¿Dejar de construir casas y empezar a fabricarlas?

La edificación automatizada es uno de los principales retos y oportunidades del sector de la construcción y el 'real estate'

Una casa prefabricada, en una imagen de archivo | iStock Una casa prefabricada, en una imagen de archivo | iStock

La vertiente más innovadora del gremio de la construcción y el real estate mira a otros sectores, como la banca y la automoción, para aprender del éxito que han tenido en sus procesos de industrialización y automatización. Se trata de entender el sector como una industria y afrontar la construcción de edificios y la comercialización de espacios como si se tratara de fabricar coches o de ofrecer un servicio financiero. Este es uno de los principales retos, y a la vez oportunidad, que han destacado el catalizador de innovación de BBConstrumat, TechEstate, e Innomads, hub de innovación de real estate, en un informe sobre las principales tendencias y retos de ambos sectores.

"Se trata de dejar de construir viviendas para empezar a fabricarlas", explica Joan Marc Torrent, director general de la Associació de Promotors de Catalunya. Pero, ¿en qué consiste la construcción industrializada? En construir las viviendas en una fábrica, fuera del solar donde se emplazará la obra, mediante técnicas y procesos de diseño y de producción automatizados. La idea es fabricar los componentes estructurales de una vivienda o edificio en un taller y después trasladarlos al destino definitivo.

La edificación automatizada permite reducir imprevistos en la obra, tener un mayor control de los tiempos de ejecución y, por lo tanto, reducir los costes financieros

La edificación automatizada permite reducir imprevistos en la obra, tener un mayor control de los tiempos de ejecución y, por lo tanto, reducir los costes financieros. Torrent añade, como principal ventaja, "la mejora en la calidad del producto: toda la calidad que se consigue en una planta de fabricación es imposible que se pueda conseguir manualmente". Se suman, además, otros beneficios vinculados en comparación con la edificación tradicional en un solar: potencial reducción de la siniestralidad, mejora de los estándares de género, reducción del esfuerzo físico, mayor facilidad de implantación tecnológica, más posibilidades de personalización de acabados y favorecimiento de la sostenibilidad ambiental, llegando a unos niveles de eficiencia energética mayores y reduciendo los materiales residuales que se utilizan en la construcción. En este marco, toma importancia la figura del industrializador de procesos.

Piedras en el camino

La edificación industrializada se ha colado en la hoja de ruta del sector de la construcción, pero los expertos todavía ven muchas piedras en el camino para conseguirlo. La principal amenaza es financiera, la más importante. Según Cristian Merino, jefe de innovación de TechEstate & BBConstrumat, "para desarrollar componentes fuera de la obra se necesita hacer un gran desembolso inicial, hecho que no casa con el modelo tradicional financiero", puesto que hoy en día los bancos dan financiación a medida que se adicionan capas a la edificación del suelo. Por lo tanto, "desarrollar componentes fuera de la obra y transportarlos posteriormente no sale bien económicamente", explica Merino.

Merino: "Para desarrollar componentes fuera de la obra se necesita hacer un gran desembolso inicial, hecho que no casa con el modelo tradicional financiero"

Otra problemática que se identifica en el informe de TechEstate e Innomads es la resistencia al cambio por parte de actores muy consolidados en el sector, especialmente por parte de la figura del arquitecto. Para hacer decaer esta resistencia, tanto Merino como Torrent ven imprescindible "una colaboración integral por parte de todos los actores implicados: promotor, arquitecto y constructor".

El sector pide, además, un mayor compromiso por parte de la administración para conseguir agilidad. "Los tiempos en cualquier obra son clave y las demoras en la obtención de licencias y certificados son hoy en día demasiado largas".

Sostenibilidad y el impacto de la covid-19

El sector de la construcción y el real estate viven un proceso de transformación hacia las nuevas tecnologías, el impacto de la covid-19 y la creciente preocupación por la sostenibilidad. En este nuevo contexto, los principales actores del mercado que participan en el informe de TechEstate e Innomads se plantean cuestiones como: ¿pagaría más un comprador por un piso si este es sostenible?; ¿cómo afecta la sostenibilidad en las decisiones de los inversores?; ¿son más valoradas ahora las terrazas a las viviendas después del confinamiento que vivió la sociedad a raíz de la covid-19?; ¿de qué manera se quedará el teletrabajo?

La sostenibilidad se ha convertido en una prioridad estratégica para las constructoras. Según Ignasi Clariana, de expansión, energía y sostenibilidad de Sorigué, "estamos en un momento en el que no nos planteamos si es una opción. Estamos ocupados pensando en cómo integrar los valores de sostenibilidad en nuestra cultura". Para Álvaro de Ansorena, investment director retail del Grupo Lar, "ha habido un cambio de tendencia en los últimos cinco años y, hoy en día, ya se puede decir que la sostenibilidad atrae mucha inversión".

Sobre el impacto de la covid-19, Mireia Garcia, CEO de Innomads, destaca que "ha tenido una importancia relevante en la manera de gestionar los espacios, tanto los de vida como los de trabajo". La pandemia se ha convertido en el experimento colectivo con más duración de implantación de teletrabajo y ha obligado a repensar las viviendas y las oficinas, así como las infraestructuras logísticas y otros modelos como el coworking y el coliving.

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