Eurest plantea despedir a entre 200 y 300 trabajadores en Catalunya, según informan varias fuentes sindicales a la ACN. La empresa encargada de gestionar comedores y que se ocupa de alimentar el hospital Enfermera Isabel Zendal -el centro de emergencias construido a contrarreloj por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso-, ha notado la caída en picado de la facturación desde el inicio de la pandemia, y puso en marcha la semana pasada negociaciones con los representantes sindicales para presentar un ERE en Catalunya y en el resto del Estado.
La mayoría de las extinciones serán en la demarcación de Barcelona, donde piensa echar a más del 20% de la plantilla, que supera los 1.000 empleados. Eurest asegura que "ha comunicado formalmente a los representantes de los trabajadores, el pasado 4 de enero, su intención de iniciar un procedimiento de despido colectivo", sin dar detalles de qué alcance tiene este ERE. Los despidos se harán en al menos dos filiales de la multinacional inglesa Eurest Compass Group en el Estado, Eurest Catalunya y Eurest Colectividades. En los dos casos, el proceso de consultas del expediente se alargará hasta mediados de febrero.
La compañía argumenta a los trabajadores que la actividad en los comedores de las empresas ha bajado a raíz de la pandemia de covid-19, que ha disparado los índices de teletrabajo. En este sentido, algunos centros no han podido abrir desde marzo y los que lo han podido hacer no están trabajando al 100%, con parte de la plantilla que todavía no ha podido salir del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Teniendo en cuenta la actual normativa de protección del empleo, la empresa tendrá que devolver las cotizaciones sociales que se ha ahorrado de los empleados que se han acogido al ERTE si hace despidos seis meses después de que finalice el expediente.
El Parlament, el IESE y HP
Según los sindicatos, la empresa no ha renovado los contratos de los trabajadores temporales que expiraban en los últimos meses y plantea mayoritariamente despidos sobre plantilla fija. Las organizaciones sindicales presentes en el comité de empresa de Eurest Catalunya, CCOO, UGT y USOC, analizarán a lo largo de este mes la propuesta de extinciones en unos 80 centros y mirarán de reducirla. Ahora mismo, la empresa plantea más de 200 despidos en esta filial. Algunos de los espacios de restauración colectiva afectados son la cafetería del Parlament o de la escuela de negocios IESE, así como el comedor de la empresa HP en Sant Cugat.
En Barcelona ciudad, dos de los centros afectados son el tanatorio Sancho de Ávila, propietario de la empresa de servicios funerarios Mémora, y el comedor social de Navas. El sindicato CNT, con representación en los dos centros, ha denunciado que los dos espacios "están abiertos" y el de Navas es especialmente activo, puesto que "no ha cerrado en ningún momento en todo el estado de alarma" y "ha llegado a tener lista de espera" para acceder, debido al aumento de la precariedad económica por la covid-19. El sindicato también denuncia que el Institut Municipal de Serveis Socials de Barcelona no ha reducido el presupuesto que destina al comedor de Navas y al del Paral·lel, que se licitan en conjunto.
En cuanto a los centros que gestiona la otra filial de Eurest en territorio catalán, se han incluido extinciones en el comedor de la residencia de personas mayores Ballesol o la cafetería del Centre de Ccontrol de Trànsit Aeri de Aena-En Aire en Gavà. Los comedores escolares de las comarcas de Girona quedan fuera del expediente, según fuentes conocedoras de la negociación. Precisamente, este otoño la plantilla de Girona se movilizó para exigir a la empresa que cumpliera la ley y pagara a los monitores el sueldo que corresponde por el convenio laboral en vez del salario mínimo, teniendo en cuenta que trabajan muy pocas horas al día.
El ERE no sólo será en Catalunya, sino que también se extiende a diferentes territorios del Estado. En Madrid, uno de los espacios incluidos en el expediente es el comedor del Hospital Zendal. Eurest se adjudicó este servicio por 1,1 millones de euros durante seis meses. La semana pasada, varios pacientes del centro denunciaron en las redes sociales que les habían servido comida en mal estado.