Síndrome postvacacional: pánico a volver a la oficina

Afecta un 30% de los trabajadores que estos días se reincorporan al trabajo, y la causan el cambio de hábitos y/o la carencia de motivación

El 1 de septiembre es la fecha más odiada por buena parte de la población, la que indica la frontera entre el final de las vacaciones y la reincorporación al trabajo. Pensar que hay gente que está peor (por ejemplo los que no se reincorporan al trabajo porque no tienen), no acostumbra a ser ningún consuelo para todos aquellos que sufren el llamado síndrome postvacacional. Un estudio de Lee Hecht Harrison (LHH), división del Grupo Adecco experta en coaching y outplacement, asegura que el 30% de los trabajadores españoles lo está sufriendo estos días. Nekane Rodríguez, directora de LHH, asegura a VÍA Emprendida que "es cierto que la gente lo sufre, pero esto no quiere decir que sea una enfermedad. Es una manera que tenemos las personas de percibir una realidad en un momento determinado".

Los síntomas
Tristeza, falta de energía o falta de ganas son los síntomas más comunes. "Esto es una cosa general, y a partir de aquí hay gente que lo somatitza más y puede llegar a encontrarse francamente cansada y tener dolores de cabeza", indica Rodríguez. Las personas menos tolerantes a la frustración son las que tienen más números de caer en este estado que puede traducirse en angustia o trastornos del sueño.

"Normalmente ya se nota el día antes de volver al trabajo. El 'mañana vuelvo a trabajar' significa tener que madrugar, cambiar la manera de vestir, romper con una serie de cosas que hacías a las vacaciones. Esto lo sufre todo el mundo", asegura Nekane Rodríguez. Ahora bien, el problema viene "cuando uno no es capaz de coger el ritmo en pocos días". Según la directora de LHH, "todos los cambios de hábitos requieren adaptación, pero podemos empezar a hablar de síndrome postvacacional cuando pasados dos o tres días no somos capaces de recuperar la rutina o el proyecto a ritmos razonables".

Las causas y los remedios
Nekane Rodríguez señala la conveniencia de separar las dos causas fundamentales del síndrome postvacacional: el tiempo que has estado en otra rutina y la falta de compromiso que ya se tenía con el proyecto.

Uno de los consejos que se da a menudo para combatir este síndrome es "ser positivo". Por Nekane Rodríguez, "ser positivo es muy fácil de decir, pero muy difícil de hacer. El que tenemos que hacer es diferenciar qué causa este malestar". Es básico saber si lo hace el cambio de hábitos o la carencia de ilusión y motivación al trabajo.

En el caso de un problema con los hábitos, donde la perspectiva de volver a trabajar es mucho menos atractiva que los días vividos en las playas paradisíaques de Menorca, degustando el auténtico sushi de Tokyo o disfrutando de los paisajes del Vietnam; la solución puede pasar para ir generando el hábito despacio. "La última semana de vacaciones puedes probar de quitarte un poco antes, no pasar de quitarse a las 11 a hacerlo a las 6 de golpe. También es positivo volver a casa unos días antes y planificar qué harás la semana que vas a trabajar", explica Rodríguez.

Por el contrario, si la causa tiene que ver con la motivación el problema es más complejo. "Tendríamos que ver qué me hace tener este desaliento: el entorno, la tarea, los compañeros, etc.", repasa la directora de LHH. Un golpe identificado, hay que ver si un mismo lo puede cambiar o no. "Si se puede, estaría bien hacer un planning antes de volver a trabajar para ver como lo haré, e intentar relativitzar el que no se pueda cambiar". Así mismo, a buen seguro que también hay quién se tendría que plantear si tiene que seguir en aquel trabajo o no. "Los que de verdad se ponen enfermos del estrés de pensar que tienen que volver a aquel puesto de trabajo, mejor que piensen a cambiar de trabajo", recomienda.

Los resultados de la empresa se resienten
Precisamente, estos a quien la depresión postvacacional invita a plantearse un cambio de trabajo son los primeros a sufrir también el llamado "absentismo emocional". Son aquellas personas que son presentes físicamente a la oficina, pero no tienen la cabeza. "Se calcula que entre el 30 y el 40% de las personas lo sufren. No quiere decir que no trabajen, sino que no aportan su talento en el trabajo que están haciendo", dice Nekane Rodríguez.

Al fin y al cabo, como que las empresas las forman las personas, si estas están tristes, cansadas o poco motivadas; "no hacen el que los corresponde, su rendimiento es menor y afecta a los resultados de la compañía", advierte Nekane Rodríguez.

Demasiados días de vacaciones?
Cuando llega el verano y las vacaciones son a tocar, siempre nos parecen pocos los días que nos corresponden. Ahora bien, el estudio de Adecco alerta que cuanto más largas son las vacaciones más fácil es sufrir después el síndrome postvacacional. Una mayor desconexión implica un cambio de hábitos más profundo, y que el retorno a la rutina haga cada vez más subida.

"Aquellos países con periodos de vacaciones más largos son más proclives a sufrir el síndrome postvacacional", pronostica Nekane Rodríguez. "Normalmente en Europa la gente hace 15 días o una semana, y alterna las vacaciones durante el año". En España, en cambio, el más habitual es disfrutar de un mes consecutivo de descanso. "Cuánto más tiempo has roto los hábitos, más difícil es volverte a incorporar", insiste.

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