Emprender en tiempo de conflicto

Extorsiones, pagos ilegales, inseguridad y violencia son sólo algunos de los riesgos de hacer negocio en países en guerra o bajo regímenes autoritarios

Kim Jong uno de Corea del Norte y Moon Jae in del Sur Kim Jong uno de Corea del Norte y Moon Jae in del Sur

Los líderes de Corea del Norte y Corea del Sur, Kim Jong-uno y Moon Jae-in, han firmado una declaración en la cual se comprometen a impulsar la "completa desnuclearización" de la península coreana. La dictadura de Corea del Norte es un grande desconocido para la economía mundial. No aparece ni a Google Maps. Si emprender ya es bastante complicado, hacerlo en un país bajo un régimen autoritario acontece un reto mucho más grande. El director del Instituto de Innovación Social de Esade, Ignasi Carreras, define hasta cinco riesgos a la hora de instalarse empresarialmente en países en conflicto o bajo regímenes autoritarios. "El más evidente es el riesgo de corrupción; la oligarquía que está delante del estado trata de aprovecharse de toda la inversión extranjera".

Conflicto e inversión extranjera

A principios de 2015, la situación política y social en Nigeria no podía ser más inestable. Después del secuestro de 276 chicas, el grupo terrorista islámico Boko Haram se había hecho fuerte al norte del país y, al mismo tiempo, el exmilitar Muhamadu Buhari se convertía en el primer candidato capaz de derrotar el Partido Democrático del Pueblo (PDP), que gobernaba el país desde la caída de la dictadura militar de Abacha. El contexto se tradujo en una caída del 48,7% de la inversión extranjera. Todo y la bajada, el gigante africano se mantuvo como el mercado más atractivo para las multinacionales americanas y europeas, especialmente interesadas en la extracción de petróleo. Sus instalaciones alrededor del Delta del Níger han vivido todo tipo de conflictos bélicos entre población local, el gobierno y ellas mismas. Aún así, la mayoría no renuncian a su posición en el país.

La violencia no es la única amenaza en los países en conflicto o autoritarios. El diario El País publicaba el 2013 el artículo La extorsión de losObiang , en que varios empresarios españoles instalados en Guinea Ecuatorial explicaban todo tipo de extorsiones y abusos perpetrados por la misma familia Obiang y por otros actores locales que dificultaban en extremo su actividad. Y podríamos seguir la lista con la Zimbabwe de Mugabe, Libia, Sudán,...

Carreras avisa que, en definitiva, el funcionamiento con normalidad del negocio puede estar ligado al pago bajo mano. De no aceptarlo, la cantidad de trabas que se puede encontrar el empresario para hacer su actividad puede ser inasumible. "Claro que, en caso de pagar, estás participando en un sistema de corrupción que puede tener consecuencias legales importantes", advierte Carreras, que recomienda no aceptar estas extorsiones. "Si quieres trabajar en estos países, tienes que asumir los riesgos".

Carreras: "La oligarquía que está delante del estado trata de aprovecharse de toda la inversión extranjera"

El segundo riesgo es el de la inseguridad jurídica que, de nuevo, se traduce en barreras para llevar a cabo con normalidad el negocio. "En estos países no hay una división de poderes clara, y puedes encontrarte en situaciones en las cuales compras un terreno y, de golpe, varían su calificación para impedir que puedas hacer la empresa que tenías prevista allá". De nuevo, la solución suele ser pasar por caja. "Para superar estos trámites, la oligarquía local presiona para recibir un pago o para incorporar un socio local que se lucrarà sin aportar realmente nada a la compañía". Carreras considera este el riesgo más importante, puesto que no se pueden prever los cambios de una normativa que no responde a la lógica jurídica.

Los riesgos, pero, no sólo venden por la dinámica política y social del mismo país. "En estos estados no se cumplen las normativas internacionales de la Organización Internacional del Trabajo, por el que es probable que las empresas instaladas reciban presiones por parte de ONGs y activistas medioambientales por mala praxis".

Los dos últimos riesgos están relacionados con la violencia: por un lado, por la confrontación entre bandos que puede comportar una situación de inseguridad política, y, por la otra, por el grado de delincuencia que se registra en países con muchas desigualdades.

Asumir la realidad

Ante la pregunta de cómo protegerse de estos riesgos, las empresas dan respuestas diversas. "El 50% te dirán que no se tiene que entrar en la dinámica de la corrupción, y la otra mitad dirá que sí", expone Carreras, que comparte opinión con el primer grupo. "Pagar para ganar un contrato es la peor opción, puesto que perjudicas los que juegan limpio y, además, pasas a ser un corrupto, y esto puede comportar penas de prisión".

Por el profesor de Esade, tener actividad en estos países comporta aceptar unas circunstancias difíciles. "Ya sabes que tendrás un ritmo de actividad hasta cinco veces más lento del que es normal. Si te llega una máquina al puerto, te la pueden tener retenida hasta tres años, cuando no tendría que estar más de 15 días".

En cuanto a la seguridad, muchas empresas optan por la contratación de personal privado, que puede ser muy importante "sobretodo en países que vienen de situaciones de guerra y tienen una población muy militarizada". A la vez, algunas de estas compañías protegen sus trabajadores con recintos aislados, pero Carreras no lo ve como una solución ideal. "Son espacios muy asfixiantes y, junto con la situación del país, complican la retención de empleados al territorio durante mucho tiempo".

Regímenes blanqueados

No todos los países autoritarios responden a este perfil tan poco atractivo para las empresas. Qatar, por ejemplo, funciona bajo una monarquía absoluta, y esto no parece afectar a su imagen de país estratégico para hacer negocio. Si en estos países la situación es más fácil es porque cuentan con una capacidad económica propia importante. "No sólo tienen un entramado empresarial rico, sino que, además, tienen intereses en el extranjero, por el que son los primeros interesados a respetar las reglas del juego".

En estos contextos, muchas empresas extranjeras optan por la contratación de personal de seguridad privado

A pesar de las denuncias que estos estados acumulan en cuestiones como los derechos de los trabajadores y la situación de las mujeres, Carreras considera que el riesgo por los inversores y empresarios es mínimo: "Si cumples con las reglas del juego, no tienes que tener problemas".

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