Gaes, marca de salud y bienestar

Un viaje en Londres de su fundador fue el inicio de la productora catalana de audífonos, presente a seis países con 1.600 empleados

Las oportunidades pueden o no aprovecharse. Porque el tren pasa un golpe, no más. El de Gaes se paró ante Juan Gassó, su co fundador, en 1949, justo cuando tenía que realizar un viaje en Londres. "La historia de Gaes está marcada por el ingenio de mi padre. Había estudiado la carrera de Derecho, sabía idiomas y viajó a Londres cuando alguien le pidió un audífono. Él supo aprovechar las oportunidades que pasan por delante", explica Antoni Gassó, su hijo, y director general de la compañía actualmente.

Entre Gassó y su socio, José M.ª Espoy (Gaes es la suma de la primera parte de los apellidos de los dos) iniciaron un negocio de distribución en España de los últimos audífonos que se comercializaban en aquella época en Inglaterra. "La primera empleada fue mi madre. Entre los dos crearon la empresa, con ingenio e ilusión", cuenta a manera de anécdota Gassó alrededor de su empresa familiar de Barcelona. .

Consolidación y expansión internacional
Años después, y con el éxito de aquella primera actividad, empezaron a fabricar los primeros audífonos propios, fundando la empresa Microson, única fábrica dedicada a la producción de este tipo de soluciones auditivas al Estado español. Gaes, que el 2013 ha cerrado con más de 180 millones de euros de facturación, se ha consolidado como referencia en estos más de 60 años de historia. "Tenemos 1.600 trabajadores, 100 centros en Cataluña, 500 al conjunto de toda España y unos 80 centros fuera, entre países como Turquía, Portugal, Chile, Argentina y Ecuador", enumera Gassó hijo.

Los planes de expansión continúan para inaugurar suyo en el Perú y Colombia, uno de los mercados con mayor expansión de Latinoamérica. "Es un proyecto que queremos ir a paso, no es cuestión de poner banderitas en las ciudades, sino hacer un proceso de expansión que sea sostenible. Creo que una empresa como la nuestra, con capacidad de inversión y financiación, tenemos que pair-lo", conversa.

Con la misma cordura que la empresa afronta su internacionalización han gestionado las consecuencias de la crisis económica reciente. "Nos hemos dado cuenta que traer una empresa supone navegar en aguas turbulentes, como en una tormenta, y un buen navegando tiene que saber traer su barco en calma pero también en tormenta. Y hemos aprendido mucho".

En estos años, han trasladado tiendas de ciudades o zonas, pero no han cerrado centros. "Partíamos de unos años de mucho crecimiento a Gaes y nos hemos mantenido. Tenemos la suerte que no estamos tampoco a la primera línea de fuego empresarial, porque somos un producto de salud, calidad de vida, y esto hace que la gente confía en nosotros".

Una parte de esta confianza está comprometida a la gran inversión que la empresa ha hecho en branding, creando marca con spots televisivos donde el actor Imanol Arias es imagen. "Hoy en día creo que todo el mundo conoce nuestra actividad", añade.

Las personas y los valores, clave
Para llegar a conquistar mercados foráneos, la empresa ha demostrado una solidez basada, según su director general, en los valores de la compañía. "Hay una serie de valores que son los que perduran. Al final las tecnologías, las personas, los productos, el modelo de negocio , cambian pero el que no cambia durante estos 65 años son los valores", afirma Gassó. La política de su padre estaba basada, continúa, en la proximidad con las personas, en la comunicación, hablando de tú a tú, con humildad y cuidando el principal activo, que son las personas". Las 1.600 personas que trabajan a la empresa han asumido que a Gaes "no todo son tiendas y ventas ", como define.

Según Gassó, la marca vende calidad de vida. Una filosofía que los define y que es el leitmotiv de las diferentes campañas y proyectos solidarios donde se han involucrado. "Servimos a la sociedad, intentando ofrecer proyectos que perduren con el tiempo". 800 voluntarios, 800 colaboraciones en teaming y más de 1.000 audífonos dados son el balance de solidaridad que presenta la compañía, muy convencida de la importancia de la responsabilidad social corporativa (RSC).

"La RSC es fundamental porque es una inversión. Una empresa tiene la cuenta de explotación económico y también el emocional. Y este es muy importante porque tenemos gente involucrada, motivada, gente que considera que trabaja en una empresa que no sólo tiene valores, sino que los comparte. Al final esto tiene una incidencia en la cuenta de explotaciones: tienes menos rotación, más gente involucrada que explica la historia de Gaes y que son embajadores de la compañía", argumenta Gassó.
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