El plástico se ha erigido desde la mitad del siglo XX en uno de los materiales más comunes en la vida cotidiana. Su elevada funcionalidad y bajo coste han hecho que sectores como el transporte, la construcción o la alimentación lo consideren un engranaje clave en su cadena de producción y distribución. Con todo, la crisis climática ha evidenciado el impacto medioambiental de este derivado del petróleo y ha puesto sobre la mesa la necesidad de reducirlo. En este contexto, la Unión Europea ha aprobado una directiva para limitar los plásticos desechables antes del 2021. En Cataluña, empresas como Damm o Noel Alimentaría se plantean cambios para recortar los plásticos no reutilizables de sus productos, concienciando los consumidores.
La ONU alerta que cada año acaban a los océanos unos ocho millones de toneladas de plástico, un material que, de hecho, representa entre el 80 y el 85% del total de desechos marinos. Del conjunto de estos residuos, la UE apunta que la mitad corresponden a plásticos desechable. Por eso, este junio aprobó una directiva que, con la mirada puesta en una economía más circular, propone limitar antes del 2021 los plásticos que no son reutilizables.
Entre los productos afectados por el nuevo marco normativo, hay los palillos para las orejas y los envases para comer y bebidas hechos de poliestireno expandido –como los que utilizan muchas tiendas y marcas de comer rápido–, además de los cubiertos, los platos, los vasos y las canyetes de plástico.
Alternativas a los plásticos desechables
La directiva comporta un cierto compromiso por parte de las empresas y las administraciones públicas. La abogada especializada en derecho ambiental Judit Ligüerre atribuye a las instituciones la función de determinar qué medidas de recogida de residuos plásticos se pueden adoptar para cerrar el círculo de reciclaje, mientras que las empresas tendrán que impulsar estudios tecnológicos para identificar "productos innovadores" que funcionen como alternativas a los plásticos no reutilizables.
En este sentido, la cabeza de Medio ambiente de Damm a la fábrica del Prado de Llobregat, Francesc Valencia, explica que la compañía cervesera ha encontrado dos opciones para los vasos de plástico desechable que reparte en numerosos festivales: unos vasos 100% biodegradables o bien otros que son reutilizables. "Las alternativas ya las tenemos y en algunos acontecimientos ya se están implementando, ahora hace falta que sea en todos", expresa Valencia, que asegura que Damm cumplirá la directiva "mucho antes" de la fecha que la UE ha fijado como límite.
Por otro lado, la empresa cervesera prevé ahorrar 260 toneladas de plástico sustituyendo las anillas de agrupación de las latas por unas de cartón de fibra natural. "Esto implica unos años para buscar estas soluciones técnicas que ahora todavía no existen, aparte de la inversión que esto supondrá", apunta Valencia.
Por su parte, el director corporativo de comunicación de Noel Alimentaría, Jordi Puerto, indica que el grupo carni ha lanzado al mercado un envase con un 25% menos de plástico y que ha empezado a "explorar" el papel como "vehículo de apoyo" de los productos en el lineal.
Concienciar de "la otra manera de vivir"
Ligüerre recuerda que entre las medidas que incluye la directiva europea hay la responsabilidad ampliada del productor, puesto que este "no sólo se tiene que hacer cargo de los productos que pone al mercado, sino que también tiene que asegurarse que estos sean gestionados de forma correcta cuando se conviertan en residuos", explica Ligüerre.
En relación a la cuestión de la corresponsabilitat entre empresarios y consumidores, la abogada apunta que las dos partes "se tienen que poner las pilas". "El problema que hay no es sólo la cantidad de plásticos desechables que se pone al mercado, sino también el consumo que nosotros en estiércol", remacha Ligüerre.
Siguiendo este hilo, Damm ha dedicado este año su tradicional anuncio veraniego a denunciar la contaminación de los océanos y ha apelado la sociedad a descubrir que hay una "otra manera de vivir" más respetuosa con el medio ambiente.
De hecho, el anuncio ha recibido críticas acusando la compañía cervesera, generadora de toneladas de residuos plásticos cada año, de querer quitarse responsabilidad para situarla exclusivamente en los consumidores. "No es limpiar la marca porque creo que no lo tenemos que hacer, sino que es la concienciación que queremos y creemos necesaria", defiende la cabeza de Medio ambiente de Damm, Francesc Valencia.
En este debate, Ligüerre insiste que la tarea de concienciar que pide la UE tiene que recaer tanto en las empresas como en la administración pública, y recuerda la importancia de la corresponsabilitat. Además, advierte que no se tiene que "criminalizar productos, empresas o administraciones" por sus políticas hacia los plásticos y la emergencia climática. "Nadie puede quedar al margen, todos formamos parte de esto", concluye Ligüerre.