De ejecutivo a emprendedor

La crisis los ha empujado a arriesgarse y muchos han pasado de dirigir equipos a ser sus propias cabezas. El 30% de los directivos despedidos apuestan por la emprendeduría 

Jordi Puig hacía 14 años que estaba trabajando en la misma empresa, un rara avis por los tiempos que corren. Era responsable para Cataluña de la parte de los activos inmobiliarios de una empresa financiera y, de repente, lo despidieron. En plena crisis, Jordi, de 53 años, recorrió a los contactos y, confiando en una afición de siempre, decidió crear su propia empresa. Kanicat es su firma de juguetes, que principalmente produce caniques pintadas con motivos típicos catalanes, como castellers, por ejemplo. "Empecé observando porque estaba cansado del sector donde siempre había trabajado, y me atrajo hacer algo diferente. En realidad tuve una intuición y decidí emprender un proyecto nuevo que no tenía nada que ver con aquello que había hecho antes: juguetes para niños", explica este directivo reconvertido a empresario.

Su historia es un ejemplo del camino laboral que muchos directivos han decidido trazar arran el despido de sus empresas. El caso de Jordi no es el único: según el estudio "Tendencias globales de ocupación en los ejecutivos" –elaborado por la consulora con sede en Barcelona MOA BPI group- el 30% de los directivos despedidos apuestan por la emprendeduría como salida laboral.

Según la compañía especializada en gestión y consultoría de recursos humanos en este caso hay dos tipos de emprendedores. Tal como apunta Javier Nieto, responsable del área de Creación de Negocio de MOA BPI group, "a la hora de emprender entre los ex directivos es muy habitual buscar una continuidad con su anterior actividad". Es por eso que, para no perder de vista el sector que dominan, se convierten en freelances o crean nuevas empresas de consultoría de servicios especializados. Es decir, continúan trabajando en su sector. El segundo caso es el de Jordi Puig y tantos otros: "Aprovechan la circunstancia para enfocar su transición de carrera hacia estos proyectos a los cuales siempre los hubiera gustado dedicarse pero por los cuales, hasta hoy, no han podido dedicar su tiempo", aclara Nieto.

El liderazgo lo traen de casa
A la Fundación Pimec trabajan habitualmente con estos perfiles: desde el programa Emppersona trabajan con autónomos, ex directivos o empresarios, mayores de 45 años (ahora aumentan los mayores de 50 años) que quieren superar el cierre del mismo negocio o necesitan ayuda para remontarlo. Muchos provienen del sector de la construcción, pero últimamente empiezan a haber casos ligados al sector comercio y los servicios. Jordi Puig es uno de sus participantes. "El hecho de tener una carga emocional muy fuerte por el fracaso personal hacía que se quedaran en casa y no fueran a buscar ayuda y lo detectamos. Por eso hacemos un acompañamiento personal con psicólogos porque se enfrenten a la situación personal y salgan adelante", apunta Rosa Maria Junio, directora técnica de Fundación PIMEC.

El programa Emppersona ha acompañado de forma personalizada, entre 2009 y 2013, a 528 personas autónomas y empresarias para emprender de nuevo, reflotar negocios en crisis o recolocarse. Además, arran el programa se han creado 50 nuevas empresas. Pero, son más osados los ex directivos? Más valientes? "Creo que el empujón que has tenido antes, liderando un equipo comercial, te ayuda a salir adelante tu proyecto. Siempre ayuda tener un poquito de carácter", apunta Puig. En la misma línea se expresa Junio, para quien "el hecho que estas sean personas muy polivalentes que han tocado todas las áreas de una empresa hace que sean personas con muchas capacidades y muchas competencias, a pesar de que ellos no se lo cruzan", declara.

La firma de productos creada por Jordi Puig, Kanicat. Cedida 

La experiencia acumulada durante años de trabajo es un plus por estos futuros emprendedores, una de las conclusiones del informe, que apunta cinco disparos principales como distintivos de este colectivo que apuesta por la emprendeduría: la capacidad de liderazgo, la experiencia en la gestión de equipos y proyectos, el conocimiento del medio en el cual desarrollan la actividad, la red de contactos y la capacidad para financiar el proyecto son determinantes.

"Los contactos son muy importantes y es una de las cosas que trabajamos aquí, donde los decimos siempre que tienen que hacer un listado de los contactos que tengan porque está claro que los tienen que ayudar", apunta Junio. En el caso de Jordi Puig funcionó. "Sí, los contactos me han ayudado pero no los del anterior trabajo, sino los conocidos, las amistades me han echado un cable. De hecho, fue un amigo mío quién me puso en contacto con la Fundación PIMEC", señala Puig.

Rapidez, y dificultades, en la puesta en marcha del negocio
El informe de MOA BPI group asegura que los ex directivos suelen tardar mucho menos a poner en marcha sus ideas de negocio. "En España cerca del 60% de los ejecutivos necesita tan sólo entre cinco y nuevo meses para salir al mercado con su nueva empresa", apuntan. En esta estimación también entra Jordi Puig. Desde que su marca era sólo una idea hasta que se ha empezado a vender en papelerías y tiendas de regalos de Cataluña han pasado unos meses. En febrero de 2014 se convirtió en autónomo y desde junio del mismo año la firma es una realidad tangible.

La financiación del proyecto ha sido, sin duda, uno de los factores determinantes del tiempo que ha tardado a convertir en realidad Kanicat. "Una parte ha sido aportación mía y otra ha sido financiación externa, pero no ha sido fácil. Te dicen que sí pero después todo son bastantes problemas porque no tienes un historial... Aunque tengas patrimonio, si no tienes un historial como empresario, las entidades financieras no están mucha para financiarlo", reconoce sincero. Ahora, con la perspectiva del esfuerzo, Jordi asegura que "la experiencia ha sido positiva. Te obliga a tomar decisiones más rápidas, aprendes muchas más cosas... De momento sólo puedo decir que ha sido positivo, a pesar de que hay días que lo ves todo negro".
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