Es necesario contar con un esquema adecuado de retribución de las actividades de distribución y transporte de electricidad para permitir el imprescindible avance en la digitalización de redes. Es una de las conclusiones del estudio La digitalización de las redes eléctricas de distribución: Indicadores e inversiones, elaborado por el Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Pontificia Comillas y publicado por Fundación Naturgy que, entre otras cosas, hace una revisión de las inversiones y el marco regulatorio necesarios para lograr una transición energética eficiente.
Este documento señala que, durante la transición energética, se espera un incremento de las inversiones y de los costes operativos de los gestores de redes de distribución, por lo que las metodologías de remuneración deben proveer incentivos, según el reglamento europeo, para la innovación, en interés del consumidor, en ámbitos como la digitalización, los servicios de flexibilidad y las interconexiones.
Durante la transición energética, se espera un incremento de las inversiones y de los costes operativos de los gestores de redes de distribución
En este mismo sentido, la directiva europea apunta la necesidad de adaptar los esquemas retributivos de los gestores de redes en los países de la Unión Europea a los nuevos desafíos de la transición energética. La directiva remarca la necesidad de incentivar las soluciones de flexibilidad, como puede ser el uso de la demanda flexible, para retrasar los refuerzos de red cuando ello resulte ser la alternativa más eficiente, lo que resulta de especial importancia dadas las previsiones de grandes inversiones necesarias durante los próximos años.
El reto de la integración de los recursos energéticos distribuidos
Aun siendo conscientes de la necesidad de digitalizar las redes eléctricas para integrar los recursos energéticos distribuidos que impone la transición energética, como el almacenamiento o el vehículo eléctrico entre otros, en la presentación del estudio, Néstor Rodríguez, investigador postdoctoral del Instituto de Investigación Tecnológica de la Universidad Pontificia Comillas, ha querido poner de manifiesto los desafíos a los que se enfrenta este proceso.
En su opinión y en la de los autores del documento, “la conectividad es uno de los pilares de la digitalización de las redes de distribución, ya que es lo que permite la recopilación de los datos generados por los sensores y el envío de órdenes a los actuadores. Es decir, la conectividad permite una operación activa de la red, que es una de las características principales de las smart grids”.
Indicadores de la digitalización e integración de recursos energéticos distribuidos
Teniendo en cuenta que la digitalización de la red ofrece la capacidad de optimizar la utilización de la energía, gestionar la demanda de forma eficiente y fomentar una mayor participación de los consumidores en el sistema eléctrico, el estudio propone diversos indicadores para medir la digitalización e integración de recursos energéticos distribuidos en las redes.
Los autores del estudio plantean que el proceso de transformación de las redes plantea cuestiones como cuál es el nivel óptimo de digitalización o si están las redes de distribución siendo digitalizadas de manera eficiente, para lo que es necesario primero medir su digitalización de manera que permita su comparación objetiva. Esto, aparte de dar una visión sobre el estado actual de la digitalización de las redes, podría combinarse con los indicadores actuales de calidad de suministro para tratar de identificar si la digitalización está teniendo el impacto esperado o si determinadas inversiones resultan más eficaces que otras.
Para ello, proponen dos tipos de indicadores: los de digitalización y los de integración de recursos energéticos distribuidos. La definición y homogeneización de los indicadores, así como su adopción, es fundamental para que resulten realmente útiles.