Restaurantes estrella a pie de calle

El concurso Street Lovers Barcelona busca el local preferido por los clientes, que ya valoran más la comunicación y la atención que ofrece el negocio que el factor precio

La gastronomía es uno de los delirios principales de los catalanes y uno de los atributos más destacados del territorio. Podemos hablar de cocina vegetariana, mediterránea, cafés gurmet o, simplemente, vermuts y tapas con un toque especial, de calidad y a la esquina de debajo de casa o del trabajo. Por eso, el Street Lovers Barcelona se ha convertido en los últimos meses en un escaparate donde más de 300 restaurantes, cafeterías y bares han recibido la valoración del jurado más exigente: el cliente.

Lejos del que pueda parecer, no es el precio el que más se tiene en cuenta, considera Vanessa Junqué, Social Media Manager de Netamin, una de las emprendidas organizadoras del concurso. "Ni en la anterior edición, donde sólo se valoraban terrazas, ni en la de este año, la categoría relación calidad-precio", asegura, "esto nos hace ver que, si tienes otras cosas a ofrecer, el que pagas no es determinante".

El concurso, que celebra este año su segunda edición, ha contado con la colaboración del Gremio de Restauración de Barcelona y de la patronal Pimec, y ha sido abierto a recibir solicitudes de participación de locales agremiats y no agremiats, así como establecimientos de todo tipo. Unos negocios que esta tarde sabrán cuáles son los más destacados entre las 16.000 valoraciones recibidas.

Comunicar por fidelitzar
La restauración no está exenta de los cambios tecnológicos ni de la incorporación a su gestión de las nuevas tendencias del mercado. Las redes sociales ya se han convertido en verdaderas guías para escoger el mejor local y los restauradors con perfiles digitales y presencia online son los más votados en esta segunda edición de la Street Lovers Barcelona.

"El cliente quiere interactuar con el local antes de entrar y un golpe ha salido", explica Junqué, quien considera que la atención personalizada es uno de los elementos que cada vez se encuentra más en la gestión los negocios. Según ha podido ver durante el periodo de votación, el usuario busca una "comunicación 360 para saber si el restaurante escogido cubre las necesidades", si este es capaz de resolver las preguntes vía online, aunque no resulte ser el restaurante escogido, ya ha ofrecido una atención personalizada que ayuda a convertir el usuario en prescriptor y a tener una buena valoración.

A mesa también socializamos
Pero no todo acaba en el mundo digital, insiste, porque el concurso juega a dos bandas: "Se ha jugado mucho en la red, pero también a precio de calle".

La pasada edición estaba enfocada sólo a valorar las terrazas –ahora se ha ampliado por el buen recibimiento que tuvo- y la categoría más votada fue la que hería referencia a la atención al cliente y al ambiente; en esta edición, en cambio, lo es la de mejor cocina. "Esto nos permite extraer que cuando hablamos de terrazas, tenemos en cuenta el componente social; y cuando hablamos de restaurantes, valoramos en primer lugar la cocina", expone a tal de reflexión ante el comportamiento de los usuarios.

De hecho, Junqué recuerda que el Street Lovers Barcelona nació con el ánimo de "conectar los establecimientos con el usuario y dar visibilidad a los locales", el que ya deja claro que la gastronomía y el hábito de sentar mesa a rellenar la barriga también tiene un fuerte componente social por la cultura mediterránea.

Una cadena de valor inquebrantable
A pesar de que la comunicación es vital, se trata sólo de uno de los pilares que sostienen el negocio. "Los restaurantes se caracterizan por la cocina –donde hay de haber armonía entre ingredientes-, la atención del personal, el ambiente, la decoración, el interiorismo", enumera el presidente del Gremio de Restauración, Pere Chías, "es una cadena que empieza con las decisiones tomadas a la cocina hasta quien te trae el plato a mesa". Y si un negocio se salta un solo escalón, o uno de ellos es deficiente, "todo se desmonta porque la excelencia es un vínculo de punta a punta".

Chías considera que en el momento en que un cliente tiene una valoración negativa de uno de los pilares, todo tambalea. Por mucho que el plato haya sido exquisito, si la atención es nefasta, el cómputo global es negativo. Cómo también va en detrimento del negocio si la terraza o el interior del local no transmiten la filosofía de la compañía: "Antes las terrazas eran grises y todo metálico, ahora hemos pasado a un diseño libre donde son una prolongación del establecimiento. El mobiliario es el que da estilo único, comodidad y hace sentirse a gusto el cliente. Si no se cuida, el cliente no vuelve".

