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120 años de prevenciones contra el aplastante capital

La exposición 'Un viaje por la historia de la prevención de los riesgos laborales' rellenó el MHC de resistencias silenciosas durante el mes de junio

Un cartel alemán de la década de los 30 que cumple el rol de imagen promocional de la exposición | Departamento de Trabajo
Un cartel alemán de la década de los 30 que cumple el rol de imagen promocional de la exposición | Departamento de Trabajo
Barcelona
26 de Julio de 2022

En lo que llevamos de 2022, cerca de 80.000 personas han sufrido un accidente laboral. Solo en los últimos siete meses, 44 personas han muerto haciendo su trabajo en Catalunya –36 en el puesto de trabajo, ocho in itinere–. Los datos del observatorio del trabajo de la Generalitat confirman que no solo la siniestralidad laboral todavía está más que presente en la vida de las trabajadoras y los trabajadores catalanes, sino que empeora. En comparación con el mismo periodo del 2021, la cifra de accidentes ha crecido en cerca de 8.000, mientras que los mortales han aumentado en 16 en términos interanuales. La oleada de calor ha vuelto a poner en el foro público la conversación sobre la seguridad en el trabajo –una que, denuncian los sindicatos, no siempre es la prioridad de la empresa–. El Departamento de Trabajo parecía prever la rabiosa actualidad de este conflicto con una propuesta de cultura del trabajo que hila rojo más de un siglo y tres continentes.

 

Durante todo el mes de junio, el Museo de Historia de Catalunya recogió la exposición Un viaje por la historia de la prevención de los riesgos laborales. Inaugurada por el mismo consejero RogerTorrent, la muestra expuso decenas de carteles y grafismos alertando a los trabajadores y trabajadoras de fábricas, andamios y oficinas de los riesgos que comportaba no tomar todas las precauciones para llevar a cabo su tarea diaria –o bien, que no se le facilitaran los recursos necesarios–. La consejería se marca a sí misma un reto de concienciación: en la misma introducción de la ruta concretan que el camino por la estética de la prevención de accidentes al puesto de trabajo tiene que servir para "concienciarnos que los peligros para la salud están presentes en cualquier tipo de trabajo", el que pide una actitidu preventiva que, como detallan las mismas piezas, es tan individual como colectiva –si no más la última– y tan laboral como patronal.

Un ejemplo claro de esta múltiple responsabilidad en la preservación de la vida y la salud de los trabajadores se encuentra en el cartel más icónico de la ponencia. Extraído del Archivo Nacional de Catalunya, parte de una colección de cartelería sindical y empresarial de varios países europeos, así como una pieza japonesa, de los años 20 y 30, el grafismo muestra un obrero de la construcción cayendo de una estructura de hierro, bajo unas letras en un vivo rojo que rezan "usaba herramientas deterioradas y trabajaba sin tomar precauciones".

 

La cartelería de principios de siglo oscila entre las prevenciones específicas –avisa de abrocharse bien el cinturón de seguridad al andamio, cómo en el caso de un cartel húngaro; o de mantener la espalda recta al taller textil, en una antigua tela japonesa donde se puede leer "trabaja con el coro alegre"– hasta llamamientos más generales a la precaución. Ambas, curiosamente, corresponden países anglosajones: un gráfico norte-América estampa sobre unas claves antiguas la sentencia Prevention, the key to safety; mientras que un risueño gato negro avisa los trabajadores que "él tiene nueve vidas, tú solo una" en una plancha británica de la década de los 20.

El puente al XXI

En una transición hacia la cartelería fotográfica, el segundo fondo de cartelería viene del mismo departamento de Trabajo. En cartel en especial llama la atención, nativo catalán, elaborado por la agencia de comunicación Bassat Ogilvy, es uno de los únicos que hace una referencia explícita a la empresa. De nuevo alrededor del trabajo de la construcción, una trabajadora sierra un metal con el equipamiento necesario bajo un cuadro de texto donde se puede leer "Para conocer el valor de la seguridad, ponte en el lugar del trabajador".

En un sentido similar refleja la seguridad un cartel australiano del año 2003, en qué tres jóvenes trabajadores de sectores diversos posan sobre una leyenda que reclama "young workers have rights, and responsibilities too", en una reivindicación de la responsabilidad compartida de la seguridad laboral –respeto y defensa de la propia salud y de la del resto de trabajadores del entorno. Dos aportaciones canadienses se añaden a la cartelería japonesa del primer periodo en la advertencia de la postura por la salud de la espalda; un dibujo que comparte una escalofriante ilustración polaca bajo título Homo Computerus.

Seguridad contemporánea: más signo, menos símbolo

La última colección, también del fondo del departamento de trabajo, se acerca a la segunda década del siglo con una tendencia mucho más próxima al marketing laboral: cartelería más evocativa, si bien con menos reclamaciones explícitas. Desde ilustraciones más barroeres –una goma de "prevención" borra sobre una hoja en blanco el "riesgo laboral"– a propuestas más artísticas, cómo la transición de la palabra riesgo, en tonalidades rojas, hacia vivo, en un verde vivo, elaborada por Sergio Ortiz de la escuela Massana.

Las dolencias de transmisión aérea, durante la pandemia, ganaron un gran protagonismo en la prevención de riesgos laborales. El cartel más reciente, de hecho, es un elaborado por Quaser Servicios de Imagen en una campaña acordada entre Trabajo y las dos principales patronales y sindicatos del país, en qué cuatro cerillas que se acercan se queman, mientras que los que permanecen lejos se quedan intactos. De la más explícita formación e información se transita así hacia la concienciación, apostando por la formación en otros ámbitos que complementen una cartelería más epatant. Así, la exposición hila la evolución de la seguridad laboral a lo largo de más de un siglo de un capitalismo industrial y postindustrial que encara no ha encontrado la manera de ser sostenible sin poner a menudo en riesgo la salud de sus trabajadores.