Grau, la textil catalana con más de 150 años que vistió los Obama

Fundada el 1868 en Sabadell, Grau SA trabaja con Zara y Mango desde sus inicios como marcas

La fábrica de Grau SA en Castellar del Vallès | Cedida La fábrica de Grau SA en Castellar del Vallès | Cedida

Grau SA nació el 1868 en Sabadell y se ha convertido en uno de los referentes del sector del textil en Catalunya. Durante sus más de 150 años de historia, la compañía ha superado momentos muy difíciles, cómo la Guerra Civil o las riadas del Vallès de 1962. Pero siempre ha salido adelante y entre sus clientes hace décadas que figuran marcas de Inditex o Mango. Y uno de los momentos culminantes fue cuando, en la toma de posesión de Barack Obama como presidente, su mujer y sus hijas llevaban abrigos acabados a Grau SA. Los acabados y los tintes son su especialidad.

La apuesta de un operario que triunfó

Todo ello empezó cuando el tatarabuelo de Àlex Grau trabajaba de operario en una fábrica de Sabadell. "Cuando el propietario se jubiló, se la quedó y le pagaba un porcentaje del trabajo que iba teniendo", explica el actual responsable de Grau SA. La empresa era solo una máquina, una percha.

Inicialmente, solo se dedicaba a los acabados. Pero al cabo de unos años, hizo el salto a los tintes y se trasladó al polígono del lado del río. "Si solo das el servicio de acabado, obligas el cliente a ir a buscar los tintes. Si lo ofreces, es una manera de integrar todo el servicio. Es una evolución natural", destaca Àlex Grau. Fue hacia el 1918 y, entonces, se trataba principalmente la lana. Hoy ya trabajan con tejidos de todo tipo, tanto para la moda como para vestuario técnico.

Àlex Grau: "Sabadell fue un polo de atracción a raíz de la Segunda Revolución Industrial"

Grau SA vivió un gran crecimiento, en un contexto donde el Vallès destacaba por su industria textil. "Antes había un clúster natural, con áreas textiles y toda la industria del sector. Sabadell fue un polo de atracción a raíz de la Segunda Revolución Industrial, que creció de manera exponencial en población e industria", señala Grau.

grau sa

La fábrica de Grau SA cuando estaban en Sabadell |Cedida

La aparición de China, un golpe fuerte

Pese al crecimiento de la empresa, vivieron momentos difíciles, cómo la Guerra Civil y las riadas del 62 al Vallès. Después de las trombas de agua, la empresa se tuvo que reconstruir, puesto que un 60% de los edificios y el 80% de la maquinaria se destruyó. Xavier Grado recuerda un incendio que quemó 4.000 metros cuadrados en su fábrica, el 2003, cuando ya estaban en Castellar.

Pero nunca se hundieron: "El textil tenemos una gran ventaja, somos muy resilientes. En los últimos 50 años, no recuerdo que el sector no haya sido en crisis". Y una de las más importantes fue a finales de la década de los 90 y principios del 2000, cuando la globalización y la deslocalización de producciones a China y toda Asia dejaron tocada de muerte la industria catalana.

Xavier Grau: "Habíamos pasado de ser los baratos de Europa a los caros del mundo"

"En los momentos del España va bien, el textil estaba en un declive absoluto. Habíamos pasado de ser los baratos de Europa a los caros del mundo. El volumen de trabajadores en el sector se dividió por cuatro en 10 o 15 años", apunta Grau. La empresa, pero, consiguió adaptarse a los nuevos momentos: "Los que nos hemos quedado, hemos tenido que hacer algún salto triple mortal y tenemos unas empresas más adaptadas, eficientes, sostenibles, tecnificadas y con unos niveles de calidad para marcar la diferencia con otros competidores más económicos".

Una de las claves fue la fusión de sus dos empresas familiares, Satina y Grau SA, en una de suela. Esto permitió aprovechar mejor las instalaciones y reducir costes. "Cogimos el mejor de cada empresa, teníamos un rango de productos muy amplio y personalizado que nos permitió ir a las especializaciones y no a grandes volúmenes de producción", recuerda el actual administrador. Esta especialización también les permitió entrar al sector de los tejidos técnicos. .

Zara y Mango, dos grandes clientes

Cómo muchas empresas textiles catalanas, gigantes cómo Inditex y Mango son dos de los principales clientes. "El gran destino de nuestra producción, sobre todo en confección, acaba siendo Zara o Mango", reconoce Grau. A pesar de que trabajan sobre todo para empresas y fábricas ubicadas en Catalunya o Valencia, sus clientes acaban llevando productos trabajados en sus instalaciones por todo el mundo. "Actuamos localmente y afectamos globalmente", reflexiona.

Grau SA ha acompañado Zara y Mango desde su creación y, para Àlex Grau, es una gran suerte que tengan fábricas próximas. "El papel de empresa tractora de Inditex o Punto FA es evidente en el textil de Catalunya", sentencia.

La Champions del textil

Trabajar con clientes cómo estos también provoca una necesidad imperiosa de evolucionar e innovar constantemente. Así lo resume Àlex Grau: "Cuando se trabaja para estas empresas, te exige más para ser más competitivo. Tienes que jugar Champions. O te adaptas a sus necesidades y requerimientos, o estás fuera. Nos gusta porque es un incentivo. Si el cliente no te apreta, corres el riesgo de acomodarte".

Y es con esta idea cómo Grau SA hace años que hizo la apuesta por la transformación digital. Fue a partir del 2006 y con la necesidad de ofrecer un producto siempre igual. "Si Inditex te pide 100.000 metros, quieren que todos sean iguales. Para conseguirlo, empezamos un programa de automatización muy ambicioso para evitar estas diferencias y tener siempre la misma calidad. Es lo que ahora se llama 4.0, pero en el 2006 todavía no existía este concepto", explica.

Àlex Grau: "Nos jugábamos el futuro de la empresa. Sin haber hecho este camino, ya no estaríamos"

"Más que una apuesta voluntaria e inspiracional, ha sido una necesidad. O hacíamos bien las cosas, o estábamos fuera. Nos jugábamos el futuro de la empresa. Sin haber hecho este camino, ya no estaríamos", afirma Àlex Grau.

Desde entonces, han ido incorporando tecnologías y sistemas para acabar integrando toda la línea productiva, asegurando siempre la misma calidad y la máxima eficiencia para ser cada vez más competitivos. Pero no es una novedad en Grau SA: "En una empresa de 150 años, no tenemos otro camino que la evolución constante. Si no, nos hubiéramos quedado fuera del mercado hace cien años".

Y ahora también han hecho una apuesta por la sostenibilidad, cosa que se les ha permitido recibir el certificado de Inditex con un excelente en el programa Green to Earth. "Están desarrollando una línea sostenible y están apostando para reducir el impacto del textil. Somos la primera empresa de tintes y acabados en el Estado que ha sido calificada en este apartado. Nos abre un gran camino de posibilidades para continuar trabajando con el grupo", celebra Àlex Grau.

La pandemia

Y un ejemplo de esta adaptación fue la pandemia del coronavirus. La confección de moda se paró durante meses. Así, que tuvieron que proponer un ERTE a los trabajadores. Pero prácticamente, asegura Àlex Grau, no se tuvo que aplicar. En una semana, se pusieron a hacer mascarillas y batas sanitarias.

"Salimos de esta, gracias también a la colaboración con proveedores y clientes", destaca. Un año y medio después, prácticamente se ha recuperado la normalidad, a pesar de que todavía hacen mascarillas transparentes. Con todo, el 2020 acabaron con siete millones de euros de facturación y unos sesenta trabajadores.

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