Un anochecer con el presidente del Barça

Josep Maria Bartomeu reivindica la necesidad de crear una marca global sin perder las raíces en un debate sobre fútbol y economía con José María Gay de Liébana

Además de presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu es empresario en el campo de la ingeniería de puertos y aeropuertos, ha pasado por Esade y fue alumno de José María Gay de Liébana. El famoso economista (a pesar de ser perico confeso) ha hablado este anochecer de lunes sobre fútbol y economía con su exalumne y máximo dirigente azulgrana. Lo ha hecho en un auditorio del Colegio de Economistas de Cataluña lleno a rebosar, y con un Bartomeu relajado y cercano, que no ha esquivado ningún tema. El hecho que el Departamento de Comunicación del club no permitiera las preguntas de la numerosa representación de la prensa deportiva quizás ha ayudado; y Bartomeu se ha permitido la licencia de anunciar como quien no quiere la cosa un acuerdo con Nestlé para sumar la multinacional a la lista de patrocinadores regionales del club.

Ahora bien, quizás hablar de club queda corto cuando se hace referencia al FC Barcelona. Bartomeu ha asegurado que la temporada 2015/2016 se ha cerrado con una facturación de 695 millones de euros y 21 de beneficio. El Barça ya hace tiempo que es una multinacional. Quedan lejos los primeros días de Bartomeu a las oficinas azulgrana, como miembro de la directiva de Joan Laporta, cuando la institución apenas facturaba unos 150 millones de euros en 2003.

Más lejos todavía quedan las cifras que ha recordado Gay de Liébana: "Cuando Josep Lluís Núñez entró a la presidencia, el 1978, el Barça facturaba seis millones de euros; la misma cifra que se pagó por Maradona al 1982". Números de un tiempo y de un fútbol que ya no volverá. Si entonces el 80% de los ingresos del Barça provenían de los carnés de los socios y abonados, hoy las cuotas de los "propietarios" del Barça apenas representan el 10% de sus ingresos. "La facturación se ha multiplicado por 100", ha resaltado Gay de Liébana.

Un fútbol desigual
Por Bartomeu, los 150 millones de euros de facturación del 2003 eran "cifras insuficientes por el que el Barça representaba". Ahora, asegura, el club culer "es uno de los líderes del deporte y somos en una categoría donde hay poca gente". Porque sí, tal como en la sociedad las desigualdades se han acentuado, el fútbol no ha sido ninguna excepción. "En el mundo del fútbol se han creado categorías y el Barça es a la grande", se ha enorgullecido Bartomeu; a quien no le importa reconocer que el Barça, el Real Madrid, Bayern de Múnich o el Manchester City ejercen su posición dominante para hacer prevalecer sus intereses particulares en esta industria. Unos intereses que "no coinciden" con los clubes de las otras categorías económicas.

Aún así, Bartomeu reconoce que en algún caso se tiene que acabar cediendo, como con los derechos televisivos, "la grada digital", donde finalmente el Barça ha asumido que una gestión centralizada "será positiva a largo plazo para hacer la competición más interesante". Que Barça y Madrid se llevaran todo el pastel estaba muy bien... hasta que se encontraron sin competitividad en la competición. En cualquier caso, Bartomeu advierte que todavía "somos lejos de la Premier League inglesa", donde los ingresos por televisión son mucho más elevados. Una situación que el presidente del Barça explica, en parte, "porque allá hay 14 millones de abonados por los tres millones de la liga española".

Sea como fuere, la auténtica liga del Barça es con los grandes clubes del continente. "Competir con los nuevos ricos del fútbol es complicado, pero es un reto", afirma con optimismo Bartomeu; que reivindica la dificultad añadida de no contar con ningún millonario o magnate detrás que pague la fiesta. El Barça sigue siendo oficialmente de los socios. "El carácter democrático y plural es el que hace grande lo Barça", defiende Bartomeu; a quién todo este contexto empuja a insistir que "por el 2021 tenemos que llegar a los 1.000 millones de euros de facturación. Y no lo decimos porque sí, sino viendo la evolución del sector". Eso sí, reclama a la UEFA "hacer un esfuerzo en el fair play financiero para competir en igualdad de condiciones. Los ingresos comerciales del Barça son reales, de mercado. Aquí no tenemos un propietario que pague la factura a final de año".

Más que una marca
"No basta con ser un gran club, tienes que ser una gran marca global, reconocida y admirada por todo el mundo más allá del deporte". El presidente del Barça insiste constantemente en la necesidad de fortalecer el branding azulgrana. "El Plan Estratégico por los cercanos cinco años incluye muchas cosas para ser algo más que un club de fútbol", advierte.

La constante comercialización e internacionalización de la marca tiene en un club de fútbol unos temores diferentes de los de una empresa convencional. Por ejemplo, que los socios sufran por una pérdida de los valores tradicionales sustituidos por el marketing. "Tenemos claras las raíces, el 96% de los socios viven en Cataluña", se defiende Bartomeu. Con la careta de empresario siempre a punto, pero, introduce el discurso que le interesa: "para crecer tienes que salir fuera, tener presencia física a los mercados, ser cerca de los seguidores que tenemos en el mundo. Es un reto compartido con el resto de clubes, como ser admirado en el mundo sin perder las raíces".

Por el presidente del Barça son precisamente los valores azulgrana los que fortalecen la marca. "Los seguidores del mundo admiran la Masía, sus valores, el estilo de juego, que trabaje por los niños del mundo. Esto hace que la gente entienda que el Barça va más allá del fútbol", indica.

Ahora, además, suman el proyecto FCB Universitas, acabado de presentar en Nueva York. "Haremos másteres y posgrados exportando conocimiento médico y deportivo. Cuanto más compartimos este know-how, más tendremos que innovar y hacer investigación". Una exportación del talento que por Bartomeu "es un círculo que seguro que nos hará estar muy contentos de aquí 10 o 15 años".

Un estadio que genere ingresos
A pesar de las enormes cifras que mueve el Barça, desde su directiva ven una área que todavía se tiene que explotar: los ingresos que genera un estadio moderno. "Los ingresos que provienen de la explotación del estadio están desfasados con el resto de clubes, seguro que somos el último de los grandes clubes en este aspecto", dice Bartomeu.

Con esta premisa se ha proyectado el Espacio Barça, una auténtica remodelación urbanística del barrio de Las Cortes y "una inversión muy grande pero que generará unos 45 o 50 millones de euros al año", según el presidente culer. "Si no el estiércol, el Barça quedará atrás respeto los otros clubes con estadios modernos y equipados". El socio ya está avisado.
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