Hace un par de semanas, la exconsellera de Salut Montserrat Tura se preguntaba en una publicación en la red social LinkedIn si las democracias serían o no capaces de ofrecer una mejor respuesta a la crisis de salud pública derivada del coronavirus, que los Estados autoritarios, o directamente dictatoriales. En aquel momento, hacía ya dos meses había aparecido la noticia de aquella especie de neumonía surgida en la ciudad de Wuhan. La propagación fue rápida, mientras aquí nos lo mirábamos desde la distancia. Se hizo oídos sordos a las advertencias continuadas de corresponsales españoles en la zona que, conocedores de la situación, pedían al ejecutivo español que tomara medidas drásticas desde el inicio (cómo ya se ha hecho en otros países como el Vietnam, del que nadie habla y que ha hecho una tarea de contención encomiable).
"He pensado mucho en si la democracia es un sistema capaz de gestionar estas crisis"
El director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, salía entonces ante los medios y decía que en España, supongo que por un tipo de voluntad divina, el virus no se propagaría. Que era un tipo de gripe, que no había por qué sufrir. Y recientemente, ha llegado a defender algunas barbaridades nacionalistas que costarán vidas y que me ahorraré de mencionar. Todo, según hemos visto después escrito en algunos medios, por la "impopularidad" de las medidas y su afectación a la economía. Mi pareja, vietnamita, todavía alucina. Pero claro, allí tienen Partido único y no hay elecciones. Y en una democracia, si hay personas incapacitadas dirigiendo el país, se escoge la opción que menos perjudica sus perspectivas electorales. Y esto me ha hecho pensar mucho en si la democracia es un sistema capaz de gestionar estas crisis.
To be continued...
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