Los acuerdos de la UE con varios de los países implicados en el Tratado Asia-Pacífico (RCEP) es una buena vía para que las empresas catalanas se conecten a los ecosistemas con más potencial de crecimiento, que se han unido para configurar el espacio más grande del mundo sin barreras comerciales.
Desde que se empezó a hablar de ello en 2012 en la cumbre de la ASEAN en Camboya hasta que se firmó el pasado 15 de noviembre en el Vietnam han pasado varios años y muchas negociaciones. Ahora, pero, ya es una realidad la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por las siglas en inglés). Son 15 los países que ya conforman el espacio de libre comercio más grande del mundo; y lo hacen justamente en el momento donde sus economías representan las zonas de mayor crecimiento global.
De este modo, China, Corea del Sur, Japón, Australia y Nueva Zelanda se alían con la ASEAN (Birmania, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam) en un acuerdo que representa el 28% del comercio mundial con un mercado de 2.200 millones de personas. Todos ellos agrupan un tercio de la población del planeta y la riqueza de los países firmantes equivale al 30% del PIB mundial.
"Los acuerdos de la UE con varios de los países implicados en el Tratado Asia-Pacífico es una buena vía para que las empresas catalanas se conecten a los ecosistemas con más potencial de crecimiento. Se eliminarán el 90% de las barreras arancelarias"
Es evidente que un acuerdo de este calibre supondrá un impacto en el tablero de juego del comercio mundial y, por lo tanto, en las perspectivas de crecimiento del sector exportador catalán. Lo representa, además, porque los mercados que reúne son también buena parte de los prioritarios en la investigación de oportunidades y nuevas ventas.
Gracias al RCEP se eliminarán el 90% de las barreras arancelarias. A la vez, se incluyen temas como la economía digital, la propiedad intelectual y la homogeneización de las reglas administrativas. El 65% de los servicios también quedarán sin restricciones comerciales y los extranjeros podrán adquirir más participaciones.
Este movimiento representa una jugada estratégica de China en su ambición de influir en la economía mundial. De hecho, es su estreno en un acuerdo de estas características y le permite aislar algo más a Estados Unidos. Lo hace al aprovechar su retirada del Tratado Transpacífico, promovida por Donald Trump, que así deshacía los pasos iniciados por Barack Obama.
La idea de Obama iba en la dirección de asegurar la relación comercial con las economías con mejores perspectivas de crecimiento futuro. Un propósito que las tendencias proteccionistas de Trump han parado y del que China se ha beneficiado para consolidar sus ambiciones geopolíticas en la región.
Este acuerdo, además, todavía podría multiplicar su potencial si finalmente incorpora la India. A pesar de estar presente en las negociaciones, las diferencias en el sector agrícola han evitado de momento su firma, pero la puerta se mantiene abierta.
Sin duda, el RCEP también plantea interrogantes en cuanto al posicionamiento de todos sus integrantes en relación a cuestiones como los derechos laborales o las normativas que afectan el medio ambiente. En cualquier caso, y a la espera de ir definiendo todos sus detalles, evidencia dos grandes tendencias de fondo.
En primer lugar, una de geopolítica que refuerza el rol de China como contrapeso de Estados Unidos. El proteccionismo de Trump ha dado vía libre a la expansión de la influencia china en la región que más crece a día de hoy y que más buenas perspectivas tiene en el futuro inmediato.
A la vez, se consolida la regionalización del comercio internacional. Al contrario de lo que sugieren algunas opiniones, no nos encontramos en un proceso de reversión de la globalización; sino en un adelanto hacia un sistema multilateral donde el peso recae en los bloques regionales.
La otra gran tendencia de fondo que demuestra el RCEP es la indudable importancia de los países emergentes en el continente asiático. De hecho, 6 de los 10 países prioritarios para las exportaciones catalanas que señala el Índice de intensidad exportadora de Catalunya elaborado por ACCIÓ, se encuentran en esta región.
"El proteccionismo de Trump ha dado vía libre a la expansión de la influencia china en la región que más crece a día de hoy y que más buenas perspectivas tiene"
Este índice, que compara el comportamiento de las exportaciones catalanas respecto a la media global, pone de manifiesto la necesidad de nuestras empresas de conectarse a estas economías asiáticas de mayor crecimiento. Esta es, sin duda, la asignatura pendiente desde hace tiempo del sector exterior catalán, que ahora con el RCEP, encontrará una mayor competencia cuando quiera acceder a estos mercados.
Aún así, en la línea del rol creciente que tienen los bloques regionales, las empresas catalanas siguen teniendo la ventaja de formar parte de un bloque potente como el que representa la UE. De hecho, en los últimos años ya ha sido firmando acuerdos de libre comercio con la mayoría de estas economías, como Japón, Australia, Singapur o Vietnam.
Las empresas catalanas tienen que aprovechar los tratados que está firmando la UE con estos países para conectarse a las economías con mejores perspectivas de crecimiento. Lo pueden hacer, por ejemplo, a través de la Red de Oficinas Exteriores de ACCIÓ, que tal como hemos visto en esta Semana de la Internacionalización 2020, siguen siendo la mejor manera de estar cerca de socios y clientes en un momento donde la movilidad sigue restringida.
