El pacto tácito entre moneda y presupuesto

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, y la presidenta de la AIReF, Cirstina Herrero, diagnostican las claves de la recuperación económica poscovid

La presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, durante el diálogo de Ivie y la Fundación Lluch | Cedida La presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, y el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, durante el diálogo de Ivie y la Fundación Lluch | Cedida

La crisis económica causada por la pandemia puede ser, ante la coyuntura económica y social de las décadas que venden, solo una de muchas. Shocks económicos como el que ha supuesto la Covid-19 "pueden ser más fuertes del que en un principio se piensa en un entorno globalizado, y más frecuentes en adelante", prevé la presidenta de La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) Cristina Herrero. En un coloquio con el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, organizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la fundación Ernest Lluch, Herrero ha reivindicado los efectos de la política económica europea durante los meses de crisis sociosanitaria – sin la cual, apunta, sus consecuencias hubieran sido "mucho más severas" – pidiendo una mirada que rehuya el cortoplacismo para acometer las reformas económicas, monetarias y fiscales que pide la Unión Europea.

"Cuando comparamos esta crisis con la financiera de 2008, la situación previa al Coronavirus era mucho más saneada", recuerda Hernández de Cos, que hace un balance positivo de la política económica española y europea durante la crisis sanitaria. "A los economistas del banco siempre propongo el contrafactual – reflexiona el gobernador del BdE – qué hubiera pasado si las políticas económicas no hubieran actuado de la forma que lo han hecho?". Para de Cos, las consecuencias de un funcionamiento diferente de la economía regional de la Unión hubieran sido desastrosas – una percepción que confirma el Fondo Monetario Internacional, que proyectaba una posible caída del PIB europeo tres veces superior a la que ha sufrido el continente.

"Esta crisis nos ha cogido por sorpresa a todos – opina Herrero – y todos hemos tenido que adaptar, en el marco de nuestras competencias, nuestras decisiones a un entorno no solo complejo sino cambiante día a día". Hernández de Cos, en esta misma línea, opina, pero, que en adelante se tiene que virar el planteamiento común de la política económica europea. "La política económica no tiene que estar solo enfocada a la solución de la crisis – defiende – sino a la atracción de talento y empresas y a una buena gestión" del día a día económico de cada estado y del conjunto de la Unión.

Hernández de Cos: "Pese a las mejoras que se han producido en la Unión monetaria, Europa todavía tiene brechas de funcionamiento importantes"

Pese a la respuesta conjunta que las instituciones europeas han establecido por la crisis del Coronavirus, con mecanismos ambiciosos como el Fondo de Recuperación Next Generation EU, el gobernador del Banco de España alerta que, a todos los efectos, Europa es todavía una reunión económicamente poco coordinada. "Pese a las mejoras que se han producido a la Unión monetaria – afirma Hernández de Cos – Europa todavía tiene rendijas de funcionamiento importantes, fundamentales para el funcionamiento del área a su conjunto". El sector bancario es ejemplo, según el economista. Mientras que las decisiones se toman a Frankfurt y Bruselas, "si hay un problema quien paga el apoyo público a la banca son los ciudadanos de cada país".

Mil metros de mirada

"Parece que el más grave ya ha pasado – celebra Herrero – y ahora hay que empezar a mirar en medio plazo". La necesidad de acometre reformas en el marco económico y fiscal de la Unión y de cada uno de los estados miembros ha quedado patentiza durante los últimos meses, que han demostrado, afirman los ponientes, las fortalezas y necesidades del entorno europeo. "En el futuro se tiene que replantear la relación que tienen que tener la política monetaria y la política fiscal". Hernández de Cos coincide con la presidenta de la AIReF, apuntando que "no hay un matrimonio entre política fiscal y política monetaria, sino una coordinación implícita. La política monetaria no es un apoyo incondicional de la presupuestaria".

Pablo Hernández de Cos i Cristina Herrero | Cedida

Pablo Hernández de Cos y Cristina Herrero | Cedida


Tanto en fiscalidad como en otros aspectos económicos, el Estado y la Unión piden reformas profundas que cambien algunas de las tendencias empresariales y productivas de los estados miembros. Hernández de Cos considera que estas reformas no surgen de la pandemia – la recuperación se presenta, de hecho, como una oportunidad para cerrar rendijas que hacía años que permanecían abiertas. "Hay que ser ambicioso con las reformas estructurales, porque el crecimiento potencial de la economía española ya era reducido antes de la pandemia, especialmente en comparación con nuestros homólogos europeos". La baja productividad, la desigualdad o el envejecimiento de la población se presentan como los grandes problemas a resolver a una economía cómo la española.

"La baja productividad española está ligada a una cultura empresarial que genera un ecosistema basado en pymes", lamenta Hernández de Cos, que ve necesario establecer un tejido corporativo de empresas con suficientes pes para acceder a los beneficios de las economías de escala. Las limitaciones españolas, según detecta el gobernador del Banco de España, se amplían también a la fuerza de trabajo - "especialmente en el mercado tecnológico". Las soluciones al problema de la productividad pueden, para Hernández de Cos, ayudar en la resolución de muchos de los otros retos de la economía del Estado . "España tiene un problema de desigualdad preocupante – ilustra el economista – pero difícilmente podremos salir sin mejorar los niveles de productividad". 

