El empresario que hace frente a LIDL y Facebook

El valenciano Andoni Monforte, fundador de la horchatera Món Orxata, el inventor de la Chufamix, cree que "toca sublevarse ante el abuso de poder" de algunas multinacionales

El empresario Andoni Monforte | Cedida El empresario Andoni Monforte | Cedida

A muchos no les sonará el nombre de Andoni Monforte Duart pero algunas multinacionales seguro que lo tienen marcado como persona non grata. No es para menos: fundador de una pequeña horchatera valenciana, Món Orxata, e inventor y CEO del utensilio Vegan Milker –muy conocido también con su nombre antiguo, Chufamix-, ha conseguido sentar en el banquillo de los acusados a representantes de LIDL; ha ganado un juicio a la comercializadora más grande del mundo de chufa, la valenciana Tigernuts Traders; y en los próximos meses se enfrentará en otro juicio a Facebook. Esta es la historia de un David (valenciano) contra muchos Goliats.

¿Quién es Andoni Monforte? Natural de Madrid, se crió a caballo entre Donostia y València. Es licenciado en Derecho por la Universitat de València y MBA por la IE Business School de Madrid. Finalizados los estudios, se fue de mochilero por Sudamérica durante año y medio: allí tuvo sus primeras experiencias laborales ayudando a emprender a tribus indígenas para que controlaran ellos los recursos turísticos y no trabajaran para empresas externas; también vendió artesanía por la calle y ejerció otros trabajos. Finalmente decidió que se quería quedar a vivir en Venezuela.

Empresas con "falta de ética" y una idea importada

Monforte consiguió trabajo en el departamento de marketing de Procter & Gamble en Caracas, que es donde se gestionaba toda la delegación de Sudamérica. Empezó con Head&Shoulders y con Pantene y después pasó a higiene femenina, a las marcas Tampax y Always. Todo parecía ir sobre ruedas: cobraba bien y estaba en una gran empresa, ¿que más podía pedir? Peroal cabo de de tres años decidió dejarse el trabajo: "Vi cosas que no me gustaban nada, de falta de ética que no iban con mi manera de pensar y de hacer. No me sentía lleno". Ahora bien, admite que fue una "gran escuela" donde aprendió " mucho".

Así que volvió a València "con la idea de que no quería volver a trabajar en una multinacional". Emprendedor por naturaleza, recordó los carritos de "chicha" de arroz de Venezuela. Era una bebida fresca, blanca y azucarada que se servía en la calle con una olla.. "La conexión mental era inevitable": ¿por qué no hacerlo con horchata en València? Pensat i fet: hizo diferentes estudios de mercado y empezó con su hermana haciendo de todo: sirviendo horchata, limpiando las ollas, gestionando la contabilidad...

"A veces la gente piensa que montar un proyecto es muy fácil y que pronto harás mucho dinero... pero es al contrario: si emprendes desde cero una empresa y sin inversores, es muy sacrificado. Tienes que hacer de todo. Y autofinanciamos el crecimiento con el dinero que daba el primer carrito... hasta llegar a los 20 que tenemos hoy", rememora. Y lo han hecho "con una filosofía diferente, tratando bien a la gente que trabaja dentro, tratando bien el producto y buscando ser medioambientalmente sostenibles". Hace unos meses dio un paso al lado y la dirección general de la empresa está en manos de Yolanda Morán, que está en proceso de ser una sociedad participada por sus trabajadoras.

Contra Facebook por cerrarle el perfil de la empresa

Su trayectoria judicial empezó en 2017 y lo hizo pisando fuerte, contra Facebook. Todo se remonta a 2010, cuando Món Orxata se abrió un perfil en la red social de Mark Zuckerberg. Entonces todavía no existían las páginas de empresa, por lo cual se creó un perfil personal. Un día, sin previo aviso ni notificación, Facebook cerró la página y apareció un mapa con la ubicación de la nave de la horchatera en Alboraia con el cartel "Cerrado Permanentemente". De repente, había desaparecido toda la historia de la pequeña empresa, su prestigio y su presencia online. Perdieron todos los textos y fotos. Contactaron con la red social, pero nunca recibieron respuesta. Los preocupaba que muchos clientes les contactaban para "solidarizarse" porque pensaban que "la empresa había cerrado", por lo cual asegura que perdieron clientes.

Més info: Horchata: entre València y África

Cuando Món Orxata decidió ir a los tribunales y se admitió a trámite la demanda, Monforte asegura que el perfil "reapareció mágicamente", "pero el daño ya estaba hecho". Facebook recurrió porque, según consta en sus condiciones de uso, en caso de pleito con un usuario, se tiene que resolver siguiendo las leyes del Estado de California. Toda una declaración disuasiva para empresas pequeñas como Món Orxata que, por motivos económicos, tienen complicado ir a los EE.UU. a litigar. Pero el Juzgado de Primera Instancia de València desestimó los recursos de la red social y está previsto que el juicio se celebre durante este otoño.

