Hilaturas Arnau, de fabricar hilos para Burberry a reciclar chalecos antibalas

Hilaturas Arnau nació el 1947 y durante décadas fue una de las fábricas de hilos más destacadas del mundo de la moda

Hilaturas Arnau ha trabajado siempre con material reciclado | Cedida Hilaturas Arnau ha trabajado siempre con material reciclado | Cedida

Hilaturas Arnau, fundada el 1947, era una de las muchas fábricas textiles que había a mediados de siglo XX en el Vallès. Con la lana como principal producto, llegó a trabajar para grandes marcas cómo Burberry, Inditex, Lacoste o Mango. Pero la globalización y la deslocalización le obligaron a hacer un giro de 180 grados y abrirse a nuevos sectores para sobrevivir. Y lo consiguieron, adentrándose en el mundo de los tejidos técnicos.

Al frente de la Guerra Civil

La historia de Hilaturas Arnau nace en Francisco Arnau Comas, abuelo del actual propietario. Francisco Arnau trabajaba en una colonia textil en Les Planes d'Hostoles cuando estalló la Guerra Civil. "Fue al frente, se escondió un tiempo en el bosque y, después, lo enviaron dos años a un campo de reeducación. Cuando lo soltaron, decidió que no quería volver a trabajar en una colonia, que no le gustaba y no se podía prosperar", explica Joan Santamaria Arnau.

Entonces, se trasladó a Sabadell y alquiló su primera máquina para hacer hilos, puesto que era el oficio que conocía. Después alquiló más, hasta que empezó a comprar. Pero lo hizo con una característica especial: las máquinas de hilatura que adquiría servían para trabajar con fibras recicladas. Es decir, Hilaturas Arnau cogía lana ya utilizada y volvía a hacer hilos.

Al principio, su lana se usaba sobre todo para hacer ropa de mucho abrigo, puesto que las calefacciones no abundaban y había mucha demanda en todo Europa.

El mundo la moda

Hacia los años 60, las piezas de tanto abrigo iban a la baja, y la moda empezaba a expandirse. "Empezó a trabajar para Burberry, que hacía bufandas, abrigos, jerseys...", explica Joan Santamaria Arnau. Y se le sumaron otras marcas reconocidas cómo Lacoste o Marité, todas ellas con fábricas por la zona. Hilaturas Arnau era un referente de los hilos de calidad, reconocida por su trabajo.

Santamaria: "Sabadell era ciudad lanera, reconocida mundialmente, incluso en Arabia Saudí"

Y es que Sabadell y el Vallès tenía una gran potencia textil, cómo recuerda Santamaria: "Sabadell era ciudad lanera, reconocida mundialmente, incluso en Arabia Saudí. En todo el mundo querían el tejido hecho en el Vallès. había infinidad de telares, hilaturas... Todo el mundo se dedicaba a esto. La gente tenía su trabajo y sábado y domingo tejían".

Y a finales de los 90 irrumpieron gigantes cómo Mango o Inditex. Hilaturas Arnau fabricaba hilos para proveedores de estas marcas y la mayor parte de su producción iba para ellos. "Al principio iba muy bien, pero los precios iban bajando y ya no se podía seguir su ritmo", explica el nieto del fundador. Los negocios se empezaron a deslocalizar y las grandes empresas buscaban el precio más bajo, que a menudo era en Asia o a Turquía. Y, poco a poco, fueron dejando de trabajar con ellos.

Después de llegar a ser casi unos cuarenta trabajadores a finales de los 90, se quedaron con una plantilla de doce personas a principios de la década del 2010.

Todo desapareció

Y aquellos años fueron un punto de inflexión para Hilaturas Arnau: "Nos hemos reinventado a la fuerza. Era reinventarse o morir. De los que no lo han hecho, prácticamente no queda ni uno. En Sabadell éramos 15 o 20, en Terrassa había 10 o 12. Y por toda España había bastantes. Ahora quedan 3 o 4, y malviviendo". La ciudad textil y lanera había desaparecido.

Santamaria: "Fue muy difícil, pero la alternativa era no hacer nada y morir"

Y fue el 2011 cuándo, también ayudados por la suerte, Hilaturas Arnau conoció una empresa francesa que le ofreció hacer tejidos técnicos. Y se lanzaron, haciendo tejido técnico a partir de fibras recicladas de Kevlar, el tejido de los chalecos antibales. Todo el 2012 estuvieron inmersos en una reconversión profunda, puesto que las máquinas a menudo no aguantaban este material tan resistente.

"Fue muy difícil, pero la alternativa era no hacer nada y morir. Cuándo la alternativa es morir, te aferras a un clave ardiente", destaca. Era en plena crisis financiera, pero no tenían elección. Y el cambio se materializó: el 2011 todo el que hacían era por la moda; mientras que el 2021 el 100 % fue por tejidos técnicos.

A pesar del impacto que supuso la marcha de Inditex o Mango, Joan Santamaria Arnau ofrece otra perspectiva: "Gracias a Mango o Inditex estamos aquí, si hubieran sido franceses, no hablaríamos de esto. Nos dejaron pasar 10 años. Quizás habríamos tenido que cerrar. Fueron una salida hasta que nos reinventamos. Fue una manera de sobrevivir".

Tejidos por aviones o trenes

La fibra reciclada con la que trabaja Hilaturas Arnau los convierte en una de las dos únicas empresas de Europa del sector. De hecho, la gran mayoría de su producción es para fuera de España, principalmente en Alemania, Reino Unido, Italia y Francia. Sus clientes lo utilizan para fabricar butacas de aviones o trenes, que tienen que ser muy resistentes. Y también para guantes de protección.

Algunos de sus clientes, los han conocido a través de Linkedin, puesto que no son habituales las empresas que trebalen con esta fibra reciclada. De hecho, esta economía circular ha sido el ADN de Hilaturas Arnau desde su nacimiento, cuando reciclaba la lana.

Sin abandonar la moda

A pesar de que durante el 2021 no han fabricado nada para el sector de la moda, no quieren abandonarla del todo. Por eso, crearon una marca, BreFashion, donde venden mantas, bufandas, guantes directamente a clientes finales... Todo con hilos sostenibles y naturales, provenientes del reciclaje. "Cómo que las marcas no nos compraban estos hilos, creamos la marca sostenible", señala.

Con todo, su apuesta por el tejido técnico ha dado sus frutos y desde el 2012 han duplicado la plantilla, y esperan cerrar el 2021 con unos 2 millones de facturación. Hilaturas Arnau es la historia de la supervivencia, de la adaptación a los nuevos tiempos; siempre manteniéndose en la misma fábrica de Sabadell. Santamaria explica la clave: "La resiliencia y la adaptación han sido clave. Buscar siempre la manera de sobrevivir, estar atentos en oportunidades del mercado".

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