Herrero: "Hace falta una racionalización del gasto público, es fundamental una valuación en cuanto a la gestión de los recursos públicos"

En cuanto a la política fiscal, la reforma realmente se llama consolidación. "Por consolidación fiscal se entiende eficiencia en la gestión de los recursos públicos – defensa Herrero – y sostenibilidad a medio plazo". Los procesos fiscales que venden en los próximos años y que marcarán la salida de la crisis de la Covid necesitarán, según Herrero, mucha educación. "La pedagogía es necesaria en el proceso de consolidación", afirma la presidenta de la AIReF, que ve en los agentes económicos una necesidad de "certezas sobre el marco que establecerá el contexto donde se aplicarán sus decisiones". "Es fundamental presentar un plan de consolidación", afirma.

"Hace falta una racionalización del gasto público, es fundamental una valuació en cuanto a la gestión de los recursos públicos". Por Herrero, la pandemia ha demostrado la necesidad de objetivos estratégicos y actuaciones comunes guiadas, precisamente, por hojas de ruta cómo el plan de consolidación que plantea. En cuanto a medidas concretas, la presidenta de la AIReF pide una reforma tributaria "por la parte de los ingresos" que establezca las bases de un sistema más eficiente. "Hay que analizar no solo tipo y figuras impositivas, sino también fraude fiscal o deducciones y bonificaciones", y analizar si cada medida fiscal cumple "con el papel del cual era instrumento", concluye Herrero.

Según las necesidades

El actual pacto europeo de estabilidad, critica Hernández de Cos, "está hoy en día para influir sobre la política presupuestaria de cada cual de los países miembros, pero carece una estrategia conjunta". Los ponientes piden, en este sentido, una estrategia económica común que permita encajar las necesidades y potencialidades de todos los estados europeos, teniendo en cuenta la diversidad de condiciones de cada uno de los tejidos y modelo económicos de la Unión.

El gobernador del Banco de España augura, sin embargo, que un mecanismo cómo los Next Generation EU puede acontecer un "embrión" de una estrategia conjunta más ancha. "No tenemos un mecanismo de estabilización macroeconómica común por grandes crisis, pero que también podamos usar para ciclos económicos normales" - una de los grandes errores, según de Cos, de los ciclos económicos anteriores, puesto que no se ha conseguido "disciplinar" las autoridades en periodos de bonanza económica y se han aplicado solo políticas procícliques.

La necesidad de perspectivas conjuntas, pero también de nuevas ensambladuras de los estados miembros de la Unión, también se aplica a la política fiscal. Herrero detecta, de hecho, una cierta "desafección con los marcos fiscales tanto europeo cómo nacional", cosa que provoca que el regreso a la normalidad en cuanto a impuestos y gasto sea una "incógnita". El marco fiscal actual es, por la presidenta de la AIReF, "excesivamente complejo", y un primero sentido reformista tendría que ser, afirma, una simplificación de sus normativas, que lo hagan "trasladable y explicable a los ciudadanos".

Herrero: "Hay una desafección hacia los marcos fiscales tanto europeo como nacional"

Esta excesiva complejidad, unida a la carencia de ensambladura a las situaciones concretas de cada sido miembro, ha provocado que el marco fiscal europeo "no haya sido capaz de generar ganancias" a largo plazo. Herrero coincide con de Cos – este golpe desde el punto de vista fiscal – en la necesidad de introducir reformas que rompan las dinámicas procícliques de los estados y la Unión. "Los marcos fiscales nacionales no hacen más que replicar el curtterminisme del marco fiscal europeo" - un problema que, según la presidenta, pide "poner el foco en el mediano plazo y la estabilidad".

La legitimidad del marco fiscal proviene, según Herrero, de la "posibilidad de lograr objetivos". La presidenta defiende, pues, una cierta apertura de las políticas europeas, que adapten sus normas a las necesidades y situaciones de los estados miembros. "Hay que analizar cada situación, fijar caminos realistas y creíbles y exigimos el cumplimiento de estos caminos", reivindica Herrero, pidiendo el establecimiento de "sendas diferenciales" en cuanto a las normativas fiscales.

La reforma fiscal necesaria en el Estado tiene que ir, de hecho, de la mano de un cambio en este sentido en el marco fiscal europeo, insiste, "orientado en medio plazo", tanto en cuanto a los objetivos como las exigencias y medidas correctives que se aplican a los incumplimientos. Una reforma que se puede reproducir, defensa, en cuanto alEstado Español y las Comunidades Autónomas. "No se puede pedir el mismo objetivo de déficit y que por un territorio suponga una reducción y por otra pueda suponer aumentar el gasto". La clave para un sistema fiscal eficiente y realista, pues, es "reconocer las diferencias de partida" - una estrategia que, según Herrero, supone "ser más exigente con el cumplimiento de las medidas".

 

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