Un paraíso eficiente en medio del mar

La cuarta revolución industrial ofrece oportunidades en los territorios insulares para gestionar retos como el estacionalitat, la masificación o la retención del talento y acontecer smart islands

En las islas del mundo, aunque sea difícil de creer, vive gente todo el año, no sólo en verano. Un paraíso lleno de turistas donde la vida continúa en invierno y donde la insularidad es un reclamo que a la vez comporta grandes retos. Unas necesidades que las anteriores revoluciones industriales no han sabido resolver –o incluso han provocado-, como por ejemplo la población flotante, la abastiment de productos o energía, la conectividad, la estacionalitat, la movilidad o la retención de talento.

Ahora, pero, la cuarta revolución industrial ofrece oportunidades para superar las dificultades de ser una isla. Sobre este tema debaten estos días en Calvià, Mallorca, expertos de 120 islas de todo el globo al Smart Island WorldCongress , un encuentro para ensartar el camino hacia la isla eficiente, hacia la isla inteligente.

Turismo y convivencia
Las islas son un desierto en invierno y una lata de sardinas en verano. La llegada masiva de turistas en dos meses de verano provoca problemas de congestión, saturación y masificación insostenibles. En este sentido, la empresaria turística mallorquina y COO de World tono Meet, Patricia Rosselló, cree que "la smart island ofrece oportunidades para gestionar estos problemas de manera muy eficiente". Así, mediante tecnología se puede "descongestionar aparcamientos, carreteras o abastiment, entre otros, para hacer la isla sostenible".

Rosselló cree, pero, que el gran reto de las islas en cuanto a la gestión del turismo es la divergencia del sector público y el sector privado. Casar por un lado la iniciativa pública de dirigir proyectos enfocados a convertir las islas en destinos eficientes y, de la otra, la iniciativa privada que, después de unos años sin reinvertir en sus activos, ahora que la rentabilidad ha sido alta, puede permitirse-lo.

Rosselló encuentra que el sector público se queda corto "poniendo Wi-Fin gratuito o puntos turísticos con mesitas" y se tiene que ir mucho más allá para considerarse un destino smart. Por eso hay que integrar de manera transversal "el comercio, los hoteles y sectores que involucran el turismo". Según la empresaria, "no se acaban de encontrar".

Rosselló encuentra que para llevar en buen puerto la iniciativa de la isla eficiente hace falta valentía política e ir de la mano del sector privado por "reinvertir, reinventarse constantemente y resolver o gestionar puntos conflictivos por el turismo como la movilidad, las congestiones o entradas y salidas de las islas e incluso la convivencia entre residentes y visitantes". Por este motivo "Aquí es donde se impone la eficiencia y el sector privado tiene muchas iniciativas que el sector público puede identificar", afirma Rosselló.

Desarrollo sostenible
Esta masificación en pocos meses comporta grandes problemas de abastiment de recursos, alimentos, mercancías y agua. Por eso la eficiencia "se tiene que imponer en otros muchos ámbitos", sentencia Sergi Menéndez, product manager de Smart Water Solutions, una empresa de gestión inteligente del agua de Suez. Menéndez explica que gracias a la facilidad de recoger y transmitir datos en muchos ámbitos, la gestión del agua, basura, residuos, alcantarillado o movilidad se puede hacer de manera mucho más eficiente en unos contextos -las islas- en que la dispersión de la población normalmente está generalizado. El reto se encuentra al sacar provecho de estos datos.

En el caso de la gestión del agua, un recurso crítico a los archipiélagos, Menéndez dice que hay dos oportunidades claras: por un lado aportar valor a los datos que se recogen en el ciclo del agua y, de la otra, como aprovechar las estructuras actuales para otros usos. Es decir, la información recogida en la producción o en el consumo (con los contadores) se pueda usar y analizar para hacer que su servicio sea de más valor: prevención, mejor distribución y mantenimiento, etc.

Pero también por otros ámbitos, Menéndez pone como ejemplo la actual red de comunicaciones GPRS y VHF de Calvià por la lectura de contadores. "Esta red se puede aprovechar para otras cosas que no son agua como por ejemplo medir la cantidad de desechos de los contenedores con sensores y gestionar de manera más fina el transporte con camiones o inclús mejorar el servicio de taxi de la ciudad", explica el experto.


La primera edición de la Smart Island World Congreso llega a Calvià.

Retener el talento
Y si en verano no cabe ni una aguja, durante los meses de invierno las islas se vacían y los habitantes que viven todo el año hacen su vida. Quizás los estudiantes marchan a la universidad en territorios continentales forzados por la carencia de centros universitarios, pero los profesionales que no encuentran oportunidades de trabajo también emprenden el vol. Retener este talento y hacer que vuelva también es uno de los retos que impone estar rodeados de mar.