El Juzgado de Primera Instancia de València desestimó los recursos de Facebook y está previsto que el juicio se celebre durante este otoño

Segundo caso. El año 2016, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Chufa de Valencia detectó que se estaban vendiendo chufas africanas en Japón con el sello de su DO. Después de pensárselo mucho, Andoni Monforte, representante de los horchateros artesanales, decidió viajar a título individual a la cuna de la chufa en la África: el tridente Níger, Malí y Burkina Faso. Se llevó una cámara. Allí le indignó y rompió el corazón las condiciones de "semiesclavitud" que vio y lo plasmó en el polémico documental Tigernut, la patria de las mujeres íntegras.

tigernut documental
Cartel del documental 'Tigernut'

 

En él acusaba directamente a la comercializadora de chufas más grande del mundo, la valenciana Tigernuts Traders, de participar en presuntas estafas contra las agricultoras africanas. Lógicamente, no gustó nada a la empresa y lo denunciaron; el juez finalmente archivó la causa, y ahora es Monforte quién ha denunciado a la comercializadora por presuntas amenazas, admitida a trámite y todavía pendiente de juicio.

Batalla legal contra LIDL por un plagio de la Vegan Milker

Tercer caso y último (de momento). Cómo decíamos, Andoni Monforte también es el inventor de la Vegan Milker, un utensilio de cocina para elaborar en casa cómodamente bebidas vegetales. Funcionaba muy bien y se vendía por todo el mundo, hasta que un día empezó a recibir cancelaciones de pedidos y la madre del empresario le llamó felicitándolo: había visto un anuncio en la televisión donde vendían el aparato en los supermercados de LIDL y pensaba que habían llegado a un acuerdo. Monforte no dio crédito a lo que vio: le habían hecho un plagio de manual. El utensilio era exactamente igual, pero con materiales más baratos y producido en China (el original está hecho en el Estado español y en Francia), por lo cual se podía vender a un precio mucho más económico: entre 4,99 y 9,99 euros, mientras que la empresa valenciana lo tiene por 35,90 euros.

El utensilio plagiado es exactamente igual, pero con materiales más baratos y producido en China

Monforte asegura que la copia hizo pasar la facturación de la empresa de los 241.000 euros a entrar en pérdidas en un año (entre 2016 y 2017) y no salió de los números negativos hasta 2019. La Vegan Milker tiene concedida la patente por la Oficina Europea de Patentes desde junio de 2017, poco antes de que LIDL empezará a vender la copia. El empresario hizo un requerimiento amistoso a la multinacional alemana, pero hicieron "caso omiso", por lo cual interpuso una querella por delito contra la propiedad industrial e intelectual en Montcada (Valencia), que todavía está a la espera de juicio. Ahora Monforte asegura que lo tienen "todo casi listo" para iniciar un proceso legal contra LIDL en los EE.UU..

Como respuesta, la marca española de LIDL presentó una denuncia y la división alemana interpuso dos más. En ellas solicitaban la nulidad de la patente de la Vegan Milker a sus respectivos países. Mientras la justicia española todavía no ha celebrado ni el juicio, en Alemania ya hay sentencia: el pasado 19 de junio desestimaron la demanda de la cadena de supermercados y, además, la condenaron por haber infringido la patente del inventor valenciano. Tendrán que pagar las costas judiciales (2.636.90 euros más intereses) y una indemnización que todavía no se ha concretado. "Lucrarte de una idea patentada ajena perjudicando una pequeña empresa va en contra de la ley, sea cuál sea tu nombre. Demandarla tres veces aprovechando su condición de startup denota, además, una falta de ética tremenda", lamenta Monforte.

Monforte: "Partes de una situación de desventaja radical, las multinacionales cuentan con ejércitos de abogados y agencias de comunicación"

El caso de Andoni Monforte es peculiar porque no es habitual que una pequeña empresa se enfrente a las grandes. Él cree que esto pasa por dos motivos: "Por un lado, consumidores y pequeñas empresas hemos asumido la falsa premisa de que no hay nada que hacer contra los abusos de las multinacionales y aceptamos como normal que los suministradores de servicios bancarios, energía, alimentos o tecnología lleven a cabo acciones que pueden estar incumpliendo la ley". Por otro lado, continúa, "a veces no te dejan más opción que batallar judicialmente, donde partes de una situación de desventaja radical. A pesar de que la ley supuestamente es la misma para todo el mundo, las multinacionales cuentan con ejércitos de abogados y agencias de comunicación que te martillearán sin piedad agotando todas las instancias judiciales y consumiendo una parte importante de tu energía vital profesional, y por supuesto, tus limitados recursos económicos", añade.

¿Cuál es su motivación para emprender estos procesos judiciales contra 'los grandes'? Monforte dice que "cada caso es diferente": cuenta que en Facebook se les pide "el mínimo" que se permitía para poder interponer la demanda (6.000 euros) que "no cubren ni siquiera el sueldo de la persona encargada de las redes sociales ni la bajada de ventas que tuvo la tienda online de Món Orxata"; por lo tanto, lo hace más para dar un toque de atención a una empresa que considera que actúa con "arrogancia". En el caso de LIDL, explica que lo hace porque "no se puede robar así a una startup". En el caso de Tiggernuts Traders, fueron ellos las que lo denunciaron a él y admite que ahora tiene que "vivir en alerta permanente" por haber "destapado los abusos que han cometido en África contra miles de familias agricultoras. Sí que hay un denominador común que me motiva: toca sublevarse ante la injusticia y el abuso de poder, es la única forma de no acabar desapareciendo como especie", defiende el empresario.

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