La Política Agrícola Común a la hora de la verdad

La nueva PAC tendrá vigencia hasta 2027 y establece que el 25% de los pagos directos se deben destinar a la lucha contra el cambio climático

La UE impulsa la Política Agriàría Común | iStock La UE impulsa la Política Agriàría Común | iStock

El pasado 28 de junio, los representantes del Consejo, el Parlamento y la Comisión Europea, alcanzaron un acuerdo para la nueva Política Agraria Común (PAC) hasta 2027. Maria do Céu Antunes, ministra de Agricultura de Portugal, que presidió la reunión, dijo: "Hoy hemos acordado la PAC más ambiciosa hasta la fecha. Es un buen resultado para los agricultores y ganaderos y para Europa, que reforzará el sistema agroalimentario europeo y lo hará más sostenible y justo para todos". El acuerdo llega después de tres años de debate, reticencias y retrasos.

La resistencia al cambio se expresa, especialmente, cuando el cambio no es aplazable, cuando no tenemos argumentos para los eufemismos y las emergencias trituran los calendarios. Hay que recordar que nos encontramos en emergencia climática y el riesgo de que esto implique graves tensiones en el ámbito alimentario gana probabilidades cada día. La agricultura está en el centro del actual reto medioambiental, como víctima, como problema y como solución, tal como ha entendido el nuevo Govern de Catalunya al crear la Conselleria d'Acció Climàtica, Alimentació i Acció Rural. La Unión Europea también lo ha comprendido al armonizar las propuestas del Green Deal con las políticas agrícolas de la UE.

El acuerdo, a parte de su contenido, es una buena noticia. En primer lugar, por el mero hecho de que evita la duplicación de caminos entre el Green Deal y las políticas agrícolas. Así, la PAC se convierte en la herramienta y el motor de las políticas del Green Deal en el ámbito agroalimentario y rural. En segundo lugar, ya que supone el establecimiento de un marco estable para la PAC hasta 2027.

Las dotaciones económicas

En cuanto a las asignaciones financieras globales, según el profesor Alan Matthews, en siete años corresponderían a España 34.124 millones de euros (el 12% del total) para pagos directos y 7.802millones para el mismo periodo para desarrollo rural (8,9% del total). Según un análisis de Andreu Ferrer, de la Unió de Pagesos, para el conjunto de la Unión Europea los fondos disponibles para la PAC, en términos de precios corrientes, representan un aumento del 0,57% para el primer pilar o pagos directos y un aumento del 4,01% para el segundo pilar para el desarrollo rural. Sin embargo, hay que añadir que estas cantidades no tienen en cuenta los fondos Next Generation a los que tienen acceso las propuestas del mundo agroalimentario, tal como los demás sectores.

La PAC establece que el 25% del total de pagos directos se deben destinar a prácticas que permitan avanzar en la lucha contra el cambio climático

El contenido

Sin pretender un detalle exhaustivo analizamos algunos de los contenidos innovadores o los que se refuerzan en este acuerdo:

1. Una forma diferente de administrar los fondos: planes estratégicos y seguimiento de resultados. Los Estados tendrán que presentar planes estratégicos hasta fin de año, en los que habrá cierto margen de maniobra para adaptarse a la realidad de cada país y región. Los Estados establecerán prioridades en las ayudas e incentivos sectoriales y definirán programas para promover la digitalización, la estructuración de la cadena alimentaria y el relevo generacional. La supervisión se basa en controles periódicos basados en indicadores ad hoc.

2. Eco-esquemas. Es otra novedad. Establece que el 25% del total de los pagos directos debe destinarse a prácticas que permitan avanzar en la lucha contra el cambio climático, promover la biodiversidad y la eficiencia energética, promoviendo modelos agrícolas más sostenibles (rotación de cultivos, agricultura de conservación, producción integrada, agricultura ecológica...). Los ecosistemas parecen ser una continuidad del pago ecológico anterior, pero aquella herramienta se demostró poco efectiva. Ahora se quiere ser más ambicioso, pero, sobre todo, más eficiente con un seguimiento periódico de los resultados en relación con lo establecido en el plan estratégico.

3. Condicionalidad. Se refuerzan los requisitos medioambientales mínimos para tener derecho a recibir ayudas. Por ejemplo, el 3% de las tierras de cultivo deben dedicarse a la biodiversidad y barbecho, las zonas húmedas y las turberas deben protegerse, etc.

4. Inversiones agroambientales. El 35% de los fondos de desarrollo rural deberán destinarse a medidas de mejora ambiental, lucha contra el cambio climático o bienestar animal.

