Cafés Cornellà: de la calidad, el negocio

La empresa gerundense, con 30 trabajadores y seis millones de euros de facturación, apuesta por la formación del sector de la hostelería creando la certificación de calidad Puntos Espresso

La historia de Cafés Cornellà empezó hace casi un siglo. El 1920 se fundó la empresa, que ha crecido con el paso de los años y que ha llegado a la tercera generación. Cafés Cornellà mantiene su esencia como negocio familiar y reivindica que su producto llegue a la taza "con toda la expresión aromática". El director general de la empresa, Pere Cornellà, afirma que su pretensión es satisfacer el consumidor "con una taza de café perfecta". Por este motivo el negocio ha creado la certificación de calidad Punto Espresso, para acreditar los establecimientos que cumplen sus requisitos.

Con la sede en Fornells de la Selva (Girona), la empresa prevé crecer geográficamente. Más allá de las provincias de Girona y Barcelona, donde su presencia es destacada, Cafés Cornellà confía al "hacer un salto" y consolidar su concepto de producto a otras zonas.

1. La excelencia del café
"Hace 12 años, me di cuenta que nuestro producto no es el café en gra sino la taza de café", explica Cornellà. Esta reflexión nació de la pregunta: "Por qué este producto tan bueno puede dar, a veces, una taza de café tan mala?". Cornellà responde que en el proceso de elaboración, especialmente al último tramo, se comete "una mala combinación de factores". Es por eso que la empresa consideró que había que sacar del anonimato los profesionales de las cafeterías, "los baristes", para formarlos adecuadamente.

Según Cornellà, "el barista es el chef de la cafetería". Desde el año 2000, el negocio gerundense ha formado más de 6.000 personas. "El 75% de los asistentes a nuestros cursos no tienen ningún tipo de estudio profesional de hostelería", lamenta el director general de la empresa. Así, con la intención de reconocer los establecimientos que sirven "un café excelente", Cafés Cornellà creó el 2010 la certificación de calidad Puntos Espresso. Este distintivo se combina con la calificación directa de los consumidores, que a través del app 'No somos nadie sin un café' pueden valorar el servicio de las cafeterías que tienen la certificación Espresso.

2. Evitar la vulgaridad
Cornellà asegura que se encuentran sólo "como proveedores del sector, hablando de la excelencia del café". Añade que la mayoría de proveedores "sólo hablan de ofertas y de regalos". Por este motivo, considera que porque el sector "pudiera subir unos escalones", tendría que cambiar el valor que se da al producto. De hecho, Cornellà manifiesta que "las multinacionales del café no tienen rumbo" y que la competencia del sector "es absurda", porque sólo se vende un precio económico. "Nunca de un café mediocre podrá salir una taza excelente", destaca.

Afirma que con la crisis económica, los bares y las cafeterías han caído "en la crisis de la vulgaridad". Así, subraya que se trata de un modelo "en declive", porque "no importa que la persona que hay detrás la barra no tenga experiencia en el sector de la hostelería". Por eso reclama desarrollar un modelo selectivo de establecimientos "que tengan clara su función y que ofrezcan aquello que realmente paga el consumidor".

3. Ampliar el territorio de negocio
El mercado de Cafés Cornellà se centra actualmente entre las provincias de Girona y Barcelona , donde dispone de una amplia red de distribución local. La empresa también cuenta con presencia al sur de Francia y trabaja con distribuidores del resto del territorio español. Aún así, Cornellà avanza que su pretensión es "hacer un salto más allá de Cataluña". El director general del negocio familiar espera replicar su modelo a otras zonas y consolidarlo "con la colaboración de distribuidores específicos".

Cafés Cornellà, con una plantilla de 30 trabajadores, consiguió una facturación de seis millones de euros el año pasado. La mayor parte del negocio surge de las cafeterías, a pesar de que la empresa también distribuye para máquinas dispensadores automáticas. En cambio, Cornellà explica que "el sector de la alimentación, donde el café sólo se vende por oferta, es un terreno que hemos ido abandonando". Sobre el éxito de las cápsulas de café, manifiesta que su objetivo es "cumplir una necesidad insatisfecha".

4. El valor de las pymes
"Las pymes tenemos un sentido: valor y diferenciación. Con el café y con tantos otros sectores", asegura Cornellà. El director general de la empresa subraya que el futuro se afronta "con confianza" porque "nuestro proyecto es sólido y se basa en un modelo de satisfacción al consumidor final". Destaca que "estamos situados en un destino turístico extraordinario" que se reconoce mundialmente como un lugar "donde se come bien y donde se está bien". Por eso, añade que haría falta que "todas las tazas de café fueran buenas".

Cornellà apuesta para "poner el prefijo co- (de cooperar, colaborar, compartir...), para salvar las pymes y las personas". De hecho, considera que se trata "de un concepto fundamental con la crisis" para poder hacer de contrapeso a las multinacionales, "que sólo imponen". Así, concluye que su base es "ofrecer el conocimiento necesario para extraer el mejor café".
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