El 15 septiembre 2008, Lehman Brothers, el cuarto banco más potente de los Estados Unidos, anuncia la quiebra después del fracaso de varias negociaciones por su venta
. Con su caída, empieza la crisis económica que hoy conocemos.
El motivo? La entidad financiera en cuestión había invertido grandes sumas de dinero en subprimes, una idea para revender préstamos inmobiliarios, que los titulares no podían pagar, como si fueran títulos d'inversión rentables.
En realidad, el sistema se había especializado a prestar dinero a quien después tendría serias dificultades para hacer frente a esta deuda. "No se puede dar crédito a un señor que no lo puede pagar y esto es el que se hizo: dar créditos para actividades no necesarias y mantenerse en una burbuja que tiene peligrosas consecuencias cuando estalla", apunta Jesús Palau, profesor de control y dirección financiera de la escuela de negocios Esade.
"Fue un hecho tan determinando que ya hace seis años que estamos metidos en una crisis espectacular, no solamente a escala española sino también europea y mundial", añade. Las razones? "El sistema financiero deja de cumplir su misión tradicional y en lugar de dedicarse a buscar buen crédito se pone a hacer operaciones de gran especulación, con gran énfasis a los mercados de derivados... Y al final el juego se rompe", afirma el experto, a quien hemos preguntado para analizar, seis años después, donde nos ha colocado la maldita crisis que inició Lehman Brothers. Palau conoce bien la situación, puesto que es autor de Consecuencias de la crisis y Respuestas a la crisis, ambas publicaciones de 2009.
La economía, a la agenda
Y es que desde entonces, conceptos como 'prima de riesgo' o 'hipoteca subprime' llenan nuestro día a día y la economía se ha convertido en noticia día sí, día también. El ciudadano, el consumidor, vive pendiente de la economía, porque esta lo marca todo. De hecho, el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de junio de 2014 muestra que el 42,7% de los encuestados consideran que la situación económica es muy mala, igual que el año anterior al menos en el 45,6% de los casos. El estudio también revelaba que el paro es la principal preocupación por los españoles y, en sexto lugar, las cuestiones de carácter económico. La crisis es noticia, y sus efectos están por todas partes, afirman los expertos.
Palau enumera desde el crecimiento, a escala mundial, de las tasas de desocupación –"el país que está mejor es el Japón, pero incluso los EE.UU. tienen más desocupación que antes de la crisis"-; pasando por el descenso de el poder adquisitivo y la apuesta por la austeridad que, principalmente, se ha hecho en Europa. Una tendencia que Palau califica de "tontería" para ser un error: "No se puede restringir la demanda pública cuando la demanda privada ha desaparecido", reflexiona.
Contexto histórico
La globalización, la apertura otros mercados o la masificación del mercado laboral son otros de las razones que Palau esgrime para razonar que las consecuencias de la crisis son todavía más grandes. "La causa subyacente más importante empieza en 1993 con la separación de la banca de inversión y la de operaciones, que es la que da créditos", matiza. "Además, a partir del 1989 se produce la caída de los países que están bajo control de la URSS y, junto con la globalización , entran al mercado de trabajo más de dos millones de trabajadores , lo cual ha creado una desigualdad enorme", explica Palau.
"La única manera que esta gente consuma es que se endeude, y cuando este fenómeno se exacerba llega un momento en que no se puede pagar. Es una burbuja", razona. En palabras del profesor de Esade, hemos aprendido poco. "Sabemos qué nos pasa, pero no hemos tomado las medidas necesarias, con suficiente energía, porque no vuelva a pasar". Palabra de economista.
El motivo? La entidad financiera en cuestión había invertido grandes sumas de dinero en subprimes, una idea para revender préstamos inmobiliarios, que los titulares no podían pagar, como si fueran títulos d'inversión rentables.
En realidad, el sistema se había especializado a prestar dinero a quien después tendría serias dificultades para hacer frente a esta deuda. "No se puede dar crédito a un señor que no lo puede pagar y esto es el que se hizo: dar créditos para actividades no necesarias y mantenerse en una burbuja que tiene peligrosas consecuencias cuando estalla", apunta Jesús Palau, profesor de control y dirección financiera de la escuela de negocios Esade.
"Fue un hecho tan determinando que ya hace seis años que estamos metidos en una crisis espectacular, no solamente a escala española sino también europea y mundial", añade. Las razones? "El sistema financiero deja de cumplir su misión tradicional y en lugar de dedicarse a buscar buen crédito se pone a hacer operaciones de gran especulación, con gran énfasis a los mercados de derivados... Y al final el juego se rompe", afirma el experto, a quien hemos preguntado para analizar, seis años después, donde nos ha colocado la maldita crisis que inició Lehman Brothers. Palau conoce bien la situación, puesto que es autor de Consecuencias de la crisis y Respuestas a la crisis, ambas publicaciones de 2009.
La economía, a la agenda
Y es que desde entonces, conceptos como 'prima de riesgo' o 'hipoteca subprime' llenan nuestro día a día y la economía se ha convertido en noticia día sí, día también. El ciudadano, el consumidor, vive pendiente de la economía, porque esta lo marca todo. De hecho, el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de junio de 2014 muestra que el 42,7% de los encuestados consideran que la situación económica es muy mala, igual que el año anterior al menos en el 45,6% de los casos. El estudio también revelaba que el paro es la principal preocupación por los españoles y, en sexto lugar, las cuestiones de carácter económico. La crisis es noticia, y sus efectos están por todas partes, afirman los expertos.
Palau enumera desde el crecimiento, a escala mundial, de las tasas de desocupación –"el país que está mejor es el Japón, pero incluso los EE.UU. tienen más desocupación que antes de la crisis"-; pasando por el descenso de el poder adquisitivo y la apuesta por la austeridad que, principalmente, se ha hecho en Europa. Una tendencia que Palau califica de "tontería" para ser un error: "No se puede restringir la demanda pública cuando la demanda privada ha desaparecido", reflexiona.
Contexto histórico
La globalización, la apertura otros mercados o la masificación del mercado laboral son otros de las razones que Palau esgrime para razonar que las consecuencias de la crisis son todavía más grandes. "La causa subyacente más importante empieza en 1993 con la separación de la banca de inversión y la de operaciones, que es la que da créditos", matiza. "Además, a partir del 1989 se produce la caída de los países que están bajo control de la URSS y, junto con la globalización , entran al mercado de trabajo más de dos millones de trabajadores , lo cual ha creado una desigualdad enorme", explica Palau.
"La única manera que esta gente consuma es que se endeude, y cuando este fenómeno se exacerba llega un momento en que no se puede pagar. Es una burbuja", razona. En palabras del profesor de Esade, hemos aprendido poco. "Sabemos qué nos pasa, pero no hemos tomado las medidas necesarias, con suficiente energía, porque no vuelva a pasar". Palabra de economista.
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