Luces y sombras del MAB

Las últimas modificaciones normativas aumentan la complejidad administrativa del que tiene que ser una herramienta de financiación para acelerar el crecimiento de pymes en expansión

En un país de clara dependencia bancaria en la financiación, cualquier herramienta alternativa para obtener inversión tiene que ser bienvenida. Con esta esperanza se vivió el arranque del Mercado Alternativo Bursátil (MAB) el julio del 2009, un espacio que pretendía seguir el modelo del AIM británico, el Neuer Markt alemán o el Nouveau Marché francés; con pymes en expansión ofreciendo sus acciones en cotizaciones que permitan captar inversión y acelerar su crecimiento. Ahora bien, a la bolsa se puede ganar, pero también perder. En este 2016, las empresas catalanas presentes al MAB han perdido 19 millones de euros hasta junio, según el diario Expansion.

Más negativa sobre el MAB, pero, era la noticia del 2014 cuando se destapaba que una de las compañías bandera de este mercado, Gowex, era una estafa. El MAB quedaba tocado y con la necesidad de implantar cambios que mostraran imagen de renovación y garantías que una situación similar no se repetiría. "Estos cambios comportan mucha más complejidad administrativa por esta tipología de empresas, que son pequeñas", lamenta Xavier Castells, Chief Financial Officer (CFO) de Inkemia, una de las empresas catalanas más veteranas en este mercado. "Estás cargando una tarea administrativa muy costosa en unas empresas que necesitan los recursos para crecer", constata.

Según Castells, se han establecido obligaciones "que no existen al mercado continuo, hecho que es una tonteria porque allá hubo un caso similar al de Gowex con Pescanova". Por ejemplo, una de estas novedades es que "los números semestrales tienen que recibir una miniauditoria. Esto está trayendo muchos problemas porque los auditores no saben muy bien qué tienen que hacer. Han puesto la norma pero no dicen qué se tiene que hacer", asegura el dirigente de Inkemia.

Con más de cuatro años de experiencia en este mercado, a Inkemia hacen una valoración "positiva crítica". Su responsable financiero se muestra globalmente satisfecho del rendimiento obtenido, "a pesar de que al principio lo encontrábamos un mercado más interesante".

Castells lamenta que después de todo el que ha pasado "ahora es un mercado poco líquido donde no se potencian los inversores". En este sentido, compara las ventajas fiscales que estos pueden encontrar a la AIM; y recuerda que "aquí hay algunas ventajas autonómicas, pero no estatales. Esto hace daño al mercado."

El CFO de Inkemia asegura que "ni desde el Gobierno ni desde Bolsas y Mercados se apuesta realmente por el MAB, no se lo cruzan y no están haciendo nada porque se conozca. Tendrían que conseguir que sus valores aparezcan a los diarios como lo hacen el resto". Y vaticina que la situación no hará un salto positivo "hasta que no haya algún 'exit' y entren inversores institucionales".

Notoriedad y transparencia
Sea como fuere, a finales de 2015 la financiación total de empresas en este mercado llegó a 409,62 millones de euros en un total de 84 operaciones; y el número de compañías que habitan ha ido creciendo de manera gradual.

La última catalana a incorporarse ha sido VozTelecom, que lo ha hecho este verano con el objetivo de acelerar su crecimiento con un proyecto por el cual estimaban una inversión de cinco millones de euros. "Una parte lo hemos subscrito con financiación bancaria, pero cómo que era una cantidad importante y no nos queríamos endeudar tanto, había que incorporar nuevos socios que aportaran capital", explica su CEO, Xavier Casajoana.

"El MAB nos permitía ejecutar una ampliación de capital y nos aportaba otros valores como el de la notoriedad", añade el que también es uno de los socios fundadores de la compañía. Una notoriedad que se traduce con más atención por parte de los medios de comunicación y que también se nota en clientes y distribuidores. Además, destaca Casajoana, "aporta transparencia, que es muy importante en este sector".

En el caso de Inkemia, están desde diciembre del 2012. "Tenemos un proyecto empresarial que se basa mucho en temas de innovación y ciencia, que requiere mucha inversión", indica Xavier Castells. Dentro de este modelo de empresa, "llegaba un punto que habíamos desarrollado una serie de tecnologías, patentes y conocimiento que teníamos que explotar comercialmente". Es decir, que la empresa ya era bastante madura para hacer exponencial su crecimiento.

