
La Ryder Cup de golf del 2031 que enfrenta a los equipos europeo y de los Estados Unidos, se celebrará en el PGA de Caldes de Malavella. Según fuentes cercanas a la organización, se prevé hacer el anuncio el próximo martes y que el día 25 se celebre una rueda de prensa para ofrecer más detalles de la llegada del torneo a las instalaciones de Camiral Golf&Wellness.
En los últimos años, se ha trabajado en la candidatura para acoger la competición pero el Gobierno la frenó inicialmente en 2023, cuando tumbó la modificación urbanística propuesta por Caldes de Malavella para la construcción de un tercer campo de golf y 12.000 metros cuadrados de alojamientos turísticos. Entonces, el Ejecutivo defendía acoger el torneo con las instalaciones existentes. A pesar de este contexto, el Ejecutivo expresó su intención de retomar las negociaciones para celebrar el evento en las instalaciones pero como están actualmente y garantizando la sostenibilidad medioambiental.
Por su parte, el director de la competición, Guy Kinnings, abrió la puerta a "adaptarse" a los dos campos actuales y explorar "todas las opciones". En una carta a finales del verano de 2023, Kinnings llamaba al Gobierno a reconsiderar su decisión para evitar que el evento fuera a otro lugar del Estado o al extranjero.
La llegada de la competición a Cataluña ha contado durante estos años con el apoyo de patronales como Foment del Treball y una cuarentena de asociaciones más que veían la celebración del evento "como "una oportunidad relevante para el futuro del país". Junto con otras entidades como el Colegio de Economistas, la patronal calculaba un impacto económico superior a los 1.000 millones de euros y la llegada de unos 300.000 visitantes.
La competición podría tener un impacto económico superior a los 1.000 millones de euros y promover la llegada de unos 300.000 visitantes
El proyecto y la posible construcción de un tercer campo despertó el rechazo de asociaciones y partidos como la Asociación de Naturalistas de Girona, la Plataforma Caldenca, Unió de Pagesos, parte de la oposición de Caldes (ERC y SOM) y En Comú Podem. Consideraban que ampliar las instalaciones con un nuevo campo, un hotel o apartamentos suponía destruir "más de 200 hectáreas de bosques y suelo agrícola protegidos" y que es incompatible "con la emergencia climática y las consecuencias planetarias del turismo de lujo".
Con todo, durante este tiempo y hasta ahora, los promotores de la candidatura han seguido trabajando con discreción para atraer la competición, que llegará al Estado por segunda vez después de que en 1997 se celebrara en Valderrama (Cádiz). Hasta que no aterrice en Caldes de Malavella en 2031, la competición se disputará este año en Farmingdale (Nueva York), en County Limerick en 2027 (Irlanda) y en Chaska (Minnesota) en 2029. Para 2033, dos años después de Caldes de Malavella, está previsto que tenga lugar en San Francisco.
La competición se disputará este año en Farmingdale (Nueva York), en County Limerick en 2027 (Irlanda) y en Chaska (Minnesota) en 2029
"Que el pueblo se lo haga suyo"
El alcalde de Caldes de Malavella, Sergi Mir, explica que a la espera de la confirmación oficial por parte de la organización y los gobiernos catalán y estatal, que la Ryder Cup se celebre en 2031 en el municipio es "una gran noticia". Porque el torneo internacional generará "muchos otros eventos a su alrededor", aportará "turismo de calidad" y supondrá poner Caldes "en el mapa mundial" del golf.
Mir ha recordado que, de hecho, hace "muchos años" que se está trabajando para que el complejo de Caldes de Malavella acoja la Ryder Cup. "En 1999, cuando se hizo el primer torneo de golf en las instalaciones -entonces, el PGA- ya se hablaba de la posibilidad de acogerlo; y con los años, el complejo ha ido evolucionando con un segundo campo de golf y con un 'resort' que ha ido creciendo", precisa el alcalde.
Sobre el tercer campo de golf, y la propuesta que la Generalitat tumbó, el alcalde explica que "ahora mismo se habla de hacer la Ryder Cup dentro del ámbito actual" del Camiral Golf&Wellness. Sin embargo, Sergi Mir también precisa que la ordenación urbanística "es un asunto que compete a la Generalitat". Y sobre posibilidades de futuros desarrollos, el alcalde afirma que -si los hay- está "convencido" de que todo se hará "con un enorme respeto a la normativa medioambiental y urbanística que compete a un evento de este tipo".