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La Renta Agraria 2020-2023: resistiendo cuando todo va en contra

Las lluvias de los últimos meses nos ofrecen esperanza y tiempo para la reflexión y el rediseño de políticas, ahora más conscientes de los riesgos del actual escenario

Un cultivador de trigo en Catalunya | iStock
Un cultivador de trigo en Catalunya | iStock
Francesc Reguant | VIA Empresa
Economista, experto en estrategias de la agroalimentación
Barcelona
14 de Julio de 2024

El año 2020 comenzó con la pandemia de la covid-19, el siguiente año estalló la guerra en Ucrania y la sequía nos ha acompañado hasta ahora. Las lluvias de los últimos meses nos ofrecen esperanza y un tiempo para la reflexión y el rediseño de políticas, ahora más conscientes de los riesgos del actual escenario. El Departament d’Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural acaba de publicar los datos de la Renta Agraria catalana del año 2023. Estos datos nos ayudarán a analizar y comprender lo que ha sucedido durante estos últimos cuatro años (2020-2023) de sobresaltos y graves interrupciones con una incidencia severa en la agricultura en producción y evolución de los precios. Sin embargo, el análisis se inicia en 2019 para facilitar la comparación con un año que podamos considerar "normal", si es que se puede llamar normal a cualquier año agrario, dado que el sector está condicionado por la incertidumbre.

 

Es importante tener en cuenta algunas consideraciones metodológicas:

  • Los datos presentados están en valores corrientes a precios básicos en millones de euros.
  • La renta agraria se obtiene a partir de la información sobre el volumen de la producción y los precios percibidos. Para el análisis de los datos de valor de la producción será necesario tener en cuenta estos dos vectores en la formación del valor final.
  • Se ha desglosado el valor añadido agrícola del ganadero (tabla 1) a partir de una estimación aproximada. Curiosamente, se habla a menudo de Catalunya como país ganadero refiriéndose al valor de la producción, sin embargo, en términos de valor añadido agricultura y ganadería tienen valores cercanos, como se ve en la tabla 1, preferentemente agrícola. Esta constatación tiene implicaciones sociales en el sentido de que el valor añadido está estrechamente correlacionado con el empleo.
  • Los valores de producción de vino y aceite se refieren solo a los producidos en las cooperativas, de acuerdo con la normativa actual del cálculo de la renta agraria.

La tabla 1 ofrece un resumen de los datos de la renta agraria 2019-2023, que pasan de valores en torno a los 2.000 millones de euros en 2020 a hundirse en 2021 (-8%) y 2022 (-13%) respecto a 2019. Sin embargo, se recuperó claramente en 2023 (+6,6%). La caída de la renta en 2021 y 2022 proviene casi exclusivamente de la ganadería.

 

Efectivamente, el VAB agrícola en el periodo de los cuatro años analizados, debido a unos precios agrarios más altos, a pesar de los precios de los insumos también incrementados, se mantuvo por encima de 2019. En 2021 había aumentado un 28,6%, pero con la sequía sufrió una reducción hasta quedar con un incremento relativo del 15,58% en 2023.

Para ganar resiliencia en la producción de alimentos frente a la sequía, el riego es una herramienta imprescindible

En cuanto al VAB ganadero, se vio seriamente afectado por la guerra en Ucrania, lo que supuso unos costos de alimentación fuertemente incrementados en relación con 2019. Así, en 2021 representaron un aumento del 22,25% y en 2022 y 2023 (53,7% y 54,6% respectivamente). En 2023 los precios de los insumos se han estabilizado mientras que los precios del producto han experimentado notables incrementos, como se observa en la figura 1. Es esta combinación de estabilización de costos e incremento de precios del producto aplicados sobre un volumen de producción importante lo que explica la recuperación de renta en 2023.

Los precios percibidos por el agricultor

Una noia comprant oli a un supermercat català | iStock
Una chica comprando aceite en un supermercado catalán | iStock

La figura 1 señala, en forma de índice base 100 en 2019, la evolución de los precios percibidos por el agricultor durante el período 2019-2023 para algunos de los principales productos agrícolas. En general, se observa un incremento de precios excepto en fruta seca. Se destacan algunos aspectos como el extraordinario aumento del aceite de oliva hasta un 225% como respuesta del mercado a la escasez de oferta propiciada por la sequía en Andalucía y áreas mediterráneas. En segundo lugar, el sostenido incremento hasta un 40% en el precio del cerdo y las aves. Esta carne es la proteína más asequible para ingresos bajos en momentos de dificultad y en respuesta también a las limitaciones de oferta en algunos países de Europa.

Los cereales en general han experimentado un periodo de precios muy altos vinculados principalmente a las tensiones geopolíticas

La leche de vaca ha experimentado tensiones de oferta por la razón ya expuesta, con un sector cada vez más organizado que ha permitido incrementos de hasta un 75% respecto a los precios de 2019. Finalmente, el trigo en particular, pero los cereales en general, han vivido un periodo de precios muy altos vinculados principalmente a las tensiones geopolíticas, aunque finalmente han experimentado fuertes caídas en el último año 2023 cuando los mercados han sabido adaptarse a esta coyuntura de guerra, aunque aún así los precios en 2023 se mantienen un 32% por encima de los de 2019.