A pesar de que es una prueba de fuego, reconoce que el sector en Cataluña y Barcelona ha demostrado que sabe mantener el equilibrio en la cadena de valor. "Ayuda mucho el hecho de tener una buena relación calidad-precio", destaca, y pone como ejemplo ciudades como Londres o París, donde la calidad se paga mucho más cara que no en el territorio catalán. "Tenemos propuestas de calidad, creatividad y precio buenas, una cosa que no encuentras en ninguna parte más y que se sostiene gracias a la tradición que hay en el ámbito, a la buena formación de los cocineros y también del equipo de sala, que es quien transmitir la cocina y el comedor", concluye.

No hay éxito sin buena gestión
A menudo se sintetiza en una suela persona el rol de cocinero y de restaurador, pero el cierto es que en el sector es más habitual encontrar que estos son dos profesionales diferentes. "Es muy difícil cocinar, servir y gestionar a la vez", afirma el presidente de Pimec Comercio, Alejandro Goñi, quien añade a continuación que es a partir de las segundas y terceras generaciones que toman las riendas del negocio los que acostumbran a separar tareas.

"En los restaurantes familiares donde la titularidad y la presencia del propietario es a la cocina y a la sala, es muy habitual verlo todo congregado en una persona", sigue explicando, "pero los hijos tienden a mostrar interés por una cosa concreta: o la cocina o la gestión". Y es que pensar en la carta y organizar las manchas del equipo a la cocina no es el mismo que gestionar las cuentas, buscar los mejores y más puntuales proveedores o atender las peticiones y quejas los clientes en el momento de sentar a mesa.

Ser el mejor de Barcelona
Tener platos gurmet y con precios más elevados al de la media no es sinónimo de rellenar ni de ser el mejor. De hecho, una hamburguesa en un restaurante de barrio puede tener más aficionados. Es más una cuestión de intereses que no de bolsillo, y Goñi asegura que a la capital catalana hay de todo y para todo el mundo: "Tenemos la suerte de agrupar todas las tipologías de restaurante, incluso la del turismo, que es la que menos utilizamos los ciudadanos. Es más, la restauración en Barcelona, desde antes de la guerra, ya era puntera en Europa".

Para él, los locales "selectos y de tipo mediano alto" permiten tener esta estabilidad en cuanto a proyección internacional, pero son los establecimientos populares de los barrios los que cuentan con una clientela fidelitzada gracias a su adaptación a las necesidades y gustos de los vecinos de la zona.

Pero la renovación también es una constante en la restauración y ahora se ve con la incorporación de "tapas, plantillas, medias raciones, restaurantes con mesas altas y taburetes, cafeterías con menús u hornos que hacen degustaciones", enumera el presidente de Pimec Comercio, quién lo justifica diciendo que el mercado ha creado "un nuevo nicho con oportunidades que se ha sabido cubrir con rapidez".

Un ejemplo de esto es el restaurante November, situado en el barrio el Poblesec. Abrió sus puertas precisamente el noviembre pasado y ha querido aprovechar el certamen del Street Lovers Barcelona para promocionar sus hamburguesas, el que se ha convertido en su plato estrella. "Antes de abrir, estudiamos muy bien la competencia y la zona, y no nos decidimos hasta que vimos que no había nadie con un local de temática BDSM –fetiche- y con hamburguesas como las nuestras", explica el propietario, Toni Oñate.

Su objetivo esc onvertir-se en un local de referencia, tanto por quien buscan este ambiente concreto como por quien quieren degustar buenas hamburguesas. Tienen claro que para conseguirlo hace falta un "buen servicio, que el cliente se sienta cómodo cómo si estuviera en casa suya y que la calidad-precio sea la mejor", unos requisitos que cree que cumplen y que los ha traído a ser de los más votados en la página web del concurso.

Además, destaca que su comunicación con el usuario es constante. "Para hacer reservas usamos restaurante.com o El Tenedor, y también Facebook, Twitter y por teléfono, el que también nos permite estar en contacto con ellos", menciona, porque tiene muy claro que el principal es tener el cliente satisfecho y que las redes sociales son una de las herramientas que más lo facilitan.
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