La nueva política quiere avanzar hacia una distribución más equilibrada que favorezca a los agricultores medianos y pequeños

5. Convergencia interna. La anterior reforma de la PAC hizo un importante esfuerzo para acabar con los derechos históricos, es decir, aquellos que aún permiten que dos fincas iguales que producen los mismos productos tengan pagos totalmente diferenciados por inercias históricas. La mayoría de los países europeos hicieron sus deberes, pero España se negó persistentemente hasta que la Comisión Europea cedió y aceptó un sistema multirregional casi ridículo para dar una continuidad aproximada a los pagos históricos. En esta ocasión se ha acordado alcanzar el 85% de convergencia antes de 2026, con la lógica resistencia de las Comunidades Autónomas más favorecidas.

6. Redistribución de pagos. Actualmente, el 80% de los fondos se destinan a menos del 20% de los beneficiarios. La nueva PAC quiere avanzar hacia una distribución más equilibrada que favorezca a los pequeños y medianos agricultores. Con este fin, el 10% de los pagos directos deben utilizarse para redistribuir entre las explotaciones más desfavorecidas. Esta obligación puede evitarse si el Estado utiliza otros mecanismos como un techo máximo de la ayuda (capping) o un mecanismo de reducción porcentual de pagos o degresividad a partir de 60.000 euros. En este concepto las empresas cooperativas se consideran una suma de empresas más pequeñas y están excluidas de esta redistribución.

7. Nueva dimensión social. La concesión de ayudas estará condicionada al cumplimiento de las normas laborales.

8. Agricultor genuino. La PAC está orientada hacia el agricultor profesional, el que tiene la mayor parte de sus ingresos en la actividad agrícola, para definir esta actividad se admite, sin embargo, la pluriactividad en actividades complementarias como el agroturismo o los servicios ambientales.

Para hacer frente a las crisis de mercado, se destinan 450 millones de euros a la creación de un fondo de reserva

9. Jóvenes agricultores. Se ha establecido un nivel mínimo obligatorio de apoyo para los jóvenes agricultores que será el 3% de los presupuestos de pagos directos de cada estado.

10. Asesoramiento a las explotaciones. Los Estados miembros están obligados a establecer servicios de asesoramiento agrícola para informar a los agricultores sobre los requisitos y condicionantes relacionados con las ayudas y sobre las prácticas y las tecnologías más adecuadas.

11. Reserva de crisis. Para hacer frente a las crisis del mercado, se destinan 450 millones de euros a la creación de un fondo de reserva para este fin.

12. Mercados agrícolas y cadena alimentaria. La Comisión creará un Observatorio del Mercado para todos los productos con el fin de supervisar y actuar en caso de crisis. Al mismo tiempo, se amplían las posibilidades de que los agricultores unan sus fuerzas de conformidad con las excepciones agrícolas a las leyes de competencia.

Las recomendaciones

La Comisión Europea ha publicado una serie de recomendaciones para la elaboración de los planes estratégicos de cada país. Estas recomendaciones muestran las preocupaciones de los expertos de la Comisión en relación con España. La PAC señala un marco de actuación y proporciona algunas herramientas, pero las recomendaciones suponen una orientación hacia actuaciones concretas y un detalle de las prioridades que deben establecerse. Es una buena guía para la acción, vale la pena entretenerse en analizarlas.  

  1. Recomendaciones medioambientales:
    • Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero con especial atención a la fermentación entérica de la cabaña ganadera.
    • Reducir los efectos derivados de los fenómenos meteorológicos extremos (adoptar cultivos menos exigentes con agua, variedades resistentes a la sequía, conservación de pastos existentes, etc.).
    • Modernización de las infraestructuras hidráulicas y sistemas de riego existentes.
    • Abordar el problema de la elevada erosión del suelo y la desertificación de las tierras cultivables.
    • Revertir el proceso de pérdida de biodiversidad fomentando la conexión del paisaje y una mayor diversidad.
    • Manejo forestal sostenible, promoviendo su multifuncionalidad, protección y restauración.
  2. Recomendaciones económicas:
    • Promover la competitividad de las explotaciones y la consolidación de aquellas que sean viables y orientadas al mercado.
    • Estimular las inversiones, especialmente en nuevas tecnologías y prácticas agrícolas más respetuosas con el medio ambiente.
    • Mayor integración de los productores primarios mediante el fomento de un mayor tamaño de las organizaciones de productores (PO).
    • Mejorar la eficacia, orientación y distribución de la ayuda directa. En este sentido, se propone avanzar significativamente en el proceso de convergencia interna de España, uno de los temas pendientes de la "marca España".
  3. Recomendaciones sociales y rurales:
    • Reducir el uso de antimicrobianos y mejorar el manejo de los rebaños.
    • Reducir el uso y los riesgos de los productos fitosanitarios y promover prácticas agrícolas sostenibles como el manejo integrado de plagas.
    • Afrontar el reto de la renovación generacional y reducir la brecha entre el empleo masculino y femenino.
    • Promover la inclusión social de grupos vulnerables tal como los trabajadores temporeros.
  4. Otras:
    • Avanzar en la llegada de la banda ancha a todos los espacios rurales a fin de acelerar la transición digital del sector.
    • Acceso al conocimiento y a la innovación a través de sistemas de asesoramiento integrados en el AKIS (sistemas de conocimiento e innovación en agricultura) y orientar los proyectos de investigación hacia las necesidades de agricultores y ganaderos.

