Este año se cumplen dos años desde que se empezaron a recibir los fondos NextGen -oficialmente Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia-. España es el país al que más dinero por persona se le ha asignado. Hagamos un repaso. Básicamente, y para redondearlo, son unos 70.000 millones en subvenciones (dinero no reembolsable) y 70.000 en préstamos (dinero a devolver). Euros del 2021, unos 140.000 millones en total. Para hacer una comparación, Francia recibe 40.000 millones en subvenciones y ya está -no recurre a los préstamos-.
De hecho, para ser precisos, estos 70.000 (euros 2021) millones en subvenciones a fondo perdido son 69.521. ¿Dónde han ido a parar?, ¿cómo están siendo gastados? Iremos haciendo aproximaciones sucesivas. Una parte de la gestión de estos 69.521 millones se ha cedido a las comunidades autónomas que actúan, no nos engañemos, como gestoras. Como al Estado le ha caído mucho trabajo, buscan otros que les ayuden. ¿Cuánto? Pues 25.595 millones. Resumiendo, las comunidades autónomas gestionan el 37% de los recursos en subvenciones del programa NextGen.
Las comunidades autónomas gestionan el 37% de los recursos en subvenciones del programa NextGen
Por el momento se han convocado concursos por valor de 65.138 millones, de los cuales se han resuelto por valor de 37.703 millones, un 57,9%. Por lo que corresponde a la administración central, la tasa de resolución es del 59,3%, mientras que la correspondiente a las comunidades autónomas es del 53,7%. Se deduce, por tanto, que las comunidades autónomas han resuelto, porcentualmente, menos concursos que la administración central. ¿Y Catalunya? Pues Catalunya ha resuelto solo el 39,9% de las convocatorias realizadas (el País Vasco el 79,3%). Es decir, que Catalunya no va muy bien. De los 4.399 millones por los que ha convocado adjudicación, solo ha resuelto por valor de 1.756 millones.
¿Cómo se han distribuido en Catalunya todos los dineros de las convocatorias resueltas -tanto las realizadas por la administración central como por la Generalitat? ¿En qué materias?
Desde la puesta en marcha de los fondos NextGen la principal cuestión ha sido: ¿cómo se puede asignar a proyectos una cantidad de dinero tan gigantesca de recursos (70.000 millones, el 6% del PIB español) en un periodo de tiempo tan corto -tres años-? La respuesta ya la he explicado parcialmente. El gobierno decidió que él administraría dos tercios (63%) y el tercio restante (37%) lo administrarían las comunidades autónomas. Parece que la asignación a proyectos se está cumpliendo de manera adecuada en cuanto a la cantidad. Ahora bien, ¿en cuanto a la calidad, a la racionalidad?
En artículos anteriores (Coches eléctricos: ¿qué nos está pasando? y Fondos Next Generation: la fortuna de Pedro Sánchez) ya expliqué que las subvenciones para la electrificación (coche eléctrico, puntos de recarga, paneles solares, etc.) en España constituían una auténtica complicación. No solo por el proceso administrativo, absolutamente aberrante, sino porque, además, cuando se cobran -personalmente, no conozco a nadie que las haya cobrado aún- se cobran en bruto. Es decir, se tienen que declarar a hacienda como ingreso -este último hecho no ocurre en ninguno de los países vecinos (Francia, Alemania o Italia)-.
Teniendo en cuenta la transparencia y los controles que se implantaron por parte de la Unión Europea (UE) no parece que haya malgasto. Pero sí hay una falta total de estrategia. Y supongo que esta falta de estrategia es la que ha provocado la dimisión del señor Wayne Griffiths (consejero delegado de Seat y Cupra) como presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). Lo hace aludiendo a la falta de voluntad del gobierno español en la electrificación del automóvil. Todo lo enumerado: ayudas y planes para la adquisición de automóviles, puntos de recarga, etc. En cualquier otro país una dimisión de estas características habría generado un gran revuelo. Que el presidente de la asociación que agrupa a los fabricantes del segundo país de la UE en producción de coches dimita, no es una broma. Esperamos que esta dimisión tenga repercusiones procedentes de Europa.
Pero sobre a qué empresas se han asignado los proyectos hablaré en el próximo análisis, dentro de unos días.