La economía social también se exporta

La economía social y cooperativa de Cataluña da trabajo a 100.000 personas y ocupa 300.000 voluntarios. Exportar el modelo es una de las vías de las entidades para ampliar la facturación y hacerlo viable

Asociaciones, fundaciones y cooperativas . En total más de 6.800 entidades del llamado Tercer Sector trabajan en Cataluña, donde dan trabajo a 100.000 personas y ocupan 300.000 voluntarios. Más de dos millones de ciudadanos reciben las atenciones de unas entidades que facturan unos 5.800 millones de euros, el 2,8% del PIB catalán.

Pero si conseguir financiación ya no es una tarea sencilla para las empresas convencionales, mantener las estructuras de unas organizaciones que priorizan el beneficio social por encima del económico, todavía lo es más. Para encontrar una vía que los permita aumentar volumen y hacer viable su continuidad, cada vez son más las que apuestan por la internacionalización exportando su modelo de trabajo en todo el mundo.

En una jornada celebrada a ACCIÓN para presentar el plan de apoyo a la internacionalización del Tercer Sector impulsado por el Departamento de empresa y Ocupación, algunas de estas entidades presentaron su experiencia a la hora de exportar bienes sociales en el mundo.

Sudara, de camino en Chile
La cooperativa Sudara es la más grande de Cataluña en el sector de atención a las personas. "Todavía no estamos internacionalizados, pero el proceso está avanzado y esperamos estarlo antes de septiembre", explica Anna Monells, su directora de Programas Estratégicos.

A finales del 2011, en plena crisis, Sudara tomó la decisión de "dar un paso adelante y continuar creciente. había tres maneras de hacerlo: mantener los servicios actuales, entrar a nuevos sectores, y la expansión fuera de Cataluña", resume Monells.

La expansión se ha traducido en un plan de crecimiento estatal, y un plan de internacionalización. "Los objetivos eran ampliar fronteras y trasladar la actividad fuera de su ámbito territorial. Se quería expandir el modelo y la economía social en diferentes territorios", explica la responsable de Sudara .

En definitiva, aprovechar el conocimiento adquirido y exportarlo. También, pero, "queremos incorporar, explorar y aprender del exterior, es un proceso bidireccional", relata Monells; que también advierte que "queremos mantener una actitud proactiva ante la competencia mercantil".

Después de valorar varias opciones siguiendo los criterios que se habían fijado, es decir, países con un sistema de bienestar en proceso de desarrollo, con alta seguridad jurídica y dónde a la larga se puedan externalizar los servicios sociales; el primer mercado escogido ha sido lo de Chile .

"Comparándolo con el resto de países nos ofrecía más seguridad jurídica, hay poca corrupción y la mayoría de la población se concentra en la capital. Por lo tanto, en poca distancia llegas además gente", justifica Monells. En un país donde el servicio de atención a las personas grandes es emergente, la responsable de Sudara asegura que se concentran a realizar "los sectores de actividades que conocemos y donde nos sentimos seguros".

Finalmente, Monells resume que a la hora de poner en marcha un proceso de este tipo "hace falta una reflexión y concienciación dentro de la empresa". Algo que tiene que ir de la mano de una buena capacidad de adaptación de la organización; y recomienda "tener estudios previos, viajar dos personas, y que toda la planificación previa que se pueda hacer desde casa agilizará el trabajo".

El Casal de los Niños, del Arrabal al mundo
Lluís Mas, responsable de Proyectos en el Marruecos del Casal de Acción Social a los Barrios, el Casal de los Niños, explica que hablar de cooperación no es muy bien definir su tarea, "nos diferencian otras cosas". La entidad, nacida en el barrio del Arrabal de Barcelona el 1983, ha ido creciendo para dar atención a los niños de los barrios con más dificultades de Cataluña . Desde hace un tiempo, pero, han exportado su modelo en el Marruecos.

"No hicimos un plan estratégico porque no somos una entidad de servicios", explica Mas. "Desde el 1997 trabajamos con la realidad de los menores no acompañados en Cataluña, muchos de los cuales vienen de Tánger. Cuando nos invitaron a unas jornadas sobre pobreza infantil al mismo Tánger, aprovechamos para conocer la realidad de los niños con los cuales trabajábamos". A raíz de esto, desde el 2002 al 2007, sin disponer de financiación , empezaron por las transferencias de conocimiento con entidades del Marruecos, intercambiándolo.

El paso adelante definitivo fue en 2007. "La Generalitat nos invitó a participar en el programa Cataluña-Marruecos. Y con este trabajo empezamos la internacionalización ", recuerda Lluís Mas. El trabajo consistía a "pensar qué era nuestro conocimiento y valor añadido. Nuestra aportación tenía más sentido que fuera con transferencia de conocimiento que con intervención directa como estiércol en Cataluña", explica.

Así pues, "no queríamos atender personas, sino trasladar modelos de gestión de estos casos", aclara un Lluís Mas que cree que es clave "saber cuál es tu misión antes de internacionalizarte".

El Casal de los Niños no sólo quiere aportar su técnica en el Marruecos, sino también hacer presente su cultura y valores. "Cuando estoy en el Marruecos me siento al Casal de los Niños, por lo tanto lo hemos conseguido, a pesar de que no sabemos muy bien como", confiesa Mas. El objetivo es que en tres o cuatro años "puedan gestionar los proyectos de manera autónoma", dice Mas. Y todo ello para poder impactar en la mejora de las oportunidades sociales y reforzar la capacidad de gestión y ejecución de las entidades.

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