"Habíamos mirado el capital riesgo, pero su gran problemática es que es un concepto bastante monoproducte, no entiende una visión global de modelo de empresa", dice su dirigente. Con la voluntad de diseñar un modelo de empresa "innovador dentro del ámbito de las ciencias de la vida y no tanto una empresa biotecnológica monoproducte"; Inkemia ha buscado en el MAB la herramienta para captar el capital necesario por este crecimiento de forma regular. No va, acaba de anunciar una nueva ampliación de capital.

La parte importante
"La clave de salir al mercado es encontrar aquellos socios que te acompañen en el camino y con los cuales te sientas confortable", asegura convencido Xavier Castells. Se refiere a los asesores registrados y a los abogados, pero especialmente a los col·locadors (la figura del broker al AIM). "Necesitas alguien que mira de buscarte inversores continuamente. Si no, el valor de tu empresa está muerto", constata el dirigente de Inkemia.

Por Casajoana, de VozTelecom, el más difícil de salir al MAB "es encontrar los inversores". Una tarea siempre complicada, ya sea en este mercado o en una ronda convencional. "Tienes que encontrar inversores que crean en la compañía y el plan de negocio porque al final se tienen que convertir en socios. Por lo tanto, el primero que te tienes que plantear para salir al MAB es si tienes un plan de negocio y un proyecto de compañía que pueda ser atractivo por los inversores". Si lo tienes, el resto es "tiempo y trabajo burocrático, pero lo puede hacer cualquier empresa con los asesores y abogados adecuados". Eso sí, advierte que "si no tienes un plan para crecer no hace falta que pienses en el MAB porque no encontrarás socios que quieran invertir en la empresa".

coincide Castells, por quién es clave entender que "el MAB es un mercado por pequeñas empresas tecnológicas con potencial de crecimiento". El responsable financiero de Inkemia emfasitza que "se tiene que tener claro que muchas pueden fracasar, pero forma parte del juego. Hay más riesgo, pero el potencial de ganancia también es superior".

Qué supone hacer el salto al MAB?
Formar parte del mercado de valores implica que los inversores tienen que poder conocer con detalle el estado de las empresas que cotizan. Por eso, las compañías tienen que perder el miedo a hacer pública información importante sobre el funcionamiento de su negocio. "Hay pymes con miedo de perder el control, pero la familia Botín tiene el 0,5% de acciones del Santander y tiene un cierto control sobre el banco. El concepto de control es muy relativo", evidencia Xavier Castells.

A la vez, las compañías que entran al MAB tienen que asumir un coste de incorporación de 6.000 euros más el 0,05 por 1.000 sobre la capitalización de los valores a incorporar; así como el coste de contratar los servicios de asesores registrados, auditores y asesores legales.

Una adaptación que ha sido relativamente sencilla para VozTelecom. "Desde el 2004 ya hemos tenido socios financieros con fondos de inversión, que comportan una serie de obligaciones similares en el funcionamiento de la compañía y de traer las finanzas", evidencia Casajoana.

Entre otras cosas, el regulador exige tener un consejo de administración con consejeros independientes que representen el capital que captará la empresa, a tener desarrollados e implantados códigos de conducta o, por supuesto, a ser una Sociedad Anónima (SANO). "Todo esto trae tiempo y dinero. Tienes que hacer due dilligence legal, financiera, contratar un asesor registrado, etc. Pero básicamente son tareas administrativas", insiste Casajoana.

Una tarea que tampoco fue complicada para Inkemia. "En una ampliación de capital previa a la salida al MAB ya éramos más de 70 socios, siendo lo principal accionista una cooperativa con 80 socios más", constata.

Un lugar para acelerar el crecimiento
El MAB se define como un mercado de empresas en expansión. Un espacio, en definitiva, donde acelerar el crecimiento. Esto puede explicar en buena parte el perfil habitual de las compañías que se lanzan, de cariz tecnológico. Sólo entre las catalanas encontramos, además de VozTelecom o Inkemia, AB-Biotics, Agile, Eurona o Lleida.net. También tienen cabida emprendidas del ámbito de las energías limpias como Griñó, o industriales como Tecnoquark.

"Nosotros queremos liderar nuestro segmento de mercado y confiamos que ser al MAB acelerará el crecimiento", dice Casajoana. De hecho, tiene claro que el MAB es un mercado que "si en el futuro necesitamos volver a ampliar capital podemos recorrer de nuevo". A la vez, añade Casajoana, "permite plantearte operaciones corporativas de comprar compañías que te aporten un crecimiento que no conseguirías de manera orgánica".
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