Rusia, el país donde todo se vende

Expertos en internacionalización y empresarios explican las oportunidades que ofrece el mercado ruso a sectores como el turismo, la alimentación o la moda

Si los mismos rusos aseguran que ellos "lo compran todo", sin duda, es que se abren grandes oportunidades comerciales. Muebles, productos textiles y agroalimentarios son el grueso de las exportaciones catalanas, que al país de los antiguos sóviets con datos del año 2013 han supuesto un total de 51,8 millones de euros (según el Instituto de Comercio Exterior) porla economía de Cataluña . Una cifra que tiene perspectivas de crecer este año porque, tal como avisan los expertos, en Rusia hay, de sobra, mercado.

Es el que afirma Lilia Ayrapetyan, consultora rusa que trabaja a la empresa de Barcelona  Mercados Exteriores (ME), quien además de conocer bien su país es experta en comercio internacional. Según argumenta, el mercado ruso es, actualmente, uno de los "más interesantes" y de los mejores del mundo porque, como repite, los rusos compran casi "cualquier cosa", apunta. Ayrapetyan afirma que a la antigua URSS sólo se exporta "petróleo y gas pero se importa de todo, hasta bolígrafos, porque producirlos allí es más costoso que comprarlos de la China, por ejemplo", razona.

Esta técnica también asegura que la política rusa dificulta el aumento de la producción nacional, el que supone –en su opinión- "una desventaja porla economía rusa", pero el que es en la práctica una ventaja para la economía europea. "De hecho, si entras en un supermercado ruso, voces más producto extranjero que producto local", ejemplifica.

Esfuerzo y dedicación
Implantarse en el mercado ruso exige esfuerzo, trabajo y dedicación. Es el que afirma José Montoro, gerente de ME y experto en el mercado ruso, quien suele recomendar a las pymes que conozcan "la en torno a su sector y las posibilidades de competir, lo cual significa saber si nuestro precio tiene capacidad de competir en un mercado que ya es maduro, donde hay otros competidores internacionales muy muy posicionados", afirma.

Tener un socio local no es tan importante, "depende del sector", matiza Montoro. El que confirma que es exigencia a tener presente es que aquel es un mercado "que exige un plus de dedicación, de esfuerzo, porque no es un mercado de la UE, hay una barrera idiomática y también en el ámbito de las certificaciones", enumera Montoro.

Recomendación que parece recoger como un guante la empresa de lencería femenina Cecilia de Rafael, de Sant Just Desvern (Baix Llobregat), la cual acaba de empezar su experiencia internacional en Rusia. "A un mercado así no puedes ir de explorador. Es vital traer los deberes hechos y analizar en profundidad el salto con el máximo de información posible", puntualiza Javier Sáez, responsable de la compañía. Con sólo un primer paso, ya afirma que la burocracia rusa es "extremadamente lenta". Hace sólo unas semanas que viajaron a Moscú  y Kazan para establecer contactos comerciales aprovechando que su volumen de población es muy elevado (144,4 millones de personas en 2010), en consecuencia su índice de población femenina también lo es, lo cual los interesa porque las mujeres son sus potenciales compradoras.

Aun así, el sector de la moda, al cual pertenece esta pyme catalana, ha ocupado el segundo lugar en el ranking de exportaciones españolas a aquel país durante 2013, con un volumen de negocio de 400.825 millones de euros. Las cifras de exportación de firmas como Mango o Inditex son, en parte, responsables.

Los productos agroalimentarios, con reputación
En este ranking el sector agroalimentario tiene una importante presencia. Relevancia que se debe de, según Montoro, "a la buena reputación que generalmente tienen los productos españoles, sobre todo los productos gurmet, los denominados bio o los ligados a la dieta mediterránea", apunta. Productos de cultivo fructícola y càrnics encabezan la lista, seguidos de aceites, panadería, mariscos y vinos, han llegado a los consumidores rusos durante 2013, según datos publicados por la Secretaría de Estado de Comercio española. 

También los productos del hábitat tienen buena acogida en el país. Han sido los segundos más vendidos en Rusia, sólo por detrás de la tecnología industrial, porque lo del mobiliario es un sector consolidado, con ventas que han llegado a los 30 millones de euros durante 2013. "La marca Barcelona se ve muy bien especialmente en este sector", señala Ayrapetyan. De hecho, el Tribunal de Justicia de Moscú está amueblado con sillas y mesas producidas por la firma Muebles Caño, empresa valenciana con sede en Mataró.

La marca Barcelona también vende
Porque mencionar Barcelona también facilita las cosas. "Aprovechamos mucho la marca Barcelona de cara a la exportación y en Rusia lo aprecian mucho. Decir que vienes de Barcelona te abre muchas puertas porque la ciudad se conoce muchísimo", explica Sáez, de la empresa Cecilia de Rafael.

El responsable de esta difusión es el turista ruso que visita, de forma masiva, Cataluña. Las últimas cifras muestran que durante el año 2013 han venido un millón de turistas rusos, un 32 % más que el año anterior. Con un éxito tan agobiante, los expertos consideran que el sector turístico es todavía un mercado para explotar con los clientes rusos. "Se abren muchas vías tanto para actuar allí –en la promoción y captación de turistas rusos– como aquí. El turista ruso no busca sólo playa, también le interesa mucho la cultura y los emplazamientos históricos", apunta Montoro. Y advierte que hay nicho de mercado en la creación de agencias de viajes que se especialicen en turismos específicos, como el de lujo, el de golfo o el de salud.

Y es que lo dicen hasta ellos mismos: "Habría que invertir más enla economía nacional y producir más productos rusos porque el que hace ahora Rusia es comprar y comprar ", afirma Lilia Ayrapetyan. Pues, venderlos es la respuesta.
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