"Hace falta que la sociedad vuelva a mirar las empresas como un elemento esencial"

Constantino Montañés, psicólogo y 'headhunter', autor de 'La historia de NU', considera que la nueva realidad comporta "procesos de mejora"

El autor del libro 'La historia de DESNUDO', Constantino Montañes | Toni Delgado El autor del libro 'La historia de DESNUDO', Constantino Montañes | Toni Delgado

Una conversación entre un cachorro de bóxer y su amo Eloi. Este es el hilo conductor de La historia de NU (Pagès editors, 2020), un libro con el cual el psicólogo y headhunter leridano Constantino Montañés intenta dibujar la nueva realidad económica, social y moral que tiene que salir de la actual crisis del Covid-19. Y en este contexto, las empresas y las personas que las forman tienen que ser capaces de recuperar valores como la empatía, el altruismo y la solidaridad. Curiosamente, los animales, como el perro protagonista, son el espejo que sirven para lograr este objetivo.

¿Tan complicada se ha puesto la situación que tenemos que encontrar las respuestas en un cachorro de bóxer?

He querido describir una situación que a la vez es simbólica y real. Si las personas, en teoría, somos capaces de comunicarnos, ¿por qué no lo podemos hacer con un cachorro de bóxer? Paradójicamente, cuando a Nu le explicas las situaciones, no entiende como los humanos podemos actuar así. Es evidente que tenemos más posibilidades de razonamiento que los animales, pero no utilizamos todos los recursos de los que disponemos. Necesitamos más eficiencia y no sólo usarlos por el interés y el beneficio propio. Se trata de sustituir los valor imperantes, que nos han impuesto, por los importantes.

Para llevar a cabo esta tarea, ¿nos han ayudado la pandemia y el confinamiento por el coronavirus?

En mi caso, el libro y sus propósitos estaban hechos antes, puesto que lo entregué en febrero. Pero el epílogo, escrito por Cristóbal Colón, presidente de La Fageda Fundació, se elaboró antes. De hecho, Colón comenta que en pocas semanas han emergido comportamientos de solidaridad y se han enterrado otros carentes de valores. Pero aún así, nos pone unos deberes cuando dice que es nuestra responsabilidad individual escoger qué nueva realidad deseamos.

"La Cooperativa La Fageda es un símbolo del camino que tendríamos que emprender para afrontar la nueva normalidad"

Como asesor de empresas y descubridor de talento, ¿con qué realidad tendríamos que quedarnos?

Un ejemplo sería que el sector sanitario, con todo el que ha sufrido, todavía no ha implantado determinados protocolos que hace tiempos se están practicando al ámbito alimentario o animal. Para mí no resulta concebible que pueda recorrer el interior de un hospital público sin tener que limpiarme los zapatos en ningún momento. En el sector sanitario, lo único que ha cambiado es el reconocimiento hacia su personal. Pero las transformaciones tendrían que ser más profundas.

¿Quizás habla de un cambio de los valores empresariales?

Es la diferenciación de los valores imperantes y los importantes que recojo en el libro. Tenemos que ser conscientes que los valores que transmiten las empresas tendrían que ser como los influencers para la sociedad. Alguien a quien la gente tiene como referente. Las compañías no son un ente aislado, sino que actúan modelando los comportamientos. Hace falta que la sociedad vuelva a mirar las empresas como un elemento esencial, que aporta y recibe recursos, y abandone la estigmatización. Es necesario que recupere su carácter, dejando de lado la identificación con la codicia, el consumismo, el crecimiento artificial o la explotación de recursos naturales.

A Nu, ¿cuáles le diría que son las profesiones esenciales?

El confinamiento nos ha demostrado que los agricultores, los maestros o los repartidores resultan imprescindibles. Este aprendizaje nos tiene que servir para no olvidarnos de la sociedad, de las personas, ahora que la situación sanitaria nos obliga a ir con la cara tapada por la calle y sin poder tocarnos. En el libro, uno de los ejemplos que se menciona es el de la Cooperativa La Fageda como símbolo del camino que tendrían que emprender las empresas para afrontar la nueva normalidad. Más allá del entorno laboral, a Nu le diría que los humanos tenemos que volver a valores como la locura, un don que tienen las personas que no están afectadas por un virus que sufrimos el resto, y a conectarnos con la naturaleza, dejando de lado las redes sociales o la inteligencia mal utilizada.

¿Y cómo se tiene que enfocar este nuevo camino desde el mundo empresarial?

Tienen que promover la creatividad y las motivaciones de sus trabajadores. Ahora más que nunca es necesario estimularla. Después, ya llegarán las herramientas y los recursos. La nueva realidad comporta procesos de mejora y, a pesar de que es cierto que cambiarán los tipos de profesionales, este hecho será la consecuencia del camino. Se requiere que los empleados demuestren compromiso y lealtad, aunque trabajen por proyectos.

"El confinamiento nos ha demostrado que los agricultores, los maestros o los repartidores resultan imprescindibles"

¿La Ley del Teletrabajo ayudará en este propósito?

Antiguamente, se decía que la jornada laboral de un trabajador acababa cuando su jefe apagaba la luz del despacho. Esta normativa quiere acabar con esta idea de rigidez y enterrar la cultura del presentismo. Es verdad que habrá interferencias entre la vida profesional y la personal, pero las aprenderemos a gestionar con la legislación. Creo que la Ley del Teletrabajo es muy positiva para este nuevo entorno.

¿Cómo se tomaría la crisis Nu?

Creo que pensaría que se trata de una situación provisional. Primero, lo tenemos que afrontar individualmente, interpretando las señales del entorno. Después, tenemos que continuar adaptándonos a los nuevos códigos, puesto que quizás si vamos paseando por la calle, nos tenemos que cambiar de acera. Pero Nu diría que esta adaptación no tiene que ser definitiva. Ella vaticina que viviremos como antes, sin degradar el medio ambiente, intentando ser más felices con los nuevos valores que hemos incorporado y utilizando de una forma más responsable las redes sociales.

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