Alarma en el sector forestal por los actos vandálicos. Insultos, amenazas, hurtos, destrozos de maquinaria de trabajo y, desde hace un tiempo, más robos de leña debido a la crisis energética. Todo esto lo vinculan a una "desconexión" entre el mundo urbano y el rural, y a un "desconocimiento" del papel que desempeñan las empresas forestales en el territorio. El último episodio ocurrió en una finca de Capolat, en el Berguedà, un territorio forestal, por lo que han saltado las alarmas. "La gente no entiende que hacemos un bien a la naturaleza, solo ven que cortamos árboles", se queja Xavier Herraiz, empresario. Hace unos días les destrozaron parte de la maquinaria, y asegura que ésta no es la primera vez. Por este motivo, cree que hace falta más pedagogía.
"No sabemos quién ha sido, quizás alguien a quien no le gusta el trabajo que hacemos, que cortamos árboles o cualquier otra cosa". Herraiz relata a ACN que "ya les ha pasado de todo", desde robos de luces, herramientas o, incluso, ser increpados en una finca de la Cerdanya. Este empresario del sector forestal admite que estos desperfectos son un obstáculo más a un trabajo que, de por sí, ya es complicado porque requiere alcanzar acuerdos con los propietarios de las fincas y solicitar los permisos pertinentes con la administración.
"Los trabajadores tenemos más de 20 años de experiencia y siempre cortamos los árboles que vemos en peor estado; se ve a simple vista, son aquellos pinos deformados, donde la hoja empieza a estar marrón o que está enfermo y debe quitarse", remarca. Se piden los permisos y un equipo de ingenieros avala la propuesta y hace seguimiento.
Herraiz cree que el problema es que existe una "desconexión" con la sociedad y que hay gente que sólo ve que se cortan árboles. "Tú ves las máquinas a primera vista y te impacta, pero el resultado no se verá hasta dentro de dos años, podría enseñarte fincas que han quedado como jardines".
Iolanda Domenjó (‘Associació de Rematants y Serradores’) sobre el vandalismo contra empresas forestales: "No pedimos más vigilancia, pedimos más pedagogía, en escuelas y a la ciudadanía"
Una idea que comparte Iolanda Domenjó, representante de la ‘Associació de Rematants i Serradores de Catalunya’. "La gente debe tener paciencia, para dejar acabar el trabajo y esperar a ver los resultados", dice. Los beneficios de una buena gestión forestal van desde árboles más sanos, sin plagas hasta un aumento del agua del subsuelo, porque se elimina la competencia en puntos masificados de árboles que absorben recursos.
Domenjó admite estar preocupados por el "desconocimiento" de la sociedad y los daños que sufre el sector. Cree que es necesario hacer más pedagogía. "No hemos llegado a pedir más vigilancia, pedimos más pedagogía, en escuelas y a la ciudadanía", añade. La asociación remarca que Europa comparte de pleno los objetivos de las empresas del sector en la lucha contra el cambio climático y los beneficios para el territorio. Pero este vandalismo demuestra que, en Catalunya, no existe esa visión y hay que revertirlo.
Más robos de leña
La crisis energética ha agravado la situación. Así lo han constatado propietarios forestales del Lluçanès donde han sufrido dos robos de leña en los últimos días. Calculan que se llevaron unas 3 toneladas en total. Se da el caso de que los propios dueños de la finca les pillaron in fraganti.
Jordi Solà, ingeniero forestal a cargo de la Asociación de propietarios forestales del Lluçanès, explica que se han disparado las alarmas porque esto no era habitual en la zona, sino que solía ocurrir sobre todo en áreas más urbanas. Con las nuevas tecnologías es mucho más fácil acceder a zonas desconocidas. "En coche puedes ir desde el área metropolitana hasta aquí en 45 minutos", afirma, y recuerda que la mayoría de propiedades no están cerradas porque "sería inviable". Falta más conciencia y más "sentido común": "La gente se pasea por las fincas forestales como si fuera el paseo de su pueblo y no lo somos".
Denunciar estos hurtos no es fácil porque hacen falta pruebas. Según la presidenta de esta asociación del Lluçanès, Glòria Roig, "hasta que no la pesen en el camión, no sabes la leña que tienes". Y se queja de que, aparte de sufrir ya a los buscadores de setas, ciclistas y motoristas y los incívicos que se dejan los pasos de vaca abiertos, ahora, además, deben vigilar que no roben las pilas de leña que dejan en el bosque a punto para que la recoja el camión. Para Roig, existe "un desconocimiento muy grande" y lamenta que la gente entre en las fincas sin pedir permiso. "Son unos mínimos de respeto, el bosque no es de todos", remarca.
Francesca Famadas, del Centre de Propietat Forestal: la gente ve el bosque como una realidad "estática" y quiere que se quede así, cuando "evoluciona constantemente" y hay que hacer talas para mantenerlo sano
Desde el Centro de Propiedad Forestal también se muestran preocupados por los robos y el vandalismo. "Es una mucha mala noticia, si ocurren incidentes como estos, se desincentiva la gestión forestal", afirma la jefa del Área de Gestión Forestal del ente, Francesca Famadas. Remarca que ya existen muchos propietarios que "viven desconectados de la gestión forestal" y que estos incidentes no ayudan a aumentar esta actividad "tan necesaria". Recuerda que el 80% de los bosques están en manos privadas y que es indispensable realizar la gestión para evitar incendios, plagas o episodios largos de sequía.
Uno de los problemas es que hay gente que ve el bosque por el que pasea como un fenómeno "estático" y quieren que se quede siempre así, sin hacer nada. Sin embargo, en realidad el bosque "evoluciona constantemente" y es necesario hacer talas para mantenerlo sano. Famadas recuerda también que los trabajos forestales requieren permisos y autorizaciones de la Generalitat y que existe un seguimiento técnico durante todo el proceso. En caso de malas praxis, también se imponen sanciones así como procesos de restauración. "Es necesario gestionar el bosque o no saldremos adelante", concluye.