comercio, que anticipan un crecimiento del 2,5% por este año. "Si analizamos los planes de las empresas catalanas para este año, este dato es muy razonable y realista, pero para confirmarla habrá que mejorar en algunas de las debilidades que tenemos", advierte Amat.

Y el listado de debilidades a corregir no es corto. Entre las que cita el economista destacan la poca colaboración inter-empresarial, un bajo nivel de cooperación público-privada, la eficiencia del sector público, mejora en las infraestructuras, más innovación y más valores. "Al final, el que tiene que buscar la economía no es mejorar en el PIB, sino hacerlo en el bienestar de la gente, y esto tiene mucho que ver con los valores".

"El que tiene que buscar la economía no es mejorar en el PIB, sino hacerlo en el bienestar de la gente"

Las cifras reflejan este desequilibrio entre la marcha de la economía y el bienestar de las personas. Cataluña es la 58en región de la Unión Europea (UE) en renta per cápita sobre las 272 que hay al continente y la cuarta de las 18 comunidades españolas. Pero el Índice de Progreso Social, que indica como afecta las personas el estado del bienestar, sitúa en el país al lugar 165 de Europa y el 11è de España. "Las cifras macroeconómicas dicen que estamos al vagón de los ricos, pero los datos de progreso social nos sitúan entre los pobres", indica Amat.

cecot oriol amat

El economista recuerda que, a pesar de la dinámica de crecimiento del país, en Cataluña hay un 22,5% de personas en riesgo de pobreza. "Sólo hay dos posibles explicaciones a este contraste: la primera seria que la gestión de los recursos propios fuera ineficiente, pero los estudios dicen que aquí se hace una gestión mejor que en otras regiones españolas. Por el que la razón más probable es el déficit fiscal. En Cataluña se genera una riqueza que, un golpe pagados los impuestos, no tiene regreso".

La demografía, un problema estructural

El resto de debilidades de la economía catalana se explican también a través de las cifras. El reto más improbable de corregir es el de la demografía. De aquí a pocos años, la pirámide de edad de la población catalana estará invertida, el que quiere decir que habrá mucha gente dependiente de las pensiones. "En Cataluña hay un 32,2% de personas al sector privado y un 5,7% al sector público. Después tenemos un 22,3% de pensionistas, un 5,2% de parados y un 34,6% entre menores, estudiantes y población inactiva. Esto quiere decir que, ya hoy, hay un 67,8% de la población que no trabaja", recuerda el economista.

Este 67,8% está formado por 5,1 millones de personas que dependen de los recursos generados por la población activa para subsistir. "Es una proporción mucho mejor de la que nos encontramos al resto del Estado, pero necesitamos mucha más gente trabajando al sector privado, puesto que en los próximos años se sumará mucha más población a la banda de los inactivos".

"En países como Azerbaiyán son necesarias sólo dos gestiones, en Cataluña hacen falta 205 días"

Claro que para sumar población al ámbito privado hay que crear empresas, y Cataluña no es la zona más ágil en este aspecto. En España, de media, hacen falta cinco trámites y un 5% de la renta per cápita para crear una empresa. En países como Azerbaiyán son necesarias sólo dos gestiones y un 1,3% de la riqueza personal. Si bajamos la estadística general a un sector como el de la construcción, en Cataluña hacen falta 205 días para conseguir una licencia de obras y una inversión que supone el 5,2% del coste total de la operación. A la vecina Portugal se necesitan la mitad de días e invertir un 1,3% del total de la obra.

La otra gran pregunta es qué tejido empresarial se quiere para el futuro. Cataluña se ha definido siempre como país de pymes, pero Amat considera que esta no es una peculiaridad anómala. "En Cataluña sólo el 1,2% de las empresas tienen más de 50 trabajadores, pero es que al resto de España el porcentaje es del 0,6%, en Francia del 0,8% y en Alemania del 3%". Las cifras relativas sitúan en todos estos estados en niveles muy similares, pero el economista hace hincapié en la traducción en términos absolutos. "Situarnos al 3% de Alemania supondría doblar el número de grandes empresas que tenemos, y esto nos iría bien, porque son las compañías que aseguran mejores salarios y más estabilidad, y porque mejoraríamos en internacionalización e innovación", destaca.

A pesar de todo, el economista recuerda que Cataluña es una de las pocas regiones que cumplen el objetivo de la Unión Europea de hacer que la industria represente el 20% del PIB en 2020. El peso del sector industrial hoy ya es del 22,1%, mientras que en España se sitúa sobre el 17,1%.

Fundamentos donde crecer

A pesar de la larga lista de retos pendientes de resolver, la economía catalana se sostiene sobre unos fundamentos que parecen sólidos. Empezando por la recuperación del tejido empresarial, que entre el 2007 y el 2014 cayó un 5,6%, y que entre 2014 y 2017 recuperó el polos, con un 5,7% de crecimiento en la creación de empresas. "Más positivo todavía es comprobar cómo ha subido un 13,5% la creación de empresas medias y un 9,2% la de grandes compañías".

Los niveles de internacionalización también son destacables, con un 64,5% más de ventas al exterior respecto al 2007, y un 35,5% más de ventas al resto del estado "a pesar de todos los boicots que se han intentado impulsar en estos años". Amat considera que esta visión internacional es la que ha permitido en Cataluña "salir mejor de la crisis que otras regiones".

El economista recuerda también como la rentabilidad de los fondos propios de las empresas catalanas está sobre el 9%, "el que anima muchas compañías a hacer inversiones", y pone de relevo el hecho que un medio como el Financial Times considerara Cataluña como el mejor lugar del sur de Europa para invertir el 2018 y el 2019. "Es esencial mantener los atractivos que tenemos de cara al exterior".

Evidentemente, el curso de la economía no sólo depende de factores bajo el control de un territorio. Amat apunta a turbulencias externas, como el Brexit, Trump o la desaceleración de la China, y otras internas, como la estabilidad política y la aprobación de los presupuestos, como posibles amenazas a la evolución económica de Cataluña. A pesar de todo, considera que el crecimiento del 2,5% por el 2019 es posible mejorando algunas de las debilidades apuntadas. "Eso sí, nos tenemos que poner desde hoy mismo".

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