Los puntos críticos

Los puntos críticos de la nueva PAC podrían simplificarse con cuatro palabras estrechamente relacionadas: costes, fronteras, rentabilidad y abastecimiento. Voy a tratar de explicarme.

Costes. Obviamente, las restricciones ambientales al sistema de producción agroalimentaria, a pesar de ser bienvenidas y necesarias, suponen un incremento de costes. En una sociedad cerrada, estos costes tendrían inmediatamente una respuesta en los mercados en forma de aumentos de precios. El colectivo afectado no sería otro que el consumidor. Pero esa no es la realidad con la que nos encontramos.

Los mayores requerimientos medioambientales de la Unión Europea provocarán tensiones comerciales que pueden ser severas

Fronteras. Europa forma parte de la Organización Mundial del Comercio (OMC), organismo que vela por el cumplimiento de los acuerdos de comercio internacional. A raíz de las propuestas del Green Deal, y a petición de Estados Unidos, el 17 de diciembre el Consejo General de la OMC emitió una comunicación relativa a las medidas restrictivas para hacer frente a los retos medioambientales. La OMC reconoce la importancia de los problemas ambientales y la necesidad de actuar para hacerles frente, pero remite la acción al marco de los acuerdos globales sobre cada una de las restricciones, de tal manera que una restricción unilateral se consideraría una subvención recurrible en el marco de las normas de la OMC. La Unión Europea es consciente de ello y en este sentido se propone ser un referente sobre políticas agrícolas sostenibles, que deberá negociar en el marco de la OMC para establecer nuevas normas de comercio internacional para la producción y comercialización de alimentos.

Rentabilidad. A pesar de las buenas intenciones teóricas y acciones que se puedan emprender en el marco de la OMC, es cierto que los mayores requerimientos medioambientales de la Unión Europea provocarán tensiones comerciales que pueden ser severas. El sector agroalimentario  teme que no pueda responder a la competencia de productos extranjeros elaborados bajo criterios ambientalmente más relajados. De ahí la reclamación mayoritaria en el sentido que la ambición medioambiental de la nueva PAC va acompañada de medidas que eviten la pérdida de rentabilidad del sector productivo.  

Abastecimiento. Si no hubiera modificación hacia técnicas más eficientes y productivas, el conjunto de mejoras ambientales supondría una pérdida de producción. Este hecho debe evaluarse desde un doble ángulo. Europa, como importante productor de alimentos, no puede subestimar su papel estratégico en la seguridad alimentaria mundial. Por otra parte, sería una alternativa indeseable sustituir la reducción de la producción europea por importaciones más tolerantes con los criterios medioambientales. Es decir, sustituir las medidas sostenibles por importaciones insostenibles, algo que los ministros de agricultura de la Unión Europea ya han advertido.

Todo ello nos orienta hacia el progreso tecnológico, la mejora genética y el desarrollo de las técnicas más eficientes con el apoyo de las TIC, incluyendo el riego eficiente y la agricultura de precisión. Producir más de manera más sostenible. En cualquier caso, el camino está marcado y todos los actores están implicados. Es hora de recorrer este camino, modificándolo si es necesario, pero desde el consenso de todos los actores a partir de las señales que la realidad -siempre creativa- nos mostrará. En este sentido, los cantos a la estética deben acabar, para emprender definitivamente  los caminos de la complejidad, la responsabilidad y el respeto que la producción, distribución y consumo de alimentos requieren y merecen.  

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