El ingeniero Marcos Martín hace siete años que vive en Menorca. El cofundador y CEO de la primera desacceleradora de startups, Menorca Millenials, apunta que, si se quiere emprender una iniciativa empresarial en una isla, se enfrenta al reto de atraer y retener talento: "Normalmente los profesionales que son de una isla marchan por carencia de oportunidades y los que se quedan están muy demandados". Ahora bien, el hecho insular también tiene grandes oportunidades para paliar esta deficiencia. Una isla es un paraíso "y esto enamora a las personas por la calidad de vida que ofrece", afirma el empresario, poniendo del Smart Island World Congreso . Además, precisamente por las particularidades de las islas, la flexibilidad en la estructura de la empresa y la manera de trabajar son habituales. "Tu sala de reuniones es Skype y el archivo es Google Drive. La estructura de empresa poco habitual, flexible, pero más moderna, es un buen motivo para trabajar desde una isla", apunta el cofundador de la desacceleradora que cada verano reúne 20 startups de todo el mundo en la isla de Menorca.

Conectividad, la madre de los huevos
Para conseguir trabajar a distancia y retener el talento hacen falta ciertas líneas básicas "que cada vez son más frecuentes, pero que son cruciales", es decir: telecomunicaciones. El ancho de banda ya ha llegado a Menorca, pero, por ejemplo, la fibra óptica lo ha hecho este 2017 en La Palma. "Los problemas de conectividad a las islas se acentúan y siempre estamos a merced de los operadores del mercado", lamenta Juan Antonio Bermejo, ninguno del servicio de innovación, proyectos y sociedad de la información de Cabildo Insular de la Palma, que trabaja por el desarrollo del concepto de smart island en las Islas Canarias.

Bermejo trabaja para cerrar la brecha digital y mejorar las telecomunicaciones en el archipiélago canario donde "el despliegue es muy costoso por la insularidad y la orografía".

El proyecto consiste en una red de fibra por la Administración y dar conectividad al menos a los servicios públicos alrededor de las islas. A partir de aquí se desarrolla un proyecto de eficiencia centralizando en un centro de control toda la información insular porque las administraciones interactuïn con este nodo. Este es el punto de partida por, más tarde, "poder dar nuevos servicios a los ciudadanos", pero, también ofrecer otras soluciones. "De momento trabajamos con un proyecto de emergencias y turismo y otro de eficiencia energética mediante iluminación led", detalla el técnico.

Precisamente por el estacionalitat, no en todos los casos se puede depender de la población flotante para hacer rentable un negocio o una inversión. No en todas las islas del mundo vive suficiente gente porque las líneas de autobús, tren o incluso un cable de fibra óptica sea rentable. En este sentido, la rentabilidad de la conectividad no sólo se circunscribe a las infraestructuras de telecomunicación: "En las Canarias nos sale más barato volar en Alemania que en Madrid" subraya Bermejo. Así, "tenemos que ser lo más eficiente posibles y tenemos que tender a unificar y compartir las infraestructuras, trabajar de manera inteligente para no duplicar esfuerzos. Somos pequeños continentes condenados a entendernos y la tecnología nos da la oportunidad de trabajar de manera unida. Las islas son perfectas para ser pequeños laboratorios de innovación", concluye Bermejo.

Y si la innovación de la cuarta revolución industrial se basa en datos, esto quiere decir que hace falta un medio para transportarlas. Benjamín Villoslada, director general de desarrollo tecnológico del Gobierno de las Islas Baleares sabe que la conectividad del territorio es la madre de los huevos. Mientras el ancho de banda terrestre es fácil de encontrar al continente -autopistas, vías de tren, gasoductos, etc.-, a las islas internamente es mucho más complicado. "La dispersión de la población es importante, las islas son islas-ciudad, y dejar sin conexión un pueblo es como excluir un barrio entero de las oportunidades de hacer trabajo con datos", afirma Villoslada.

Además de esta conectividad interna, hacen falta cables submarinos entre islas y hacia el continente para hacer competitiva la actividad en el territorio insular. "Y si no hay ayudas claras, las empresas no se pondrán, porque, por ejemplo, no es rentable poner fibra en Formentera", avisa el director general y añade que "parece que la oportunidad de formar parte de la revolución 4.0 depende de que en una zona remota se consuma fútbol por cable y a Telefónica le salga por anticipado poner fibra hasta allá". Por una operadora llegar a un 90% de penetración en un territorio es una buena cifra, pero por Villoslada "este 10% es un porcentaje de población valioso". Sin una buena conexión será imposible trabajar en núcleos de población poco turísticos dentro de una isla.

Quién tiene que liderar la smart island? En el viaje hacia la isla inteligente parece que se impone un matrimonio conveniente. La iniciativa privada apostará cuando la rentabilidad sea sostenible. Por este motivo y para no dejar aislados (más todavía) los isleños en zonas en que el negocio no es tan lucrativo, la iniciativa pública tiene que coger el timón para no quedar al margen de la cuarta revolución industrial.

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