La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha anunciado que mantiene la horquilla de los tipos de interés entre el 5% y el 5,25%. La decisión pone fin a quince meses consecutivos de incrementos, tendencia que comenzó con el estallido de la guerra de Ucrania y que se mantuvo con el objetivo de evitar una mayor escalada de precios. Ahora, con la inflación en el 4% -lejos del récord del 9,1% que el país registró el pasado junio-, pero todavía "alta", el organismo quiere dar cierto margen para evaluar la evolución de los precios en un contexto de política monetaria restrictiva, de incremento de empleo "robusto" y de tasas de paro "bajas". Sin embargo, la FED no descarta futuras subidas en caso de que la inflación vuelva a crecer.
La decisión responde a la estrategia que ha seguido el banco central estadounidense durante los últimos meses, que ha seguido apostando por una subida de tipos, pero cada vez más moderada. Tras los primeros incrementos en marzo y mayo de 2022, la FED acumuló cuatro subidas seguidas de 0,75 puntos entre julio y noviembre, justo cuando la inflación se encontraba en máximos históricos. Con la desaceleración de los precios, la Reserva Federal apostó por un mayor incremento de 0,5 puntos en diciembre, mientras que entre febrero y mayo de 2023 optó por incrementos de 0,25 puntos.
Pese a detener la subida de tipos, el precio del dinero en Estados Unidos se mantiene en el nivel más alto desde mediados del 2006, cuando el mercado de la vivienda se encontraba en su punto álgido y antes de que estallara la burbuja inmobiliaria. Por último, hoy es el turno del Banco Central Europeo (BCE). En la zona euro la subida de tipos empezó algo más tarde y todavía queda recorrido al alza. Los mercados esperan un incremento adicional de 25 puntos básicos, al igual que el que se decidió en la reunión de mayo. Actualmente los tipos en la zona euro están en el 3,75%.