
Después de décadas en el sector químico, Josep Maria Cortés y Lenny Loeb coincidieron en un momento vital marcado por las ganas de emprender. Así es como decidieron impulsar DC Fine Chemicals, abandonando la comodidad de trabajar para terceros para poner en marcha su propia aventura. Un proyecto nacido en 2007 y que se centró en la fabricación y distribución de química fina para abastecer la industria farmacéutica y científica.
Casi veinte años después, DC Fine Chemicals llega a más de cuarenta países y cuenta con plantas de producción en Terrassa y Reino Unido. Sus materias primas son utilizadas en laboratorios para hacer análisis, diagnósticos y pruebas científicas vinculadas con la salud.
El sueño de emprender
"El sueño de dirigir una empresa siempre estaba latente. Me gustaba tomar decisiones, aceptar retos y proyectar", explica Josep Maria Cortés. Al llegar a los cuarenta años, vio que era el momento de intentarlo. Y fue entonces cuando coincidió con un viejo conocido, Lenny Loeb, con quien compartían esta inquietud vital: "Había llegado el momento de emprender".
Cortés reconoce que no hicieron un gran estudio de mercado, pero la experiencia y conocimiento que acumulaban les daba suficiente confianza para seguir adelante. "Con intuición, nos lanzamos a la aventura. Nos quedamos sin salario y nos tuvimos que ganar las garrofas", recuerda.
Cortés: "Nuestro propósito fue centrarnos en el cliente"
La experiencia que tenían en el sector químico les sirvió para decidir qué camino querían emprender. Y tenían claro que los clientes debían ser el centro del negocio: "Nuestro propósito fue centrarnos mucho en el cliente. Habíamos visto empresas muy centradas en el producto y menos en la experiencia e interés del cliente".
En los inicios, Josep Maria y Lenny visitaban a los clientes preguntando qué retos o necesidades tenían para ayudarles a desarrollar nuevas materias primas. "Así es como fueron creando nuestro catálogo", destaca Cortés. Hoy en día acumulan más de 3.000 referencias para los sectores farmacéutico, de diagnóstico, ciencias de la vida y soluciones de proceso. Siempre centrados en la química fina, aquella más especializada y de valor añadido, y vinculados a la salud. Sus materias primas se pueden utilizar desde herramientas para diagnosticar patologías hasta pruebas científicas de fármacos.
Los retos de los clientes
El fundador reconoce que a menudo los clientes te plantean retos complicados que nunca han podido resolver y que no siempre pueden seguir adelante. Pero apostaron fuerte por la investigación y esto les dio la satisfacción de los clientes. "Desde el inicio tuvimos el apoyo de muchos clientes. Pedíamos una oportunidad y nos la dieron", celebra.
Por todo ello, la investigación y búsqueda de su equipo son fundamentales y su misión es encontrar y crear constantemente nuevas formulaciones que se adapten a las necesidades de cada cliente.
De un proyecto personal a llegar a medio mundo
DC Fine Chemicals arrancó su trayectoria con Josep Maria y Lenny encargándose de todo. Con los años, fueron ganando clientes, ampliando las materias primas que elaboraban y creciendo exponencialmente. Un ejemplo son las nuevas instalaciones que han inaugurado recientemente en Terrassa, que han supuesto una inversión de siete millones de euros y donde cuentan con 1.600 metros cuadrados de almacén, 1.000 de área productiva y laboratorios y 500 de oficinas. Su ambición de crecimiento constante ya se vio al inicio, cuando apenas habían vendido sólo 30.000 euros y adoptaron un software de gestión integral: "Con una empresa tan minúscula, apostar por un sistema tan potente no era habitual".
Y siempre con una vocación internacional en el ADN: "Nunca hemos utilizado la palabra internacionalización, porque habíamos visto que nuestro negocio puede estar en cualquier lugar del mundo". En su trayectoria profesional, Cortés siempre había estado vinculado a la exportación y lo trasladó a DC Fine Chemicals. Actualmente, más del 80% de su producción se vende fuera del estado español.
Una visión diferente de la química
El lema de DC Fine Chemicals resume su visión de la empresa y el proyecto: A different kind of chemistry (un tipo diferente de química). Esta filosofía nace desde el inicio poniendo el foco completamente en el cliente y sus necesidades. "Nosotros iniciamos el proyecto con la idea de hacer cosas diferentes de lo que habíamos experimentado en las empresas anteriores", destaca Cortés.
Pero no sólo pensando en los clientes, sino también en su propio equipo, que quieren "motivado y cohesionado": "Más allá de la química o del sector, hay una química con las personas, sean de nuestro equipo o de nuestros clientes". Unos pilares que quieren plasmar en una voluntad de hacer diferentes las cosas, disfrutar del trabajo y cuidar a los clientes y trabajadores.