Según los expertos en recursos humanos, todos deberían tener un "matrimonio laboral" a lo largo de su vida profesional, aunque pueda parecer arriesgado y peligroso. ¿Qué particularidades engloba el término "matrimonio laboral"? Muy sencillo: una relación con muchos lazos, pero "sin amor ni sexo". Una persona con quien compartir el día a día, apoyarse mutuamente, cubrirse las espaldas y hablar, sin parar, de trabajo. Eso sí, también puede haber “poliamor laboral”, cierto favoritismo hacia otros empleados y una transición, en algunos casos, hacia una relación sexo afectiva.
¿Los beneficios de un "matrimonio laboral"? Más productividad y lealtad hacia la empresa
En estos momentos, entre el 30% y el 40% de los trabajadores catalanes y de todo el mundo confiesan contar con una "media naranja profesional", según los últimos estudios laborales. Y con dos beneficios concretos, que giran en torno al aumento de la productividad y la lealtad mutua hacia la empresa. Se utiliza el término "matrimonio" porque es una relación más intensa que otras amistades –quizás por el componente de verse diariamente–, pero comparte algunas características similares a las de un matrimonio. Y lo más importante, ayuda a reducir, y mucho, el estrés.
Los entresijos (y alguna sorpresa) de los "matrimonios laborales"
"Los matrimonios laborales no son siempre exclusivos, ya que se puede contar con varias parejas laborales, según el contexto de cada empresa, la tipología de organización y del rango de edad de los trabajadores", apunta Aida Jurado, consultora de recursos humanos y coach ejecutivo en VIA Empresa. Y, en un trabajo, además de la importancia de la retribución salarial, también está el "sentirse reconocido", continúa Jurado. Entre las compañías que destacan por contar con lazos tan estrechos entre trabajadores, lideran el ranking las empresas emergentes –conocidas también como startups– o las entidades que tienen un alto nivel de exigencia o cuentan con mucha colaboración y trabajo entre equipos. También departamentos de innovación y alta tecnología.
Hay muchos matrimonios laborales en las startups, en los departamentos de innovación y en los de alta tecnología
Aunque siempre han existido "matrimonios laborales", el teletrabajo –en auge durante la covid-19– fue una excepción en las relaciones profesionales de muchos y potenció "el aislamiento". "Cuando se entrevista a nuevos empleados, muchos de ellos enseguida preguntan qué días tienen que ir presencialmente a la oficina y no por los días que teletrabajan, como si fuera una obligación", destaca la experta en recursos humanos. Incluso, se ha llegado al punto de que a muchos empresarios les cuesta que algunos trabajadores se desplacen presencialmente a la oficina y, por ello, “crean desayunos temáticos o diversas actividades para fomentarlo”. De ahí la importancia de no perder el contacto personal y profesional entre ellos.
En una encuesta de Newsweek, el 57% de los millennials afirmaron que no les parecía bien tener un “cónyuge de trabajo”. Por el contrario, la mayoría de los encuestados de la generación Z, de 18 a 24 años, y de los boomers, de 55 años en adelante, estaban de acuerdo en que se dieran este tipo de relaciones entre compañeros. Es posible, según el informe, que los millennials se opongan a los “matrimonios laborales” porque creen en una firme separación entre trabajo y hogar. En este período pospandemia en que se está revaluando el concepto de trabajo y los límites del mismo entre la vida personal y profesional, muchas personas podrían estar poniendo otra clara línea de separación: las parejas en el trabajo no valen la pena.
Los 'boomers' y la generación Z están muy a favor de los "matrimonios laborales", mientras que algunos 'millennials' se oponen a ellos porque buscan que el trabajo y la parte personal estén separados
Sin embargo, la mayoría de estudios sugieren que, de hecho, tal como se ha mencionado anteriormente, es importante cultivar relaciones afectivas saludables dentro del trabajo, tanto para mejorar los niveles de estrés como para avanzar en la carrera profesional. Los estudios demuestran que tener un mejor amigo en el trabajo aumenta la productividad, el compromiso y la satisfacción laboral. "Yo las llamo relaciones vitales", afirma Keith Ferrazzi, fundador de la empresa de consultoría y coaching Ferrazzi Greenlight, una de las más reconocidas mundialmente y que más ha abordado las relaciones en el ámbito laboral.
