Cudié, los inventores catalanes de la catania

El pastelero Josep Cudié creó su obrador las catanias a mitad del siglo XX y actualmente Bombons Cudié produce más de 300.000 kilos el año

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El pastelero Josep Cudié creó en 1946 un dulce que denominó Cro-crem. Una almendra marcona envueltade chocolate elaborado por él mismo y acabada con cacao en polvo. Poco tiempo después lo rebautizó como catania, que se ha convertido en un dulce de referencia en Catalunya. Casi 80 años después, la pastelería que Josep creó en Vilafranca del Penedès, Bombons Cudié, se ha convertido en una empresa internacional que produce más de 300.000 kilos de catanias al año y vende a más de cuarenta países.

"Hay gente que cree que las catanias son un producto, pero es una marca de Cudié. El abuelo se inspiró en un bombón parisiense de los años 40 y crea lo que hoy se conoce como catania", explica el director general de la compañía, Albert Cirujeda. Cuál es el secreto? La receta, guardado bajo llave y que ha pasado de generación en generación: "La receta es sagrada. Hay un ingrediente secreto, que queda en la familia, son los únicos que lo saben. Es nuestro secreto del éxito".

Los inicios de la pastelería

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El obrador de Josep Cudié | Cedida

Josep Cuidé trabajaba en una pastelería y decidió abrir su propio obrador en Vilafranca del Penedès el 1946. Lo hizo en la parte trasera de una carpintería, en el centro del pueblo. Era la posguerra española y el cacao estaba racionado. "Tuvo que ir a Madrid para conseguir cupones para comprar", explica Cirujeda.

Cirujeda: "Hacía bombones de mucha calidad y confiaba en el boca-oreja"

Desde buen comienzo, Cudié destacó por la calidad de sus bombones. "Hacía bombones de mucha calidad y confiaba en el boca-oreja", apunta el director general. Así es cómo todo el pueblo descubrió las catanias e, incluso, gente otras poblaciones se desplazaban para comprarlas.

Al principio, Cudié elaboraba los bombones para otras pastelerías. Primero se extendió por el Penedès y bien pronto hizo el salto a Barcelona, donde algunas de las mejores pastelerías vendían sus productos sin hacer referencia a su origen.

La marca propia

A finales de los 80, la empresa familiar ya piensa en la exportación y en vender en mercados internacionales. Para hacerlo, necesitaban reivindicar y dar a conocer la marca: "Empezamos a poner las catanias en cajitas y con nuestro nombre". Para internacionalizarse, contó con el apoyo de organismos de la Generalitat y de un consorcio que reunía empresas alimentarias.

A través de compañías de vino o de cava que exportaban por Europa, empezó a entrar en tiendas especializadas y gurmet del centro y norte de Europa. Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca o Suiza fueron algunos de los primeros mercados. "Es una carrera de fondo. Una vez estás en las tiendas de vinos, percibes que la marca es conocida y haces al salto a alguna cadena más grande y alguna gran superficie, que cuidamos que sean de nivel mediano-alto", apunta Cirujeda.

De Emiratos Árabes a Japón y Colombia

El siguiente paso fue entrar en tiendas de aeropuertos, donde hay mucha visibilidad y permite abrir nuevos mercados. Hasta la actualidad, donde exportan alrededor del 30% de su producción y están presentes en más de cuarenta países cómo Emiratos Árabes, Jordania, Kuwait, Corea del Sur, Japón, Taiwán, Estados Unidos, México o Colombia.

Hasta los años 2000, Bombons Cudié se mantenía en un obrador en el centro de Vilafranca, pero el crecimiento de la empresa los llevó a buscar nuevas ubicaciones. E hicieron el traslado hasta un polígono de Olèrdola, donde adquieren una primera nave con una pequeña fábrica. El 2010 compran la segunda nave y, este 2022, añadirán una tercera.

El secreto de las catànies

El catálogo de productos de Cudié cuenta con todo tipo de bombones y turrones. Pero son las catanias la gran señal de identidad, con una producción de entre 300.000 y 350.000 kilos al año. Han llevado este bombón creado en Catalunya por todo el mundo y ha sido replicado por decenas de empresas. "Para nosotros es un orgullo ver que otra gente intenta hacer productos similares. Si la gente quiere hacer las cosas cómo tú, quiere decir que estás en el camino correcto", destaca Cirujeda.

La catania no deja de ser un fruto seco recubierto de chocolate. Un producto que hay por todo el mundo, incluso de nivel industrial cómo pueden ser el Conguitos. "De frutos secos con chocolate hay por todo el mundo. Aparentemente, son el mismo producto, pero hay diferencias", enfatiza el director general.

Cirujeda: "Es un producto con una personalidad muy marcada"

Ya en su día, Josep Cudié apostó por el producto de proximidad, cómo son las almendras marcones. El siguiente paso es una caramelización muy particular y un praliné hecho con chocolate que elaboran ellos mismos a partir del cacao, que importan de África. "Es un producto con una personalidad muy marcada", sentencia.

A pesar de las evoluciones tecnológicas, la receta es intocable: "Es el corazón de nuestro negocio y el secreto del éxito. No seremos nosotros los que la cambiaremos". Pero la maquinaria ha entrado a Cudié, a pesar de que todavía hay un alto nivel de trabajo humano. Además, una pequeña parte de la producción de catania para algunas pastelerías barcelonesas todavía se hace cómo antes, una a una.

Innovar la tradición

Además, han innovado con nuevos gustos, cómo las catanias de café o de limón. "Nuestra política es intentar analizar las tendencias de mercado y cómo lo podemos hacer siguiendo nuestra receta. Si sacamos una catania de café, no pondremos una esencia, sino café. O la de lima, que nos costó mucho, pero la sacamos con lima natural. La innovación está aquí, encontrando el equilibrio y usando productos naturales, no a base de esencias", resume el director general.

Esta es la historia de cómo la pastelería que creó las catanias se ha convertido en una empresa internacional Ya con la tercera generación al frente, Cudié da trabajo a casi cuarenta personas y también tiene cuatro tiendas propias en Vilafranca, Vilanova y Barcelona. A pesar de que la pandemia les hizo bajar la facturación, este ejercicio (que para ellos acaba en abril), ya prevén superar las cifras de 2019 y pasar los 4 millones de euros.

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