El éxito de Veritas en cinco claves

La cadena suma 25 establecimientos y 4.500 productos ecológicos en cartera

El 2002 cuatro familias catalanas fundaron Veritas. Querían acercar la alimentación sana y saludable a la población a gran escala. Poco más de diez años después de irrumpir al mercado de la alimentación ecológica, la cadena tiene 25 establecimientos distribuidos en Cataluña, Andorra y Baleares, además de la venta online. Las tiendas ofrecen un abanico de 4.500 productos de alimentación de producción 100% ecológica, de los cuales 400 son de la marca Veritas. En estos momentos, "cada tienda está creciendo respecto al año pasado", explica Silvio Elias, cofundador y director general de la cadena de supermercados de productos ecológicos Veritas, con sede central en Barcelona.

Todo y el contexto actual, "las familias priorizan". "La alimentación ecológica tiene más salud", dice. En diez años la marca ha conseguido reducir un 30% el coste de acceso a la cesta básica de la compra y, según se detalla desde la cadena, más de 70.000 familias catalanas los han hecho confianza.

Convencido que se tiene que dejar "una huella en este mundo", Elias apuesta para compatibilizar negocio con valores. Lo explicó en un acto reciente en Vic organizado por el Instituto Catalán de Economía Verde, donde se quería desgranar porque Veritas es un caso de éxito de la llamada ecoemprenedoria. Es fruto, según su director general, de gestionar desde los valores, la especialización, la comunicación, la sostenibilidad y la investigación.

1. Conocer el sector
La especialización es clave a la hora de iniciar un proyecto emprendedor. Antes de ponerlo en marcha, Silvio Elias había estado a la holandesa Albert Heijn, donde en 1997 vio nacer el producto biológico, y a Caprabo , donde coincidió con la puesta en marcha de la venta por internet. El conocimiento del sector y el descubrimiento de la oferta biológica lo adentraron en los productos "respetuosos con el suelo y con la gente". A partir de aquí, conjuntamente con tres familias más, estudiaron el fenómeno de la venta ecológica en Europa y detectaron que era un fenómeno creciente. En Cataluña faltaba ofrecida, precio e información. Y el 2002 pusieron en marcha una cadena especializada.

2. Trabajar con valores
Por Silvio Elias, el trabajo es un estilo de vida y tiene claro que hay que hacer las cosas muy hechas desde el primer momento. "Trabajar con unos valores determinados me ha hecho montar un negocio", justifica. Asegura que Veritas mantiene su misión y una filosofía de seis valores: practicar la salud a través de la alimentación; el gusto original de los alimentos; la biodiversidad a través de recuperar la riqueza de las variedades locales; el desarrollo sostenible; el consumo consciente y responsable; y la proximidad, tendido desde el punto de vista de la comunidad social.

3. Comunicar, divulgar y aprender
En cualquier proyecto hay que estar atento a la realidad que lo rodea. Después de detectar un gran desconocimiento de la población de los productos ecológicos, decidieron apostar por la comunicación y la divulgación . Aproximadamente tres años después de iniciar el proyecto, invirtieron en un programa de televisión. Querían normalizar los productos ecológicos porque el consumidor hiciera una compra responsable. También pusieron en marcha una revista propia. Y en este proceso hicieron un aprendizaje: "Aprendimos que ser ecológico es un medio y no una finalidad", apunta Elias. "Pasamos de ser ecológicos a ser comer de verdad".

4. Hacer compatibles los principios con el negocio
Por el cofundador de Veritas, el consumo no es doliendo si se hace bien. "Hemos decidido que queremos ser de una manera y esto lo queremos hacer rentable", admite. Según Elias, hay que compatibilizar negocio con valores. Si bien no es fácil. Y, de hecho, según detalla, tardaron cuatro años a hacer que las tiendas fueran sostenibles y siete años para ser rentables.

5. Apostar por la investigación
Cuando empezaron, tuvieron que aprender a hacer pan. Ahora, cada día sirven el pan a 30.000 niños, y destinan una partida a recuperar alimentos característicos del territorio que se han dejado de comercializar a escala masiva. Por ejemplo, la berenjena blanca. Además, tal como avanza Elias, en estos momentos están trabajando en un proyecto de reaprofitament de alimentos para transformarlos en otros productos. Sin olvidar que la cadena de supermercados ha sido pionera en la introducción de nuevos productos con certificación ecológica, como los destinados a un público infantil, los productos sin lactosa y los productos sin gluten.
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