El valor de las producciones agrícolas

El cava català ha patit un canvi de model amb el pas dels anys | iStock
El cava catalán ha sufrido un cambio de modelo con el paso de los años | iStock

La figura 2 muestra la evolución del valor de la producción de algunos productos agrícolas. Algunos elementos destacables son, en primer lugar, la extraordinaria caída de valor de los cultivos extensivos (cereales, forrajes, etc.) en 2023. Estos son los cultivos más afectados por la sequía, tanto por las pérdidas de producción como por la reducción final de los precios percibidos. Los cultivos hortícolas y ornamentales mantienen un incremento moderado a pesar de la sequía. Es importante destacar que son cultivos de regadío. Básicamente, a pesar de las limitaciones, aún se contó con reservas para evitar la catástrofe, la cual habría llegado si no hubiera llovido en el primer trimestre de 2024.

La viña y el vino, a pesar de la sequía, han logrado resistir debido a su relativa adaptación a situaciones de estrés hídrico

Una situación similar se podría decir de la fruta, mayoritariamente de regadío; sin embargo, en este caso hay que hacer referencia a las graves pérdidas provocadas en 2022 por fenómenos climáticos extremos similares al cambio climático, como las heladas fuera de temporada del 1 al 4 de abril, las olas de calor del 21-22 de mayo y del 12 al 18 de junio, además del granizo del 21 de junio en el Segrià y la granizada inusual en el Empordà el 30 de agosto. La vid y el vino, a pesar de la sequía, han logrado resistir debido a su relativa adaptación a situaciones de estrés hídrico. Finalmente, el aceite de oliva, que ha experimentado importantes caídas en la producción, ha tenido como contrapartida unos precios muy altos.

El valor de las producciones ganaderas

La producción de carne de cerdo en Catalunya es la más alta del Estado | EP
La producción de carne de cerdo en Catalunya es la más alta del Estado | EP

Toda la producción animal, tanto en carne y ganado como en productos animales (leche y huevos), ha experimentado incrementos significativos en el valor de su producción. La causa ha sido el mantenimiento de la producción en un entorno de mercado con precios mucho más altos. Una de las razones de estos incrementos de precios, como se ha expuesto, podría provenir posiblemente de una demanda incrementada en la oferta española debido a las reducciones de ganadería que están llevando a cabo otros países europeos. El valor de la producción de la carne y ganado fue globalmente estable durante 2020 y 2021, pero sufrió un notable incremento en 2022 (21 %) y 2023 (41 %) en relación con 2019. Es destacable la importancia en la producción ganadera del sector porcino, el cual ha tenido un impacto notable en la renta agraria. Sin embargo, la ganadería en general había sufrido dos años de precios de los insumos muy altos, lo cual deprimía su renta. El año 2023 ha sido el año de la recuperación.

Hay que destacar la importancia en la producción ganadera del sector porcino el cual ha aportado un impacto destacable en la renta agraria

Sin embargo, hay una víctima que queda poco reflejada en el análisis global, que es la ganadería extensiva. Debido a la sequía, el ganado no encontraba suficiente alimento en los pastos y su alimentación ha tenido que ser complementada con la compra de forraje y paja a precios muy elevados. Aun así, los precios incrementados de los productos ganaderos han amortiguado en parte este sobrecosto.

Un resumen final

  • La covid-19 y la guerra de Ucrania tuvieron un gran impacto sobre los precios. No obstante, estos impactos fueron muy diferentes para la agricultura y la ganadería. En general, fueron favorables para la agricultura en términos de mejores ingresos y desfavorables para la ganadería debido a los incrementos en los precios de la alimentación animal.
  • El clima ha sido el gran disruptor de la producción agrícola. Especialmente la sequía durante tres años, pero también con fenómenos meteorológicos extremos que afectaron los cultivos, especialmente la fruta fresca en 2022.
  • Los daños de la sequía afectaron especialmente a las áreas de secano donde la falta de lluvias provocó pérdidas decisivas en los cultivos agrícolas.
  • La ganadería extensiva y semiextensiva también tuvo una severa afectación al perder el alimento de prados y pasturas y tener que comprar fuera el forraje.
  • Estas dos afectaciones (áreas de secano y ganadería extensiva), aunque tienen un peso económico menor que las áreas de regadío y ganadería intensiva, tienen un peso territorial extraordinario, algo que debe ser muy tenido en cuenta al contemplar los impactos de la sequía.
  • Por el contrario, la ganadería intensiva vinculada al mercado global, para importación de insumos alimentarios y exportación de producto transformado, es y ha sido un sector especialmente resistente..

  • En regadío ha habido pérdidas en la producción de cereales de verano y forrajes y limitación de la doble cosecha. A finales de año, la aplicación del estado de excepcionalidad por sequía en las cuencas internas habría sido devastadora, pero el retorno de las lluvias en 2024 ha, al menos, postergado los temores.
  • Para ganar resiliencia en la producción de alimentos frente a la sequía, el regadío es una herramienta imprescindible.
  • La gestión eficiente de las reservas, con una mirada a largo plazo, es fundamental.
  • La falta de oferta de productos debido a la sequía provocó incrementos de precios desproporcionados en productos donde la producción local es especialmente significativa (como el caso del aceite de oliva).

 

El cambio climático ha llegado para quedarse. Con él se ha multiplicado la incertidumbre y se han incrementado los costos. No queda tiempo que perder. Se necesitan medidas reales y transformadoras para mitigar decisivamente el calentamiento global. En este sentido, el análisis de los datos de esta realidad cambiante es imprescindible para la gestión de un futuro que se vuelve cada día más complejo.