Día 33: Las startups nos preguntan qué queremos ser de mayores

El ecosistema startup se reúne con la Generalitat para consensuar una estrategia conjunta y continuar siendo un país líder en innovación

Pensar en el ecosistema de startups. | iStock Pensar en el ecosistema de startups. | iStock

Reunión convocada por la Hble. Sra. Àngels Chacón, consellera de Empresa i Coneixement, ayer jueves 16 de abril a las 16.30h en Microsoft TEAMS. Por parte del Govern, a la reunión asisten la Sra. Matilde Villarroya, directora general de Indústria y el Sr. Joan Romero, consejero delegado de ACCIÓ. La reunión es para potenciar el diálogo y conocer las necesidades del ecosistema startup catalán ante la crisis de la covid-19 para estudiar la puesta en marcha de medidas concretas. Es el seguimiento a la primera que tuvo lugar —presencialmente— en enero en la sede de ACCIÓ.

Están convocados los actores principales (faltan actrices como nos hará notar la Consellera más tarde): emprendedores, asociaciones de emprendedores, inversores, empresas de capital riesgo, aceleradoras. Las startups son frágiles por definición y ante una situación de triple crisis como la actual —sanitaria, de demanda y financiera— son las más sensibles de todo el tejido productivo. El Gobierno cree que lo que se ha conseguido en los últimos 10-15 años tiene un valor que no se puede perder y que el escenario post-covid-19 puede abrir muchas oportunidades en las PYMES y grandes empresas que sepan capitalizar el conocimiento que ha acumulado el ecosistema startup, especialmente en el ámbito ditigal.

Més info: Las startups valencianas hacen frente al coronavirus

Este conocimiento es el que el ecosistema puso al servicio de la crisis provocada por la cancelación del MWC y del 4YFN; le llamamos BCN Tech Spirit. La visión de unos cuántos, el espíritu emprendedor de muchos y las tecnologías digitales para todos permitirán la creación de un acontecimiento a partir de la nada. Un proyecto de creación de una startup en sí mismo. Esto es lo que se pretende preservar: el espíritu, los valores y el conocimiento. Conocimiento, por otro lado, que no sabemos que tenemos hasta que lo necesitamos. Y ahora lo necesitamos de verdad.

"Las conversaciones dentro del sector apuntan que un 30% de las startups no sobrevivirá a la parada"

Los números no son oficiales ni salen de ningún estudio sino de las conversaciones dentro del sector y todos parecen apuntar hacia la cifra de que un 30% de las startups no sobrevivirá a la parada. Una cifra con la que coinciden fondos de inversión y aceleradoras. La buena noticia son las startups de matriz industrial (las que fabrican hierro para entendernos), donde un 60% tienen recursos financieros para aguantar los próximos meses y de estas un 27% para aguantar más de un año.

Las tendencias (con los pocos datos de las que disponemos hasta ahora) indican que las grandes empresas, que eventualmente se nutren del capital innovador de las startups, cambiarán el foco de su I+D a corto plazo, con sus departamentos de innovación buscando soluciones por ahora, la incertidumbre de lo que pasará más adelante es demasiado grande para hacer planificaciones a largo. Coinciden en esto los fondos de inversión que reformulan sus estrategias en base a un escenario post-Covid-19 que se asemejará muy poco al pre: diferentes reglas, startups que no necesiten tanto cash de entrada, rondas más grandes de financiación, inversiones en sectores inmunes a la crisis de la Covid-19 y en empresas más resilients.

Lo que sí que son datos reales es el número de nuevos puestos de trabajo creados en el 22@. Mientras que el primer trimestre del año pasado se crearon 5.200 nuevos puestos en el periodo equivalente actual se han creado sólo 810. Proyectos que se tenían que iniciar se han congelado mientras las empresas establecidas hacen números de si realmente necesitan tantos m2, ahora que tienen a todo el mundo teletrebajando desde casa. A esto hay que añadir que los 800 millones de inversión del año pasado se destinaron mayoritariamente a financiar empresas que ya funcionaban y no a las startups de nueva creación.

A medida que avanza la conversación surgen tres ideas-fuerza: 1) la necesidad de la co-inversión, 2) el rol de la Generalitat como primer comprador de innovación del país y 3) la oportunidad de crear algo nuevo.

"Tres ideas-fuerza: 1) la necesidad de la co-inversión, 2) el rol de la Generalitat como primer comprador de innovación del país y 3) la oportunidad de crear algo nuevo"

En la situación política actual y en la situación de estado de alarma el Govern tiene poca libertad de acción pero lo que sí que puede hacer es comprar. El gobierno francés, por ejemplo, y dentro de la libre competencia de la UE, fomenta la innovación local adquiriendo productos y servicios de su ecosistema de innovación. El Gobierno tendría que hacerlo y de aquí la referencia inicial a la utilización de Microsoft MEET como plataforma de videoconferencia; tampoco daba tanta calidad. Desconozco si alguna startup o empresa catalana tiene una plataforma bastante solvente como para proveer el Govern con sus servicios pero se me ocurren muchos pequeños pivotajes de la administración hacia proveedores de innovación catalanes.

El otro gran eje es el de la co-inversión. Para motivar los inversores a continuar viniendo a Catalunya el Govern tendría que acompañarles en su riesgo. Las startups que viven de sus ventas se pueden contar con los dedos de una mano; la paradoja es que cuando pueden vivir dejan de serlo. El riesgo de invertir es grande y si el Govern puede destinar un fondo de 100 millones públicos a igualar las inversiones privadas podríamos ganar todos. No es donaciones a fondo perdido, no es dinero-helicóptero es co-inversión. Aquello del estado emprendedor de Mariana Mazzucato.

"El riesgo de invertir es grande y si el Govern puede destinar un fondo de 100 millones públicos a igualar las inversiones privadas podríamos ganar todos"

Lo que nos lleva al eje final: qué queremos ser cuando seamos mayores. Hay que definir cuál es el objetivo de país; si hay buenos proyectos habrá inversiones. La pregunta que nos tenemos que hacer es si queremos continuar siendo un país de servicios o un país competitivo con servicios de alto valor añadido. Y para marcar una visión de futuro, el momento ideal es ahora. Quizás es que no podemos hacer nada más o quizás es lo que no hicimos cuando tocaba; la pregunta es si queremos recuperarnos y volver donde estábamos o si queremos ser Dinamarca, Holanda o Finlandia.

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