Imma Cunill creó Cannelonia el 2012 con el objetivo de llevar a las casas platos tradicionales catalanes con el canelón como emblema. 10 años después, producen más de 400.000 canelons al año y, solo durante la semana de Navidad, fabrican más de 100.000. Recetas de la abuela, con toques innovadores, para mantener viva la tradición gastronómica de días cómo Sant Esteve.
De un restaurante a los canelons
La historia de Cannelonia se remonta hace más de 25 años, cuando Imma llevaba un restaurante en Girona. Albert Edo, uno de los responsables de las tiendas que actualmente tiene la empresa, explica que decidieron dejar atrás el mundo de la hostelería y apostar por una tienda de comida preparada, especialmente centrada en el canelón y la croqueta.
Fue hace trece años y empezaron con un establecimiento en Girona. Actualmente, tienen cuatro, dos en la capital gerundense y dos en Barcelona . "Tenían clarísimo que querían hacer un producto de primera calidad, sin aditivos ni conservantes. Una de le premisas de la empresa es trabajar de la manera más natural", explica Edo.
Albert Edo: "Han conseguido crear una marca y un producto, que se entienda que su canelón es lo más pareciendo del que puede hacer la abuela en casa"
"Han conseguido crear una marca y un producto, que se entienda que su canelón es lo más pareciendo del que puede hacer la abuela en casa", resume Edo. Así, impulsaron un obrador central a Girona, desde donde producen todos los productos. Una de las premisas es también trabajar para la hostelería: "Muchos restaurantes venden nuestro producto cómo si fuera suyo".
Si algo destaca es la "calidad del producto". Sin aditivos ni conservantes y hecho de manera artesana y natural. "La gente, una vez prueba nuestro producto, encuentra la diferencia con lo que hay al mercado", asegura. Todo ello para no perder "la esencia" de los canelones que se comían tradicionalmente en las casas por Sant Esteve .
Innovar en la tradición
A lo largo de los años, Cannelonia ha ido añadiendo productos a su oferta y ya se pueden encontrar lasañas, pasta fresca, creps o productos sin gluten. Y canelones de todo tipo, a pesar de que el tradicional de asado continúa siendo la estrella. Y también canelones sin lactosa y gluten, pero ofreciendo la misma calidad. "La gente con intolerancias hasta ahora quizás no había podido disfrutar de un producto de calidad", asegura Edo.
Canelones de cola de ternera y de pie de cerdo, de pato con foie, de calçots o con pasas, ciruelas y piñones son algunos ejemplos.
El éxito de Santo Esteve
Tradicionalmente, el canelón se ha consumido por Sant Esteve en Catalunya. Y esto lo notan en Cannelonia. El 25% de su producción se vende durante la semana previa de Nasvidad, ya sea en las tiendas o por internet. Esto son unos 100.000 canelons cocinados y vendidos en pocos días. Durante el resto del año, venden unos 8.000 a la semana.
"Nos ha ayudado a crecer y darnos a conocer. Cuando el resto del año un cliente busca comer o canelones, te viene a buscar", señala Edo, que añade que el canelón ya hace tiempo que se ha introducido en comidas durante el resto del año. "Gusta a pequeños y mayore, es una comida fácil que hace familia y mesa", enfatiza.
A pesar de que la sociedad cada vez incorpora más tradiciones foráneas cómo Halloween o el Black Friday, en celebraciones cómo Navidad todavía se mantienen las raíces. Y el canelón por Santo Esteve es una de las más relevantes, cómo se demuestra desde Cannelonia.