¿Cómo sobrevivir a la línea difusa entre amistad y trabajo?
Dado que prácticamente la mitad de los catalanes confiesan contar con un “matrimonio laboral”, para tener un vínculo sano es necesario establecer límites claros. Como en la mayoría de relaciones, es evidente que puede haber momentos en que los dos miembros tengan tensiones laborales y también personales, además de discrepancias en opiniones y formas de hacer. Aida Jurado considera que se necesita "comunicación abierta, respeto, empatía y dar feedback constructivo entre ambas partes". "No porque seamos grandes amigos en el trabajo, me tiene que parecer todo bien", continúa la coach ejecutiva. Y, sobre todo, evitar caer en la exclusividad, la imparcialidad y el favoritismo. Y que esta relación más íntima no excluya al resto del equipo.
Del matrimonio laboral a una relación sexo afectiva
Fruto de la conexión y del día a día, también hay "matrimonios laborales" que han derivado en "matrimonios", sin la etiqueta laboral porque se ha convertido en una relación sexo afectiva. Aún más, hay muchas empresas que tienen claro que las relaciones amorosas pueden surgir entre sus empleados y otras que optan porque "se comunique inmediatamente" y, en casos más extremos, estén prohibidas.
¿Es posible impedir que surjan relaciones amorosas en el ámbito laboral? Barack Obama y Michelle Obama se conocieron en el trabajo, por ejemplo. O también el multimillonario Bill Gates, que compartió más de 27 años de unión con su compañera Melinda Gates. Hay países como Japón donde es común encontrar pareja en el trabajo, ya que pueden llegar a trabajar más de 70 horas a la semana. De hecho, si les “prohibieran ligar”, muchos no se casarían ni se enredarían con nadie. Incluso en el país nipón se publican rankings de las compañías donde es más fácil emparejarse. En cambio, muchas multinacionales estadounidenses evitan ciertas relaciones interpersonales para "favorecer la producción", mediante cláusulas adicionales y protocolos de actuación.
Hay países como Japón donde es común encontrar pareja en el trabajo, ya que pueden llegar a trabajar más de 70 horas a la semana
¿Y en Catalunya, cómo se gestionan las relaciones amorosas en las oficinas? ¿Existen cláusulas que lo “prohíben” explícitamente? ¿Hay sectores donde aflora el amor más habitualmente? ¿Tendemos a ser como los japoneses o los estadounidenses? La respuesta depende de cada caso, del ámbito, la edad y de la cultura empresarial. En primer lugar, el 30% de los catalanes confiesa que ha tenido una relación sexo afectiva con un compañero de trabajo a lo largo de su vida, según un informe de Infojobs. Tras unos años marcados por el teletrabajo y la disminución de los afterworks, los trabajadores hace meses que han vuelto en masa a las oficinas (o en formato híbrido) y con ello, nuevos vínculos íntimos y personales.
En el caso español, la política, la justicia o las fuerzas armadas, son los ámbitos que pueden tener regulaciones específicas que las prohíban. También sucede lo mismo en algunas empresas o industrias del sector financiero o de la tecnología de la información. En las relaciones amorosas surgidas del ámbito laboral hay más secretos que transparencia. De hecho, según los últimos estudios del sector, "solo el 34% de las parejas nacidas en el trabajo lo comunican desde el principio". El resto "espera años" o incluso "no lo confiesan nunca". Por tanto, una relación sentimental dentro de la empresa es aún un tema delicado de tratar.
El 30% de los catalanes confiesa que ha tenido una relación sexo afectiva con un compañero de trabajo a lo largo de su vida
Finalmente, más del 80% de las uniones entre compañeros de trabajo suelen darse entre empleados del mismo rango y el 44% se enamoraron en el mismo departamento. Como curiosidad, con jefes la cifra no llega al 10%.