VTC cortan la Diagonal de Barcelona | VC
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Los VTC elevan el tono

Uber y Cabify rechazan la precontractació de una hora propuesta por la Generalitat y piden centrar el debate en los derechos de los consumidores

"Cuando eres del taxi puedes hacer el que te dé la gana y parece que sólo consigues el que quieres si la lies". Así se expresaba el consultor de Uber y general manager de Diplolicy, Roger Montañola, durando lo debate Conflicto entre el sector del taxi y Uber, organizado por Deba-T y Tabla-Crash de la UPF. Después de una jornada de tensión en la que tanto Uber como Cabify amenazaron con marchar de Barcelona en respuesta a la propuesta de la Generalitat de fijar una precontractació mínima de una hora por sus servicios, los VTC han elevado el tono y el propio Montañola ha asegurado que "tampoco me sale de los cojones" aceptar los términos del taxi, en referencia a las declaraciones del portavoz de Élite Taxi, Tito Álvarez, que hace unos meses aseguró que la Generalitat acabaría haciendo el que al gremio le saliera de sus propios atributos.

Més info: Y tú, eres más de taxi o de VTC?

Ya acabada su exposición testicular, Montañola rebajó el tono de la discusión y lanzó un reto a su compañero de debate. "El futuro es el consenso y el diálogo, así que le pregunto: el taxi quiere hablar o imponer?". Este golpe, pero, el representante de los VTC se encontró con un contrincante que no estaba por la escalada dialéctica. El miembro de la ejecutiva nacional del Sindicato de Taxis de Cataluña, Carlos Fernández, no dudó al apostar por la negociación. "Estamos dispuestos a hablar, pero siempre que haya una normativa por delante. El taxi está hiperregulat, hasta el punto que ni siquiera podemos ofrecer precios por debajo de la tarifa oficial ni en servicios precontractats, mientras que los VTC en la actualidad están circulando por la ciudad para generar una captación de clientes que no entra en sus competencias".

Orígenes de un conflicto enquistado

La pelea entre taxis y VTC en Barcelona nace con la aparición de Uber al 2014, que entra a la capital catalana con el modelo Uber-pop, en funcionamiento todavía hoy fuera de Europa y basado en la economía colaborativa. Es decir, cualquier conductor podía utilizar la aplicación para ofrecer un desplazamiento a un tercero. "Con la normativa europea este modelo generaba una competencia desleal, pero desde el 2016 los conductores de estas compañías trabajan con la licencia VTC, por el que se sitúan en un estado plenamente vigente y legal que, además, incorpora la innovación de la tecnología en la forma de contratación", resume Montañola.

Montañola: "Desde el 2016 los conductores de estas compañías trabajan con la licencia VTC, por el que se sitúan en un estado plenamente vigente y legal"

El primer elemento de conflicto es qué es el límite en la actuación de los VTC. Hasta la entrada de actores como Uber y Cabify, estas licencias se destinaban a vehículos de lujo de hasta nueve plazas, por el que su actividad se relacionaba con limusinas, traslado de ejecutivos o acompañamiento durante los entierros, por ejemplo. A diferencia de los taxis, los VTC sólo pueden funcionar por precontractació y no pueden captar clientes. "El que nos encontramos en la realidad son conductores VTC ofreciéndose con carteles al aeropuerto o vehículos circulante por Barcelona, localizables y abiertos por la contratación a través de una aplicación abierta. Esto es propiciar la captación", denuncia Fernández, que asegura que el sector del taxi no está en contra de la libre competencia, "pero sí que pedimos fijar unas normas a un sector totalmente desregularitzat".

Cuál es negocio de Uber y Cabify?

El profesor de economía de la UPF, Juan José Ganuza, eleva el debate y plantea reflexionar sobre cuál es el negocio real de empresas como Uber y Cabify. "Estas compañías simplemente facilitan la emparellament entre consumidores y conductores a través de una aplicación, por el que no forman parte del sector de la movilidad, sino que son empresas tecnológicas", argumenta. Ganuza considera que estos nuevos actores generan más actividad, por el que "hacen crecer el mercado, dan más opciones a los consumidores, ajustan los precios y ponen en acción activos claramente subutilitzats", como sería el transporte en coche por las ciudades en este caso.

El investigador también pone en entredicho la legislación europea que niega la instauración del modelo Uber-pop al continente. "En Europa nos interesan más los derechos laborales que las oportunidades de negocio, pero el debate no es tan obvio; Uber es un cambio tecnológico positivo que aporta muchas opciones de mejores por los consumidores y la clave es como regular su actividad".

Fernández, pero, niega la mayor en el argumento de Ganuza. "El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ya falló que Uber era una empresa de Transporte, por el que tienen que estar sujetos a las mismas exigencias que el taxi para operar", recuerda.

El taxista también pone en entredicho la mejoras que aportan las empresas VTC al servicio al consumidor. "El taxi utiliza la misma tecnología de geolocalització y contratación a través de una app que Uber, operamos con un precio regulado por la administración de 1,13 euros por kilómetro, mientras que los VTC lo hacen a 1,42 euros y fomentan la especulación en las tarifas".

El efecto Uber sobre el sector del taxi

Por su parte, Montañola denuncia las "protestas desequilibradas" del sector del taxi, teniendo en cuenta el impacto que ha tenido la aparición de Uber y Cabify en el sector. "Desde el 2014, el taxi ha incrementado un 25% su facturación, por el que no entendemos que se nos acuse de estar destruyendo su negocio". Por otro lado, el consultor recuerda que el número de licencias de taxi en Barcelona se han mantenido en torno a las 11.000 desde el 1980 hasta hoy, mientras que la ciudad ha duplicado su población y ha multiplicado por 10 el turismo. "Los 3.000 vehículos VTC que hay operativos complementan la oferta, por el que el centro del debate tendría que estar en los derechos de los consumidores".

La UE recomienda tener 2,5 taxis en funcionamiento por cada mil habitantes y en Barcelona hay 3,7

Contra este argumento, Montañola recuerda que la Unión Europea recomienda tener 2,5 taxis en funcionamiento por cada mil habitantes, y que en Barcelona hay 3,7. "Estamos abiertos a que haya más licencias, pero si hay estudios serios que lo recomienden. La realidad hoy es que Barcelona es una de las ciudades con más taxis en circulación y que, de lunes a viernes, tenemos unos 2.000 vehículos parados".

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