La industria formaba parte del ADN de Montse Pujol. Su familia capitanea el grupo Pujol, especializados a elaborar prefabricados por el sector industrial, ganadero o residencial. A pesar de integrarse a la empresa familiar, su vocación de arquitecta la hizo evolucionar hacia el mundo residencial, donde creó PMP, una empresa que revolucionó el sector con la introducción de las casas prefabricadas.
Montse Pujol: "Vale más que te copien, que no tener que copar. Quiere decir que algo has hecho bien"
Hoy, son mucho más habituales, pero hace más de veinte años, la idea de Montse Pujol suposo toda una innovación en España y valores cómo la sostenibilidad no eran tan bien acogidos por el mercado. Ahora ha cambiado y han crecido hasta facturar unos 17 millones de euros y dar trabajo a unas 90 personas. A su camino, que iniciaron en solitario, ahora se han añadido decenas de empresas. "Vale más que te copien, que no tener que copiar. Quiere decir que algo has hecho bien", sentencia.
Un cerebro industrial
Acostumbrada al mundo industrial y de fábrica, Montse Pujol quedó muy sorprendida cuando, haciendo al paso al sector residencial, vio el descontrol e improvisación que había en la construcción. No controlaban los tiempos, dependían de muchos proveedores, los presupuestos no se cumplían... "Estás acostumbrada a hacer las cosas de otra manera. Tanta improvisación y descontrol me ponía muy nerviosa. Veníamos del mundo industrial, donde todo está muy controlado", reconoce.
Los primeros años de PMP fueron en la construcción tradicional, cuando Montse Pujol detectó todas estas carencias. Sabía que en la construcción de naves, por ejemplo, la prefabricación estaba a la orden del día. En el sector residencial, todavía se iba levantando una casa tocho a tocho en el mismo terreno.
La industrialización de las casas
En aquel momento solo los forjados de las casas se hacían en fábrica. Y la Montse Colina pensó porque no llevar toda la experiencia industrial y de fabricación al sector residencial y de arquitectura. Era alrededor del 2006 cuando crearon las casas prêt-à-porter. Es decir, casas listas para llevarse desde la fábrica.
Primero hacían en fábrica las paredes de cierre, después las estructurales y más adelante los cimientos o las paredes con ventanas. Hasta que consiguieron hacer todos los elementos de la casa en una fábrica para unirlos, cómo si fuera un Lego, en el terreno definitivo. "Se entregan en cuatro meses y lo hacemos todo", asegura. De la fábrica a la parcela.
Montse Pujol: "Unimos la industrialización a la sostenibilidad"
Pero la industrialización de la construcción y la arquitectura no era el único valor que Montse Pujol quería aportar a PMP. La sostenibilidad era la otra gran variable que quería impregnar a sus construcciones. Esto quiere decir casas pasivas, donde el consumo energético sea mínimo, haya reciclaje y reutilización de recursos, generación de energía, aprovechamiento de agua y eficiencia... Toda una serie de características que en los 2000 eran poco habituales.
Así, crearon con el equipo de arquitectos de Felip Pich-Aguilera en 2006 la Casa Kyoto, una de las primeras casas prefabricada y bioclimática de España. Un producto que los hizo ganar numerosos premios y reconocimientos. "Queríamos hacer una casa industrializada y sostenible y no había nada en el mercado", explica Pujol. Así, decidieron crear su modelo, que acabó teniendo mucho eco. Aún así, ninguna institución los apoyó.
Montse Pujol: "Nos dio mucho reconocimiento internacional, pero no hicimos ni un duro"
"Nos dio mucho reconocimiento internacional y gustó mucho, era una casa muy especial. Pero no hicimos ni un duro, no vendimos ni una", recuerda la fundadora de PMP, que añade: "El mercado no estaba preparado por los costes de la sostenibilidad. Y tampoco por la industrialización de las casas". Pero revolucionó el sector y sentó las bases del futuro de la arquitectura, con la sostenibilidad y la industrialización como pilares.
Así, decidieron reducir las prestaciones de este primer modelo, demasiado ambicioso para el momento y la visión en verso la sostenibilidad. Y fueron abriendo camino de un sector, la industrialización y sostenibilidad de las viviendas, que se ha acabado consolidando. "Picamos mucha piedra, a la gente le costaba mucho. Y fuimos ganando clientes por el boca-oreja entre clientes", destaca.
Abrir camino
Aquella visión de Montse Pujol se fue extendiendo y ganando adeptos entre la sociedad y los profesionales: "En cuatro o cinco años ha cambiado mucho. Hemos pasado de estar casi solos a tener competencia bajo las piedras". Un hecho que no preocupa a PMP , puesto que entienden que es un sector al alza donde habrá pastel para muchos.
Las casas prefabricadas, que hace unos años suponían un porcentaje ínfimo del sector residencial de las unifamiliares, ahora han ganado mucho peso. Para Pujol, conceptos cómo el control de la obra, el presupuesto o los plazos son factores claves. Además, explica que cada vez hay menos profesionales calificados que dominen los trabajos de la construcción profesional, puesto que no hay un relevo generacional. "El mercado tiene que hacer un cambio de apuesta por la industrialización", enfatiza.
El Lego de la construcción
En su caso, PMP dispone de la fábrica en Les Borges Blanques, desde donde produce las piezas necesarias para todas sus casas. Unas piezas idénticas, pero que dan resultados diferentes y casas personalizadas. Otra vez, cómo un Lego, donde las piezas son iguales, pero las construcciones pueden ser muy variadas. Además, al trabajar en uno entorno de fábrica, pueden hacer muchas más pruebas de materiales, aislamientos o calidades que si se hace directamente a la obra. "Solo veo ventajas", recalca Colina, que añade que, una vez hechas, no hay diferencias visuales con las casas tradicionales.
Ahora quieren hacer el salto fuera de Catalunya y tienen una oficina a Madrid (además de Barcelona y Girona, con las oficinas centrales en Lleida). En la capital española ya están elaborando dos casas y ahora esperan consolidar la expansión, a través de nuevas inversiones con el apoyo del Instituto Catalán de Finanzas.
Montse Pujol: "Veo errores en la gente que empieza ahora y que nosotros ya habíamos hecho"
Cómo decía al principio, Montse Pujol no está preocupada porque muchos competidores hayan seguido sus pasos: "Nos diferencia la experiencia y el conocimiento adquirido, llevamos muchos años. Veo errores en la gente que empieza ahora y que nosotros ya habíamos hecho. Hemos perdido dinero, hemos hecho pruebas falladas... Ahora tenemos muy claro el que tenemos que hacer".
Además, el hecho que aparezcan competidores también certifica el trabajo hecho: "Demuestra que has ido por buen camino".