Coca-Cola, el secreto feliz de Daurella y Quincey

El presidente de la multinacional de refrescos advierte que "el peor peligro cuando eres grande es volverte institucional"

Solo Daurella y James Quincey, de Coca-cola. | Esade Alumni Solo Daurella y James Quincey, de Coca-cola. | Esade Alumni

La imagen ya es de por sí noticia: la presidenta de Coca-Cola European Partners, Sol Daurella, entrevistando el presidente mundial de The Coca-Cola Company, James Quincey, desde el Palau de Congressos de Catalunya. Se conocen desde hace años y comparten el secreto de la felicidad ya sea normal, light o cero. La empresaria catalana lo describe como "líder con una fuerte capacidad de leer y entender situaciones diferentes. Un hombre más de hechos que de palabras, famoso por sus tejanos azules". Él, de Londres, deja fluir su castellano y se acuerda de Queen y los Juegos Olímpicos de Barcelona. The Show Must Go On, dice la canción.

Todo empieza con un vídeo y una declaración de intenciones: "Somos una compañía total de bebidas". TOTAL. Es decir, que Coca-cola ya no sólo quiere vender Coca-cola sino también más de 500 marcas como Fanta, Minute Made, Sprite o Powerade a más de 27 millones de compradors en más de 200 países y gracias a los 700.000 trabajadores que tiene repartidos por todo el mundo.

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Uno de los principales objetivos de Quincey ha sido y es introducir nuevas marcas para diversificar la cartera de bebidas de Coca-Cola a la vez que reducir el nivel de azúcar y calorías. Y todavía más: facilitar el acceso al agua potable, apoyar el reciclaje del packaging, trabajar para empoderar a las mujeres o preocuparse por las comunidades, entre otros.

La corona de Shakespeare

Pasión, herencia, visión, innovación, crecimiento, ética... Con música de fondo, el marketing (neuro)emocional prácticamente ya ha hecho su trabajo entre las más de 1.500 personas que se encuentran entre el público cuando el presidente mundial de Coca-Cola empieza a hablar en castellano: "El premio Esade Alumni es un reconocimiento a todo aquello que he hecho, pero los accionistas seguramente prefieren que sea por todo aquello que haré". El sentido del humor británico levanta sonrisas.

Quincey que empezó en la multinacional de refresos el 1996 describe así su trayectoria: "De una pirámide donde tienes que ir escalando posiciones a una pirámide invertida donde hay inversores, accionistas, el consejo...". La cita de Shakespeare viene a cuento: "Uneasy lies the head that wears the crown". Es decir, llevar la corona no es fácil, pero tiene claro que lo más importante es que lo más importante sea lo más importante. Una filosofía de vida que recuerda mucho a la alegría de Víctor Küppers.

Quincey: "España es un gran ejemplo de innovación estratégica y emprendeduría"

"Cómo gestionas la presión?", pregunta Sol Daurella. "Hago mi trabajo lo mejor que puedo, tomo decisiones, me centro en aquello que es importante e intento dar mi mejor versión", asegura Quincey. Y alerta: "El peor peligro cuando eres grande es volverte demasiado institucional". Por eso, se muestra partidario de desafiar el producto a la vez que defiende a capa y espada la curiosidad, la disrupción o la flexibilidad como motor de cambio de cualquier organización.

En este sentido, el presidente de Coca-Cola aconseja tener siempre muy presente la historia, la procedencia de los ingredientes, el packaging, la oferta, los derechos humanos o el por qué del trabajo, entre otros. Con mentalidad a largo plazo: "La gente ya no recuerda la época previa a los smartphones". Pero con las nuevas tecnologías, también hay la oportunidad de "tener conversaciones con los consumidores con más frecuencia, rapidez y feedback".

Más mujeres, menos guerra

"Seguiremos invirtiendo en España para dar continuidad al crecimiento de nuestro negocio, para contribuir al desarrollo económico y social del país y sus comunidades, y para redoblar los esfuerzos en materia de sostenibilidad", añade. De hecho, pone a España como "gran ejemplo de innovación estratégica y emprendeduría" de la mano de marcas como Aquarius o Royal Biss. Ahora bien, también tiene muy claro que cada país es un mundo con su propio ritmo y sentido de la tecnología.

Quincey: "Se dice que cuanto más mujeres en posiciones directivas, menos guerra hay"

Previamente a Quincey, también recogieron el premio de Esade Alumni otros grandes directivos como Pablo Isla (Inditex), Mikael Ohlsson (Ikea), Carlos Slim (Inbursa), Indra K.Nooyi (PepsiCo), Paul Polman (Unilever), Hiroshi Mikitani (Rakuten) o Enrique Lores (HP). El listón era alto, pero la receta secreta de la felicidad de Coca-Cola se busca en todo el mundo.

Y para acabar, qué mejor que una lluvia de consejos con o sin azúcar: "No confíes demasiado en los estereotipos, conoce la diversidad!", "tenemos que representar la justicia social que queremos ver en la sociedad", "Se dice que cuanto más mujeres en posiciones directivas, menos guerra hay", "busca la respuesta correcta, no aquella que sea fácil", o "cada carrera, trabajo o elección implica un intercambio".

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