Colmillo de Morsa, moda, calidad y responsabilidad

Elisabet Vallecillo y Javier Blanco son los responsables de esta marca de ropa que se estrena al 080

Elisabet Vallecillo y Javier Blanco son los emprendedores detrás de Colmillo de Morsa Elisabet Vallecillo y Javier Blanco son los emprendedores detrás de Colmillo de Morsa

Cuando le denegaron Erasmus por tercera vez para no saber inglés, en Javier Blanco dejó los estudios de arquitectura y marchó a Londres a vivir. Allá, casualidades de la vida, se miró un desfile de la diseñadora de moda Elisabet Vallecillo a Cibeles de Madrid a través de Internet. "Me gustó mucho la música y decidí escribir para pedir de quién era", recuerda. Cuando volvió de la capital inglesa decidió empezar a hacer prácticas y se ofreció a la diseñadora. Cuando el antiguo compañero de Vallecillo dejó la marca, ella se planteó cerrar. Fue entonces cuando Blanco cogió el relevo como socio. Hoy en día, Blanco es el 50% de Colmillo de Morsa, una empresa de moda que hace prendas de ropa de mujer y -próximamente- de hombre de una manera responsable y sostenible. Este año, además, se estrena a la 20en edición del 080 Barcelona Fashion que se celebra del 26 al 30 de junio al Recinto Modernista de SantoPau .

Colmillo de Morsa es "hight quality responsable fashion", ofreciendo una calidad muy alta de las prendas de ropa a un precio mediano. Esto se traduce en el hecho que la marca trabaja con un 90% de proveedores catalanes y el resto son europeos; siempre empleando tejidos naturales, ecológicos o reciclados; y todos sus productos son fabricados en Barcelona "con sueldo y condiciones de Barcelona", afirma el emprendedor.

La otra mitad de Colmillo de Morsa es Elisabet Vallecillo, que puso en marcha el proyecto con otro diseñador en 2009. Un año más tarde Blanco se incorporó como becario y ahora ya es el responsable de la parte empresarial de la compañía. "La iniciativa surgió como salida a la situación de crisis del momento, autoempleo", explica Blanco. El que en un principio era un entretenimiento acabó desembocando en un modo de vida. La empresa se constituyó formalmente el 2013 con la tienda-taller en la calle de Vic en el barrio de Gràcia de la capital catalana. Y por qué Colmillo de Morsa? El nombre es "es una reflexión del concepto de belleza. El colmillo hace referencia al marfil, un material preciado y muy valioso pero que proviene de la morsa, que es un animal grotesco. Nos gustó la idea porque era una manera de decir que la belleza tiene muchas formas posibles y que se encuentra en lugares insospechados".

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La tienda-taller de Colmillo de Morsa

En este establecimiento la clientela podrá encontrar los productos de Colmillo de Morsa, desde camisetas básicas hasta abrigos, pasando por pantalones, camisas y un largo etcétera. Y también productos otras marcas de accesorios que ellos no producen como bolsas, joyas o zapatos "pero que coincidan con nuestros valores, son pocas marcas, muy muy elegidas y que también respetan los principios de responsabilidad y sostenibilidad de Colmillo de Morsa".

La marca actualmente se encuentra en preparación para "volver" a hacer el salto al mercado exterior. Después de unos años haciendo empresa, cuidando la marca y consolidándose dentro de nuestras fronteras, "ahora es la hora de volver a las ferias internacionales". Según explica Blanco "ir a Nueva York y París es el que realmente nos interesa, por pura economía, si quieres crecer como empresa hay que ser". Por eso Colmillo de Morsa apunta hacia los mercados del centro y el norte de Europa y en los Estados Unidos; a pesar de que aspira a poder entrar "en mercados que son una gran oportunidad -aunque son los más complicados de acceder- como la China, el Japón y Corea".

Colmillo de Morsa cerró el año pasado con una facturación de aproximadamente 54.000 euros y este año esperan incrementar el volumen de negocio un 30% y llegar a 72.000 euros. De hecho, la marca está logrando crecimientos anuales de entre un 20% y un 30%.

Hacer empresa, primero; imagen, después

La marca se estrena este año al 080 Barcelona Fashion. Su caso es atípico, porque es una marca con una empresa consolidada detrás que desfila por primera vez a la pasarela barcelonesa, cuando muchas de las marcas presentes que acaban de nacer no tienen una parte empresarial robusta.

"Antes de desfilar en Barcelona quería hacer empresa, tener una base de clientes, saber qué era el camino a tomar y dónde encaja nuestro producto. Un golpe hecho esto, el 080 es un muy buen lugar donde hacer imagen para llegar además mercados", explica Blanco. "Hay quién piensa que haciendo un desfile te saldrán ventas, pero es al revés. Tienes que trabajar, hacer un desfile sirve porque los clientes confíen en tú, pero no vivirás de las ventas de un desfile". Prueba de esto es que Vallecillo y Blanco son finalistas a la investors day de la pasarela. Este miércoles 28 de junio se celebra la tercera edición de la ronda de contactos entre inversores internacionales y cinco empresas de moda y cinco startups del sector que organiza el 080. El ganador se llevará 100.000 euros de premio.

A la vez, Colmillo de Morsa participa en el showroom con compradores internacionales, comerciales y tiendas que organiza el acontecimiento de moda. "De momento hay confirmados 40 compradores y es una gran oportunidad", dice Blanco.

Colmillo de Morsa todavía el futuro con voluntad de crecer: "Quiero hacer de Colmillo de Morsa una empresa más grande, que sea una marca reconocida por el diseño pero también para ser una empresa sostenible y mostrar que se pueden hacer las cosas de otro modo, y que funcionan", concluye Blanco.

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